13.

215 17 0
                                    

— No, no, no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— No, no, no... Es realmente irritante escoger algo entre todos estos vestidos que mi madre ha comprado para mí — Miku se quejo a una velocidad que Rin apenas alcanzó a oír.

La pobre princesa corría de un lado a otro de la habitación sacando vestidos y volviendo a dejarlos en su lugar cuando desecha la idea de usarlo.

Y Rin simplemente asentía o negaba sin decir palabra, aún sin entender para que estaba opinando.

Era una de esas mañanas peculiares, lo entendió cuando vino a despertar a la futura monarca y ella ya estaba despierta... Vaya sorpresa...

— ¡Espera, espera! ¿Que es lo que estás buscando exactamente? ¿Piensas salir hoy...? No te veía así de nerviosa desde la reunión donde te corfimabas como la princesa frente a los políticos a los cinco... — Ejemplificó, pero Miku solo le miró nerviosa.

— Yo... — Habló finalmente cuando la rubia le tomo de los hombros hasta que dejó de moverse — Saldré esta tarde... Kaito me ha invitado y estoy un poco ansiosa supongo... — Dijo haciendo un puchero.

Y como no hacerlo, si Miku era simplemente la persona con menos experiencia en este tipo de cosas.

— Tú... ¡Tendrás una cita con el príncipe! — Gritó emocionada, Miku tapó su boca con ambas manos.

— ¡No es una cita! Solo... Me invito a una cena... Tenemos mucho que hablar después de todo... — Susurró y Rin hizo caso omiso a todo eso.

— Tú primera cita debe ser increíble, déjalo todos en manos de la casamentera favorita de todos. Por supuesto estoy hablando de mi — Exclamó con emoción para luego meterse de lleno en el gran armario y buscar entre todos aquellos vestidos.

— Te digo que no es una cita... — Bufó la peli aqua, en efecto no era una cita... para nada...

— ¡Por favor! Piénsalo, una cena solo ustedes dos... una salida al pueblo y eso de hay mucho que tenemos que hablar, en otras palabras todo aquello se hace en una cita.

— Yo... — Balbuceó, trago en seco cuando analizó una y otra vez las palabras de su mejor amiga — No puede ser... — Bueno, efectivamente todo sonaba a que saldría en una cita con quien debería estar aniquilando y odiando, y en cambio esta muriendo de los nervios mientras piensa en todas las posibilidades de preguntas que él le hará y en las respuestas que debe dar... — Él prometió que las preguntas serían sutiles — Susurró.

— ¿Dijiste algo? — Preguntó su amiga desde el closet.

— ¡Nada, nada! — Soltó de golpe.

— Bien. Tienes demasiados vestidos, y siempre usas los mismos... y para una ocasión especial como esta, sueles conseguir nuevos, eso hace que tu ropa se acumule demasiado — Sugirió la rubia. Miku entre sus pensamientos asintió.

No cuentes con mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora