Brad.
—Mamá —paso junto a ella en la cocina.
Ella será quien cocine esta tarde. Bueno, ya ha acabado pero sólo faltan ciertas cosas como la salsa.
—Dime cariño —contesta sin despegar la vista de lo que hace.
—¿Cuándo nos iremos de aquí?
—¿Bromeas? —coloca sus manos en su cintura y se voltea a verme—. Acabamos de llegar Brad. Aún nos faltan un mes y unas semanas para que termine el verano.
Bastan esas palabras para odiar aún más estas vacaciones.
—Sí, lo sé, pero... hay más lugares para ir —pongo mis manos en un mueble que está a lado de la estufa—. Qué me dices ir de campo nosotros solos, sin ellos...
—No sé qué quieres decir Brad —prosigue cocinando.
—Que podemos ir a cualquier lugar lejos de esta casa de locos.
—¡Brad! —su voz me hace dar un respingo—. No vuelvas a decir eso. Son tus primos y tíos —me amenaza con la pala con la que hace la salsa.
—Ellos no son mis primos. Tal vez sí de sangre, pero no lo aparentan —vuelvo a mi pose anterior y ella sigue en lo suyo.
—A ti te gustaba venir —puedo ver cómo menea la mezcla picante desde la mesa donde me acabo de sentar—. Sigo recordando cuando nos venimos en vacaciones de navidad. Nos fuimos y lloraste durante una semana porque querías regresar.
Muy vagamente recuerdo esas épocas. Los pisos estaban a más no poder de regalos y la música sonaba muy alto. Parece que recuerdo otra casa; es decir, no era esta casa.
—Pero era más pequeño. Tenía unos siete años, ¿ocho tal vez?
—Diez. Y la última vez que venimos tenías doce años cariño. Y seguía gustándote venir aquí —hago una
mueca—. Nos quedaremos aquí y verás que no te querrás ir.Suelto un largo suspiro y me dirijo a la sala que es donde están mis demás hermanos, haciendo cosas al azar.
—¿Qué juegas? –pregunto a Kyle que juega en su PSP.
Amber.
—Son unos idiotas —les digo a través de la pantalla a mis amigos—. Me dejaron sola. Ese no era el trato —cruzo mis brazos.
—Eran muchos niños. Muy a penas aguanto a Alice —extiendo Harper sus manos.
Alice es la pequeña y única hermana de Harper. Ella es un amor conmigo y Jesse, pero cuando está sola con su hermano, es un demonio. Al principio no le creíamos a Harper, pues decía que ella le ponía chile a sus calzoncillos, o que le pintaba los dientes con crayola. Pero un día, él decidió grabarla y fue cierto. Es un pequeño demonio. Pero decidimos no decirle nada a la pequeña Alice, o seríamos nosotras quien tuviéramos chile en los calzones y cayolas en los dientes la próxima vez.
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Primos en casa [Sin Editar]
Humor¿Qué pasaría si te dijeran que tus 7 primos vienen para el verano que entra? Sí, siete. No dos ni cuatro. Siete Amber, enloqueció al enterarse de aquella noticia; pues sabía que la llegada de ellos pondrían la casa patas arriba, con su maleducad...