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— ¿Quién se quedo dormido ahora? — Jugó con una sonrisa bromista

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— ¿Quién se quedo dormido ahora? — Jugó con una sonrisa bromista. El oji azul soltó un bostezo antes de sonreír y acarició su nuca.

— Lo siento, me quede dormido en su cuarto... Gracias por cubrirme.

— No es nada, después de todo me ayudara con mi mentira — Comentó, le estaba sonriendo mucho últimamente, y ello hacia que se molestara consigo misma.

El chico le invito a pasar al comedor, ella aceptó. Debían llegar juntos, pues el rey había pedido hablar el día de hoy.

— Buen día muchachos — Habló el rey recibiendo un beso en la mejilla por parte de su hija, luego ella paso a su lugar, siempre intentando lucir lo más feliz posible, saludo a su madre, esta le respondió, tal vez estaba de buen humor por lo que habló con su padre el día anterior.

— Buenos días majestades — Saludo por su parte el peli azul, ubicándose en el lugar junto a su princesa.

— ¿Gustan desayunar con nosotros? — Ofreció el hombre de la corona.

— En realidad nosotros solo...

— Será un placer ¿No es así Miku? — Dijo entrando en confianza.

La peli aqua apretó sus puños indignada, le había llamado por su nombre... Frente a sus padres, eso no lo iba a permitir.

— Claro, será un placer — Balbuceo  ocultando con dificultad su molestia.

Nada más podia hacer que quedarse allí, la sonrisa en la cara de su madre era prueba de que su mentira estaba funcionando, incluso le había ofrecido más postre. Sin embargo, cuando estaba apunto de acabar, donde pensaba que todo iba perfecto, su padre comenzó a hablar.

— Realmente debo reconocer que me ha impresionado príncipe Shion, unas pocas semanas y mi hija le tiene un gran cariño — Exclamó, el peli azul sonrio con picardia mirando como la princesa moría por dentro, en estos momentos tenia la posibilidad de decir cualquier cosa y ella no podía intervenir, sin embargo, debía seguir sus reglas para ganarse su confianza y  cariño — La princesa se ha vuelto muy importante para mi.

— Lo he notado, no puedo esperar a que se casen y unan nuestros reinos — Dijo con ilusión, ella le hizo una seña, soltó un puchero mientras esperaba que dijera algo... lo que sea, pero algo.

— Nada me gustaría más, pero antes quiero asegurarme que la princesa quiera estar comprometida conmigo, como le dije, estoy haciendo todo lo posible para ganar su amor.

— Claro que si, lo entiendo y tiene todo el tiempo del mundo.

— Le agradezco majestad — Concluyó sonriendole a la princesa que parecía un poco más tranquila.

— Por cierto jóvenes — El rey pidió la palabra nuevamente  — En unos meses será la fiesta de aniversario del reino, quiero que anunciemos públicamente su compromiso esa noche — Dijo sonriente, mientras que su hija explotaba por dentro.

No cuentes con mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora