Capítulo 12: Mamá Gretel

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—¡Zeus, pensé que te había perdido!

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—¡Zeus, pensé que te había perdido!

La señora sigue abrazando a Raúl... a Zeus, agachada casi sentada sobre la banqueta de la calle. Nosotros no nos queda de otra más que mirar la escena entre confundidos y sorprendidos. La señora finalmente dio por levantarse y acercarse a nosotros.

—Perdí a Zeus hace un par de días; accidentalmente dejé la puerta abierta de mi casa y creo fue ahí cuando Zeus desapareció —el perro permanece sentado a un lado de ella con fidelidad—. Soy viuda y él es el único que me acompaña ahora —le alcanza a rascar detrás de las orejas—, ¿cómo podré agradecerles?

Nos miramos los unos a los otros. Liam es el primero en tomar la palabra.

—Entonces, el perro ¿es de usted? —la señora asiente—, rayos —musita.

—Bueno, no creo que deba agradecernos —pronuncia Jade.

—Cómo no hacerlo si hasta huele rico mi perro. De verdad chicos que eso es mucho para mí. Gracias —agradece la áspera voz de la señora piel morena—. Se ve que le agarraron buen cariño a Zeus —todos asentimos—, pueden venir a mi casa a ver a Zeus cuando quieran, vivo a solo unas cuadras de aquí... es más, síganme.

A todos nos brillan los ojos y dejamos de hacer lo que estábamos haciendo para seguir a la señora con Zeus por un lado de ella. Dylan se acerca a la señora para agarrarla del brazo, acción que ella agradece.

—Soy Gretel, por cierto —menciona por lo alto para que todos escucháramos.

No sólo Dylan, sino creo todos nos aseguramos de pasar calle tras calle con cuidado, con los más chicos tomados de la mano y con la señora Gretel del brazo de Dylan.

Nos detenemos frente a una casa muy descuidada. Creo que semejante a la de Malcom In the Middle*. Hay muchísima hierba por doquier, la casa tiene pinta de no haber sido pintada en muchos años y el techo del tejaban se cae poco a poco. La señora Gretel sube al pórtico y rebuscando entre su suéter rosa tejido, encuentra las llaves. Primero abre una puerta delgada con mosquitero, luego la puerta de madera blanca con manchas de moho. Está batallando con abrir esta última, y Alex se acerca a ayudarla con empujones.

—Mi casa, su casa —dulcemente nos dice la señora y después de pasar con el perro, pasamos uno a uno.

La casa es muy pequeña, o eso aparenta con todas las cosas sobrepuestas en la pared. Hay recuadros por todos los rincones de la casa, y el suelo está semi-tapizado de alfombra con patrones. Pueden verse todavía cajas de cartón sobre los sillones y algunas sobre el suelo, otras en la mesa del comedor de madera barnizada.

—Siéntense, están en su casa
—miramos a los lados buscando un rincón donde sentarnos.

Finalmente la mayoría de nosotros nos sentamos sobre el suelo mientras que Ally, Jade y Dylan se sientan en los sillones acompañados de las cajas. La señora Gretel se sienta en su silla mecedora color blanca y Zeus busca espacio para acostarse a lado de ella.

Primos en casa [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora