Primos en casa [Sin Editar]

Capítulo 26: Enamorada de Nick

Nick rompió el silencio que había entre nosotros. Me preguntó por el vendaje que traía en mano. Le conté de principio a fin lo que sucedió. A él le pareció gracioso la idea de que me haya caído de un carrito de supermercado.

—Que conste que no fue mi culpa, fue de Alex —él no deja de soltar risas.

Les mando un mensaje a todos los demás, diciéndoles que he encontrado a Jax en el parque central de la ciudad. Aliviados contestan que me ven en el albergue.

Hace un par de días creamos un grupo en WhatsApp. No nos decidíamos como ponerle. Bridget sugirió ponerle "Army" por BTS. Alex optó por "Hijos de Dumbledore". Pero por ahora nos quedamos con el nombre que puso Kyle "La mafia negra".

Ojalá que ningún policía cibernético nos llame la atención y haya un malentendido.

—Veo que Alex parece ser el más gracioso de todos —la voz de Nick me saca de mis pensamientos.

—En realidad lo son todos. Al principio lo era Kyle, el chico pecoso. Pero conforme fueron agarrando confianza, ahora todos tienen su lado cómico —sonrío. Nick voltea a verme de reojo y lo hace también.

Cuando me doy cuenta de ello, me sonrojo y volteo a ver hacia la ventanilla de mi lado. La lluvia sigue igual, pero ya no hay tanto aire como hace rato.

—Sabes, yo ya quiero que termine el verano —comienza a hablar de nuevo—. No es que no me guste, pero prefiero estar haciendo cosas a diario. Me gusta estar ocupado.

—A mí también —concuerdo con él—. Me gusta mucho estar haciendo proyectos escolares y estar ocupada todo el día.

Nick me extiende su mano, alzo mi ceja y comprendo después, que es un saludo con puño acompañado. Me recorre una descarga eléctrica cuando siento el contacto con él. Mi corazón late tan deprisa que tengo miedo de que se salga de mi pecho. Todo esto sucede sin que Nick se dé cuenta.

—Jax —Nick lo mira por el retrovisor—, ¿todo bien allá atrás?

Jax suelta un ladrido muy leve y Nick sonríe. Es como si fuera lo que más le gusta hacer. Sonreír.

—¿Tú no tienes mascotas? —pregunto. Sirve que quito mi mirada de Nick y dejar de parecer una loca que jamás en su vista ha visto a un hombre.

—Tenía un gato, se llamaba Milo pero mi hermana menor dejó la puerta abierta y ya no regresó —hago una mueca ante no saber si decirle "Lo siento" o "Ya regresará".

Llegamos al albergue. Ahí encuentro a la mayoría de los chicos afuera del establecimiento. Por suerte, el techado qué hay, les ayuda a no mojarse tanto como yo lo hice, aunque sí llego a notar que algunos de ellos están mojados.

—Muchas gracias por traerme Nick
—él ladea su cabeza con una sonrisa.

—Por nada Amber —jamás escuché que mi nombre sonará tan bien—, sabes que si me necesitas, ahí estaré.