Capítulo 10 -Un partido épico

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A ojos de Jacob

Caminé rumbo al claro donde acostumbrábamos a jugar béisbol, en el que hacía ya bastante tiempo que no teníamos un partido, pero el que habían organizado los Cullen para despedirme me llenaba de alegría, ya que, aunque no sabía si deseaba ver o no a mi padre después de lo ocurrido, igual debía de aprender a sobrellevar las cosas por la paz o todo en nuestras familias se convertiría en un caos.

Llegué sin poder creer lo que habían planeado durante toda la noche en aquel lugar, los Cullen se habían improvisado un estadio de béisbol con gradas y todo a lo rudimentario, por supuesto, ya que las gradas eran troncos de árboles atados para hacer los banquillos, mientras que una cerca con enredaderas eran el dugout, pintando de igual modo las líneas entre las bases, aquellas que formaban todas juntas un rombo, lo que me pareció verdaderamente asombroso.

—¿Te gusta pulgoso? —Preguntó Emmett, moviendo unos troncos de un lado a otro, mientras yo alzaba mi pulgar al ver semejante trabajo en equipo.

En verdad me hubiese gustado mucho haber participado, pero Edward se empeño en que debía dormir un poco, así que traté de complacerle para que se sintiera feliz y más tranquilo, prometiéndome que sería toda una sorpresota.

Observé a cada uno poner su granito de arena, acercándome a Edward, el cual me sonrió dulcemente, extendiendo sus brazos para que contemplara lo que habían organizado para mí.

—¡Es simplemente asombroso! —A Edward le brillaron los ojos ante mis palabras, percatándome del arribo de EdwJake, el cual llegó en mi auto junto con Idalí y sus dos tías, quienes al parecer, decidieron llegar antes, ya que de seguro no deseaban venirse con Billy.

—Buenos días gente hermosa de Forks, hoy hace una esplendida mañana cargada de intriga, adrenalina y deseos de vencer al oponente en un partido épico. —Alegó Edji, colocando las manos como si sostuviera un micrófono, y pretendiera abrir la trasmisión del partido como si este fuese a ser televisado. —¿Qué pueden decir los jefes de cada equipo a las cámaras de televisión? —Justo en ese momento Klaus y Bree llegaron a gran velocidad desde la casa Cullen, siendo el joven Alemán quien actuara como si sostuviera una cámara de televisión, mientras que Bree al ver a Idalí, le volteó la cara de mala gana, sacudiendo su larga cabellera negra, encaminándose hacia donde se encontraba Rosalie.

—¿Jefes de equipo? —pregunté, observando a EdwJake, el cual alzó una ceja, algo extrañado.

—Sí, tú serás el jefe de equipo por parte de los Quileutes, y mi padre Edward por los Cullen ¿no? —Preguntó el chico, a lo que yo respondí, negando con la cabeza.

—Yo jugaré en el equipo de los Cullen y en este equipo es Carlisle el jefe de equipo. —Edward asintió con una amplia sonrisa, encantado ante mi respuesta.

—¿Entonces quien será el jefe por los Quileutes? —preguntó EdwJake a lo que respondí de lo más tranquilo.

—Pues supongo que Sam. —EdwJake paseó sus ojos de Edward hacia mi persona, mientras yo le preguntaba a Idalí, tratando de cambiar de tema. —¡Y por cierto!... ¿Dónde está tu padre? —La chica me respondió que vendría más tarde, y que toda su familia había accedido encantados al partido de beisbol, aunque su padre no le había dado el sí a la primera. —Perfecto, solo falta que lleguen ellos para comenzar, mientras tanto podemos ver cuáles serán las posiciones.

Idalí comenzó a dar saltos a mi alrededor, notificándome que había pedido ser la lanzadora, ya que era un lugar donde no iba a tener tanto peligro.

—Perfecto, ahijada. —le comenté, posando mi brazo derecho por sus hombros, mientras Edward me informaba que el seria el jardinero central. —Como siempre, rey. —Me guiñó un ojo, mientras yo observaba a mis hermanas, quienes me miraban con caritas tristes, por demás sobre actuadas. —Déjense de ridiculeces conmigo, no estoy para sus melodramas. —Pero aquello no las detuvo, y ambas comenzaron a llorar, abrazándome al mismo tiempo, poniendo mi mejor cara de hastío, contemplando a Edward, el cual sonrió por demás de entretenido.

Lunasticio de dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora