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El salón principal, el secundario o más bien dicho todo el castillo en sí estaba siendo decorado con el más grande esmero posible

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El salón principal, el secundario o más bien dicho todo el castillo en sí estaba siendo decorado con el más grande esmero posible.

El gran candelabro de diamantes había sido limpiado después de casi un año, quitando todo el polvo de las finas joyas y volviendo a encenderse recordando porque solo lo hacían una vez al año, ese candelabro iluminaba toda la gran sala, dándole al inmenso espacio vida y color al momento en que la luz era reflejada en los hermosos cristales.

Las flores que Neru se ha encargado de dispersar en grandes distancias, desde el interior hasta la gran entrada del castillo, y tanto más que mencionar, todas las ventanas y cortinas fueron abiertas para permitir que las estrellas de ese día iluminen sus cabezas.

La banda ya estaba contratada, la comida pagada y siendo preparada. Todos estaban bastante ocupados para el día de mañana.

Y pese a todo el trabajo que quedaba, había alguien que aún estando demasiado ocupada no podía despejar su cabeza de los pensamientos que le atormentan.

— Bien, puedes agregar un tik adicional a tu lista porque todas las flores están en su lugar y perfectas — Habló llegando a su encuentro la orgullosa chica de ojos anaranjados.

Neru estaba feliz y agradecida luego de varias semanas de trabajo duro que acabo en una excelente jornada de decoración.

— ¿Hay algo mal? — Preguntó curiosa mirando al frente, las manos delgadas que sostenían la lista de preparativos no estaban moviéndose.

— Neru... ¿Como son las cosas entre tu y Len? — Luego de pensarlo, de manera directa los pensamientos de la princesa salieron su boca sin poderlos contener, su cabeza taba vueltas y no sabía que era lo que realmente deseaba su corazón.

La chica junto a ella se sorprendió mientras sus mejillas se tiñeron de un leve color carmín, Neru balbuceó una respuesta incomprensible antes de detenerse y calmarse entendiendo que Miku parecía necesitar ayuda, de lo contrario no haría esa clase de preguntas personales.

— Nosotros... Vamos bastante bien, Len es bastante atento y aunque ambos tenemos demasiado trabajo podemos ponernos de acuerdo para que eso no nos impida vernos, además para alguien que no quería nada de esto como yo, debo decir que estoy bastante feliz de que Len sea mi pareja — Intentó explicar, Miku mantuvo la mirada al frente — No se si aquello era la respuesta que querías escuchar — Susurró, su amiga guardo silencio.

Neru no dijo nada y se quedó justo donde estaba permitiendo así que ella hiciera todo a un lado su presión y dijera lo que realmente quería.

Finalmente la escuchó suspirar — ¿No estas asustada? — Preguntó mirándola como si estuviera en una batalla interna consigo misma y acababa de ser herida — Ya sabes... De que lo de ustedes se rompa.

— Lo tuve... tuve mucho miedo de que lo nuestro no resultará y perder para siempre a Len, como mi novio y como mi amigo... pero, ¿Sabes? Comprendí que ni siquiera tengo certeza de cuando tiempo viviré, y no quiero pasar mi vida sintiendo que pude haber tenido a alguien que me ame y apoye y lo perdí por mi temor y terquedad — Exclamó avanzando hasta quedar justo al lado de la futura monarca — Comprendo que estas asustada, y que sientes que tu cuerpo está sucumbiendo ante lo que sientes... Pero recuerda que tus desiciones marcan tu destino y no hay espacio para errores, escoge con cuidado.

No cuentes con mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora