Capítulo 9 -El recuerdo de hacer justicia y el dolor del desamor

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A ojos de Klaus Tombstone

Jamás pensé que me divertiría tanto en Forks como lo estaba haciendo. Después de la jugarreta de la pitufa, como yo le llamaba a Bree, el tremendo Show que se armó en la casa de los lobos me demostró que esta familia era lo que yo siempre había esperado de una.

En ellos había verdadero amor, eran intensos, unidos, y sus disputas familiares no eran por culpa de un maldito alcohólico y enfermo mental, ni mucho menos por una mujer que simplemente se dejaba golpear por un hombre tan solo por ser más fuerte que ella.

Los Cullen a mi parecer, eran mucho más auténticos que algunas familias americanas y eso me agradaba.

Rajky se había retirado a ver qué había ocurrido con sus padres, mientras que yo estudiaba a la imprima de mi superior, escuchando a Bree bajar las escaleras. Idalí puso los ojos en blanco al ver que la pitufa llegaba, mirándole de mala gana, mientras se acercaba a paso lento hacía la madre de teniente.

—Mira como me dejó el cabello de limpio tu hijo, más que teniente parece estilista. —La chica rió, mientras la rubia le preguntó cómo estaba eso de que Rajky le había lavado el cabello, percatándome de como la india la miraba con desdén.

—Pues que ayer apostamos la primera presa y tanto Edji como Klaus perdieron, teniendo que pagar su castigo siendo mis sirvientes. —Rosalie sonrió, acariciándole el cabello a la enana, aplaudiéndole la joda que nos había impuesto, consiguiendo que la joven Quileute se retorciera aun mas de la rabia.

Rajky regresó de nuevo a la casa, alegando que sus padres al parecer, estaban haciendo las paces y que era mejor dejarlos a solas, para ver si lograban resolver sus diferencias. El teniente se sentó junto a su imprima, la cual le preguntó casi al segundo de haber tomado asiento.

—¿Cómo es eso que le hiciste de sirviente a la resbalosa "esa"? —Rajky me miró a los ojos, a lo que yo observé a Bree, quien siguió conversando con Rosalie. El teniente suspiró, tratando de explicarle que aquello solo había sido un juego, pero la enajenada chica siguió armándole bronca a su pareja.

Él siguió contemplándome mientras yo intentaba no reír, ya que conmigo Rajky no tendría que dar explicación de sus actos, seria libre de hacer y estar con quien él quisiera, pidiéndole una sola cosa al muchacho... que me amara como yo lo amaba a él.

La chica siguió hablando y despotricando a los cuatro vientos su molestia, siendo Rosalie quien soltara en un tono de voz que denotó hastío.

—Dios mío... ¿el hablar tanto es genético o solo eres tu niña? —Rajky volteó a ver a su madre, justo cuando la joven se levantó del sofá y la señora Esme salió de la cocina acercándose a Idalí, abrazándola con dulzura, mientras le recriminaba a su hija.

—Rosalie, no debes tratar de ese modo a Idalí. —La madre de Rajky rodó los ojos de mala gana, jugando con el cabello de Bree, la cual le sonrió por demás encantada.

—No importa abuela Esme, se que ella jamás me va a querer. —Argumentó la chica poniendo cara de yo no fui. Era verdaderamente irónico, ya que a mi parece, Bree era una maldita, siempre lo había dicho y ella lo sabía, pero Idalí era la propia mosquita muerta y eso me explotaba el páncreas, si era que aquel órgano aun funcionaba dentro de mí.

Podía lidiar con una desgraciada tan autentica como Bree, ¿pero cómo actuar en contra de alguien que pinta una cara de ángel cuando en realidad manipula con su inocencia, su moral y sus buenas costumbres?... pensando que era más fácil lidiar con Bree que con ella y eso me irritaba.

—Ella si te quiere hermosa, a su manera pero lo hace. —Volteé a ver a Rosalie, quien bufó por la nariz, negando una y otra vez con la cabeza, haciéndole una trenza en el cabello a la pitufa, mientras Rajky se levantó del sofá al ver como sus padres entraron a la casa.

Lunasticio de dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora