Poco a poco Johnny fue abriendo los ojos, tratando de ubicarse en dónde estaba. La cabeza le dolía un poco, rozando el mareo. Estaba en su casa, en su especie de sala, tendido sobre el sofá, sintió una opresión en el pecho y cuando bajó la vista para ver qué le impedía respirar con comodidad, vio una puercoespín dormida encima de él.
Ash.
Los recuerdos de la noche anterior vinieron de golpe, dejándolo sorprendido y con una sonrisa bobalicona en el rostro: la pelea con los osos, las especie de cuidados de Ash, el abrazo que le dio, el beso... Oh, ese beso, no se le olvidaría las sensaciones de aquel beso mientras viviera, lo recordaría con gusto hasta el último día de su vida; y, al final, la especie de declaración que se dieron ambos. Ayer había sido un día movido como ningún otro.
Se quedó mirándola en silencio, apreciando lo tranquila y serena que se veía así, dormida, como una niña pequeña. No se veía triste o frágil como aquel día en que la encontró en el tejado, sino que se veía... ¿feliz? No sabría decirlo con claridad; quería a Ash, sí, no obstante, de quererla a leerla eran dos cosas la mar de distintas. Si ni siquiera se había dado cuenta que ella le correspondía los sentimientos.
Tenía los labios un poco abiertos, dejando caer un fino hilillo de saliva. Era demasiado tierna para él, y sabía que si quería mantenerse vivo, eso era algo que no debía comentar. Estiró una mano para tocarle con cuidado la curita que tenía en el labio, pero apenas abrió los dedos un rayo de dolor le subió por cada uno hasta la muñeca. Eso era malo, con los dedos así no podría tocar el piano.
Apretando los labios para aguantar las puntadas en las articulaciones de los mismos y meció un poco a Ash, ella abrió los ojos perezosamente y lo enfocó; sonrió un poquito y acto seguido las cejas comenzaron a bajar, formando su ceño fruncido.
—Buenos días —saludó Johnny, con un tono suave.
Ash dio unos gruñiditos y se irguió un poco, apoyando una pata en el pecho de Johnny, quien reprimió un quejido; tenía el cuerpo magullado como un saco de boxeo.
—Buenas —masculló ella, tallándose un ojo. Se tocó el rostro con una pata y cuando llegó a la boca dio un ligero quejido—. ¿Qué...? —reparó en cómo estaba (recostada sobre él) y Johnny logró ver un atisbo de sonrojo en sus mejillas. Se bajó de encima de él y se puso de pie—. ¿C-cómo estás?
Johnny logró erguirse y quedar sentado en el sofá, el pecho le dolía cuando respiraba y los brazos los sentía como gelatina por los magullones que estos tenían. Sin embargo, pese a todo, sonrió; sonrisa que a los pocos minutos se volvió incómoda por el silencio que se formó. En lugar de ser los típicos silencios que casi siempre había entre ellos, cómodos y relajantes, este traslucía la tensión que flotaba en el aire.
Ash inspiró con fuerza antes de hablar.
—Nosotros —dijo.
—Nosotros —asintió él. Suspiró—. Nosotros, ¿qué somos?
Ella se llevó una pata al cuello, las púas parecían movérseles de forma tensa, de la misma forma que las vio moverse cuando había vuelto en sí luego de haber bailado con ella durante el número de Rosita y Gunter.
—No lo sé —dijo, con tono dudoso.
—¿No lo sabes? —Extrañamente Johnny no estaba molesto o sorprendido, más bien entendía la posición de ella. Tal vez no quería pasar lo mismo que con Lance—. ¿Por qué no lo sabes?
—Porque no quiero que me rompan el corazón de nuevo, no ahora cuando más necesito estar centrada. Esa competencia no se ganará sola.
—Yo no te voy a romper el corazón. —Y era verdad, ¿quién lastima a quien quiere? Esta era la primera vez que amaba a alguien, sí, pero le era imposible el pensar lastimarla; todo lo contrario, quería protegerla—. No tengas miedo a volver a enamorarte. Abre tu corazón y síguelo hasta donde te lleve... —dijo, luego, aguantando el dolor, levantó el índice y sonrió—...y recuerda, apunta alto.
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Our Arpeggio
FanfictionEl creciente éxito del teatro Moon atrae la atención de un importante productor. Buster, emocionado, y observando el entusiasmo de sus cantantes, decide que además de sus números normales, harán uno totalmente opuesto. Y aunque las combinaciones no...