Capítulo 1 -Al fin han vuelto -A ojos de Jacob

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La pierna derecha me brincaba ante los nervios, sentado en una de las sillas del aeropuerto de Seattle junto a Rosalie, quien limaba sus uñas de lo más tranquila, mientras que Idalí se comía las de ella al lado de su madre, sin dejar de atormentarla con preguntas. Leah rodó los ojos ante tantas interrogantes junta, alegando a continuación.

—¿Dime que yo no era tan fastidiosa como esta niña cuando te hablaba de lo mucho que amaba a Sam cuando estábamos en segundaria?

—¡Mamá! —Exclamó Idalí cruzándose de brazos, recostándose en su silla, poniendo cara de indignación, mientras yo le respondía.

—No, claro que no... eras aun peor. —Leah me golpeó el brazo, siendo Idalí la que sonriera ante mis bromas, señalando a su madre a modo de reproche.

Observé mi reloj de pulso y volví a ver por trigésima vez el tablero de los vuelos de New York a Seattle, escuchando de repente como todas las alarmas de las puertas de seguridad por donde se encontraban los detectores de metales comenzaron a sonar al mismo tiempo, creando un aturdidor sonido cómo el de ocho sirenas de ambulancia resonando al unisonó, lo que consiguió que cada uno de nosotros nos miráramos al rostro, alegando en total sincronía.

—Acaban de llegar. —Nos levantamos de nuestros asientos, caminando rápidamente hacia las puertas de seguridad que siguieron resonando estruendosamente, percatándonos del despliegue de agentes policiales, quienes corrían hacia aquel lugar.

"Que habrás hecho, EdwJake Rajkumar Cullen Black"

Pensé agudizando la vista, observando desde la distancia como EdwJake caminó hacia nosotros con una amplia sonrisa de satisfacción ante la fechoría que de seguro él había provocado, sosteniendo una maleta en cada mano, percatándome que detrás de él, venía Edward con cara de pocos amigos.

Idalí corrió a su encuentro al verlo, lo que consiguió que EdwJake se detuviera, posando ambas maletas sobre el suelo, abriendo los brazos a la espera del impacto del cuerpo de la chica en contra del suyo.

—¡EdwJake! —Exclamó Idalí dejando escapar un suspiro ahogado ante tanta dicha, mientras mi hijo le alzaba entre sus brazos, haciéndole girar en el aire, consiguiendo que la chica riera de tanta emoción al tenerlo al fin de vuelta.

Me detuve a ver la emotiva escena, percatándome de como Edward le pasó por un costado a EdwJake, pasándome de igual modo a mí por un lado, con su cara de pocos amigos, espetándome por demás molesto.

—No puedo con este muchacho, habla con tu hijo Jacob.

"Genial" Pensé cruzándome de brazos, molestándome ante sus odiosas palabras, ya que al parecer cuando Edji era toda una eminencia era su hijo pero cuando se portaba mal, justo como ahora, era el mío.

Rosalie se acercó a EdwJake, quien después de besar a Idalí en los labios, la soltó lentamente, para abrazar a la sonriente rubia, a la cual también alzó en brazos, recibiendo de ella unos cuantos manotazos en la espalda para que le soltara.

—¿Como está la mujer más hermosa del mundo? —Preguntó EdwJake adulando a su madre, siendo Idalí la que respondiera.

—¡Estoy bien, gracias! —Abrí grande los ojos ante aquello.

"Allí van de nuevo este par" Rosalie volteó a ver a Idalí fulminándole con la mirada, siendo Leah quien se acercara a los tres, tratando de disipar la bronca que se avecinaba. Las sirenas al fin cesaron su insistente resonar, escuchando a Leah decirle a su sobrino.

—Pero sí que estas grande y hermoso. —El chico puso cara de sobrado, haciéndole luego una reverencia a su tía al ser la loba Alfa de la manada, siendo Idalí quien rodara los ojos ante su arrogancia, acercándome al fin a los tres, preguntándole a mi hijo.

Lunasticio de dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora