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— Buenos días princesa — Saludo el chico con alegría entrando por la puerta de la habitación de la princesa

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— Buenos días princesa — Saludo el chico con alegría entrando por la puerta de la habitación de la princesa.

Y Miku sonrió de la misma forma al escucharlo.

Semanas habian pasado desde que rescataron a aquel pajarillo, semanas han pasado desde que se vio en la obligación de convivir con el príncipe del reino azul para mantener latente esa idea de que eran pareja según sus padres. Debia lograr que se marchara y pese a ello no pudo evitar tomarle un enorme cariño al chico,  lo apreciaba como no había hecho con nadie más... Claro que él no lo sabia y nunca lo sabrá, aunque le gustaría poder en un futuro tener una relación de amigos e incluso compartir alianzas entre los reinos, sabe que no se podrá, pues tienen un trato del cual ella debe salir victoriosa, y él debe irse.

— Buenos días príncipe ¿Como se encuentra hoy Stitches? — Preguntó dejando de lado su libro para caminar hasta el chico quien traia la pequeña caja rellena de algodón y plumas que le habían hecho para que descansara el pajarillo.

—Cada día mejora más, en cuanto a mi estoy muy cansado. Ayer no dormí nada porque este pequeño revolotea y trina toda la noche, te toca cuidarlo esta noche — Se quejo y ella soltó una carcajada.

— Seras un gran padre algún día — Exclamó tomando la caja con el pajarito saltarín y la dejo sobre la cama. Siguió dándole la espalda pues tal vez no tenia que haber dicho eso.

Le miró y esa sonrisa en sus labios le mostraron que debía haberse ahorrado ese comentario — Un gran padre de unos niños... del los cuales yo no seré madre — Concluyó intentando reparar esa ilusión que causo.

En todo este tiempo se habia estado tratando de ahorrar cualquier comentario relacionado a ellos y en torno al compromiso, disfruta pasar tiempo con él, pero no puede darle esperanzas de que habrá algo.

— Miku — Detuvo cualquier discurso de la chica y se acercó con cautela — Te aprecio demasiado, y entiendo que tu quieras mantener nuestra relación al margen, tu meta no soy yo y lo sé, pero tú eres la mía. No estoy listo para ser padre en estos momentos pero te lo digo en el más buen sentido, me encantaría que fueras la madre de mis hijos, tendrían ese horrible carácter tuyo que los hace tan energéticos y valientes — Exclamó sonriente.

Ella desvio la mirada acariciando al pequeño Stitches mientras esperaba que su sonrojo se dilatara.

Ella nunca quiso tener hijos, y no los tendrá, esos anhelos que de un segundo a otro salen a flote en su cabeza deben quedar allí, en su imaginación.

— Yo cuidaré a Stitches esta noche, para que puedas descansar — Aceptó, él asintió aunque esperaba que la conversación no termine así.

— Gracias, en unos cuantos días debería estar curada su ala y apenas vuele podrá volver al bosque con los suyos.

— ¿Es realmente necesario? Puede quedarse aquí en el castillo... Le daremos un excelente cuidado y...

— Sé que así sería, pero él no pertenece aquí, es lo mejor para Stitches volver al bosque, ser libre — Dijo mientras que ella volvió a acariciarlo.

No cuentes con mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora