Capítulo 5.

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Capítulo 5.

Reí al verme en el espejo mientras me hacía una coleta, y es que, me encontraba con la misma sonrisa de esta mañana, con la cual también desperté. He estado sonriendo todo el día y ahora me sentía ridícula.
La sonrisa ya la sentía imposible de quitar, y no sabía si eran por lo feliz o por lo nerviosa que me encontraba en estos momentos.

Bajé para desayunar e irme a la escuela, como siempre lo hacía, me despedí con un beso de mi mamá y de mi pequeña hermanita para luego salir.
Todo el camino me fui tropezando con pequeñas piedras, me sentía tan estúpida y feliz al mismo tiempo, lo que no era tan bueno después de todo, porque cuando crucé la calle, casi me atropellan otra vez.

Lauren: ¿Camila, es en serio?

Rió mientras negaba con su cabeza.
Dios, su risa me produce escalofríos, y es que era un sonido que podría escuchar toda mi vida, y no lo decía porque ella me gustara, sino porque de verdad que su risa era hermosa, tanto que podría apostar que cada persona de Miami que la escuchara, quedaría embobado como yo.

-Lo siento. -reí con ella.- Estoy más estúpida de lo normal.

Lauren: Ve a clases. -hizo un pequeño gesto con su cabeza, indicándome que entrara a la escuela.- Te veo más tarde.

«Te veo más tarde»
Mi estomago se apretaba junto con mi garganta, y me hacía falta el aire con solo pensar en esas palabras.

Lauren: A no ser que ya no quieras.

-¿Qué?, no. -le sonreí.- Claro que quiero.

Lauren: De acuerdo. -sonrió sin mostrar sus dientes.- Entonces te veo más tarde.

Asentí y continué mi camino, esta vez con mis piernas temblando con mayor intensidad.
Toda la tarde estuve fuera de órbita, volando por mi mundo, pensando y creando mis cuentos de hadas con la ojiverde.

xx: ¿En qué piensas, Camila?

Alguien susurró a mi oído y yo simplemente contesté sin saber lo que decía, siquiera sabía a quién se lo decía, pero es que realmente me encontraba en mi burbuja. Pequeña y encantadora.

-En que me verá más tarde.

Toda la clase rió con coordinación, incluyendo a mis amigas. Justo ahí me di cuenta a quién se lo había dicho. Al profesor.

Profesor: ¿Quieres que te de un castigo, Camila?

-No, señor. -lo miré avergonzada.- Lo siento.

Profesor: Entonces presta atención.

Golpeó fuertemente la mesa, lo que me hizo saltar un poco, esperando que volviera con la clase para que las personas no estuvieran tan pendientes de mí.

Minutos después, ya estaba nuevamente fuera de todo, pero me distrajo un fuerte golpe.
Dinah me golpeó en la cabeza con un cuaderno y no me pareció fuera de lo normal, porque siempre lo hacía.

-¡Hey!, ¿Qué hice?

Dinah: Camila, estamos hablándote hace más de cinco minutos.

-¿Y creen que golpeándome con un cuaderno servirá?

Ally: Por lo que vemos, creo que sí. Es solo que quedaste más tonta. -se burló, pero luego se avergonzó.- Ay, lo siento.

-¿Qué pasa?

Dinah: Es hora de irnos.

-Oh, claro.

Tomé mis cosas, las guardé en mi bolso y salimos del salón.
Mientras caminábamos a nuestros casilleros me tocaron delicadamente el hombro para que volteara y sentí esas cosquillas en mi estómago al encontrarme con esos preciosos ojos verdes, los que brillaban intensamente.

Don't Forget Me. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora