Capítulo 16 -¿El equipo S.W.A.T. o la fuerza Cullen?

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A ojos de EdwJake

Después de planificar todo dentro del hotel, nos fuimos hasta la plaza Vendome, ya que era un lugar abierto, siendo mucho más fácil para Alistair detectar a Jacob desde aquel punto.

Francesca y Klaus discutían sobre quien iría y quien no, ya que al parecer, el sargento mayor se tomaba muy a pecho su papel de esclavo sobreprotector, mientras que la vampiresa lo disfrutaba aunque no se lo expresaba abiertamente.

Mientras tanto yo me colocaba un pequeño transmisor de oído, el cual la vampiresa había adquirido para nosotros, encendiéndolo para comprobar que serbia perfectamente, pudiendo comunicarnos entre todos.

—¿Quieren callarse de una vez? —Les exigí a ambos inmortales completamente exaltado, pero aquello fue inútil, escuchando su molesta discusión, mientras observaba a Alistair cerrar sus ojos, concentrándose en mi padre, abriendo raudo los ojos, comenzando a correr de repente, consiguiendo que todos lo hiciéramos detrás de él, deteniéndose de improvisto en una esquina, retomando nuevamente su carrera, como todo un sabueso entrenado.

—¿Se capta bien la señal? —preguntó Francesca, consiguiendo que todos les confirmáramos que así era, incluyendo a Sebastián, quien se había quedado en el hotel, ayudándonos con redes informáticas, que al parecer, el vampiro sabía jaquear perfectamente.

Seguimos corriendo tras Alistair, hasta que el vampiro se detuvo en el majestuoso "Museo del Louvre"

—¡Que empeño el de Aro en edificar sus dominios debajo de las grandes estructuras arquitectónicas! —Acotó el nómada, mientras todos los presentes observábamos el imponente museo, escuchándole decir a la mano derecha de Frances.

—El antiguo castillo de Louvre... su origen remonta al siglo XII fue el castillo de Francisco I y Enrique II pero fue la reina Catalina de Médicis la que terminó la edificación por completo, convirtiéndola en el gran palacio real, el cual es hoy en día el museo más famoso de Francia. —Francesca sonrió a la acotación de su esclavo, mientras decía.

—Hombres, dejando todo a medias para que nosotras las mujeres terminemos el trabajo que ellos hacen tan mal. —Klaus sonrió, siendo yo quien le diera las gracias al sirviente por la extraordinaria clase de historia Francesa.

—Lo que realmente queremos saber es en qué lugar podrían estar y que peligros hay que afrontar dentro mi estimado Sebas. —A lo que el vampiro respondió.

—Hay una fortaleza debajo del museo, fue creada por uno de los reyes pensando primero en sus tropas que en el reino mismo. —Klaus y yo nos miramos a las caras, chocando los puños al darnos cuenta de que habíamos dado con el paradero de Aro, mientras Francesca simplemente volteó la cara de mala gana, escuchando nuevamente las acotaciones del sirviente. —Lo más seguro es que en el museo trabajen vampiros para estar alertas a cualquier intruso. —Francesca le dio las gracias a Sebastián, siendo Alistair quien comenzaba a caminar hacia el museo, alegando por lo bajo.

—Esto es una locura, cuatro vampiros en contra de unos ciento cincuenta más o menos. —sonreí mientras le notificaba.

—Podrán ser trescientos, pero no poseen entrenamiento militar y mucho menos mi don... créeme, aun no saben de lo que soy capaz. —Klaus asintió a mis palabras, entrando al fin al museo, separándonos para no crear sospechas.

Alistair se movió en círculos, observando la exhibición de arte como un transeúnte más, mientras era yo quien volteaba a ver hacia la recepción, girando rápidamente el rostro al ver quien se encontraba en aquel lugar.

—Jane se encuentra en recepción. —Les notifiqué a todos tratando de disimular, percatándome de como los demás intentaron verla sin ser detectados.

Lunasticio de dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora