Primos en casa [Sin Editar]

Capítulo 16: Bromas entre primos, casa de los abuelos

La habitación ya está iluminada. No sé la hora que es, pero no me importa. Todavía sigo cansada después de haber dormido a las dos de la mañana; me había contactado con Jesse y Harper ayer para contarles todo detalle.

—¿Y hubo algo más? —me cubro los ojos después de escuchar a Harper decir eso.

—Eres un cerdo —le reclamo—, ¡claro que no! A penas y salimos a una "cita", y aún sigo sin saber si era una cita oficial
—pongo mi pulgar en mi barbilla.

—Es una Pre-cita corazón —señala
Jesse—, están por tener una cita oficial. Sólo que por ahora están conociéndose.

Eso me habían dicho la noche anterior. Eso y que tenía que usar protección en caso de ya saben qué.

Escucho murmullos a mi alrededor pero no me molesto en abrir los ojos para saber quiénes son. Siento cosquillas en mi nariz y barbilla y me lo quito rascándome. Las risas en susurros se siguen oyendo y es ahí cuando decido abrir los ojos, encontrándome con todos ahí viéndome como un león haciendo trucos en el circo. Me vuelvo a rascar y reacciono mirando mi dedo color negro. Muchos de los chicos estallan en risas e incluso puedo ver a Brad y a Jade con sus celulares en mano.

Me levanto en seguida y ellos salen corriendo antes de que pueda hacerles algo. Extrañada, miro derecho a mi tocador con espejo, dándome cuenta de que tengo bigote, uniceja y barba en la cara. Todo pintado con plumón negro permanente. Suelto un largo grito que resuena por toda la casa. Lo puedo jurar.

Bajo descalza corriendo por toda la casa. Mamá voltea a verme con preocupación y papá... bueno, él sigue mirando el periódico.

—¿Pero qué te ha pasado? —le señalo mi cara con total obviedad.

—¿Dónde se han metido? —pregunto al mismo tiempo que papá estalla en carcajadas.

Me señala, burlándose de mi rostro pintado y se toma su barriga. Entorno los ojos y salgo de su campo de vista, yéndome a buscar a los chicos.

—Sé que están por aquí —mascullo como si un asesino estuviera buscando a su víctima. Como en El Resplandor*

Al entrar a la cocina, me resbalo por el suelo accidentalmente y caigo de codos. Me levanto y al momento de querer hacerlo, caigo por segunda vez y así hasta la quinta. Veo la figura pequeña de Henry correr escaleras arriba junto con los demás. Voy descalza y eso es lo que empeora la cosa. Lo más molesto es tener a mi papá riéndose y a mamá aguantando de reír también. 

Mis pies descalzos se sienten pegajosos de sabe-qué-cosa que hay en el suelo. Subo corriendo escaleras arriba pese a que me sigo resbalando. Escucho pasos acelerados correr de un lado para otro y yo sintiéndome Pie Grande.

—Salgan, no sean cobardes.

Rebusco entre cada uno de los cuartos, más no los exploro a profundidad. Antes de entrar a mi habitación, encuentro a Dylan y a Alex de pie enfrente de mi puerta. Ellos alzan las manos en modo de defensa y uno de ellos me muestra su celular. En él aparece una fotografía mía de hace unos minutos cuando aún seguía dormida pero con toda mi cara pintarrajeada.