Capitulo 55.

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Capitulo 55.

A la mañana siguiente me desperté mucho antes para verla y acariciarla. Estuve haciéndolo hasta que llegó la hora de despertarla para que fuera a la universidad.

Tomé su mano y la entrelacé con la mía. Comencé a acariciarla delicadamente.

-Despierta, pequeña.

Me acerqué a sus labios y la besé suavemente. Camila no dejó que me alejara situando sus brazos en mi cuello y volvió a besarme.

Camila: No quiero ir. Desearía estar todo el resto del día haciendo esto. -me besó nuevamente.- sería un día hermoso.

-Ve a besar a Sandra. -me levanté.- también sería un día hermoso.

Camila: -se quejó.- No seas así. -tomó mi mano y tiró de ella. Lo que me hizo caer sobre ella a centímetros de sus labios.- Sé que quieres. -rió.- lo sé.

-Es obvio que quiero.

Empecé a besarla tiernamente, pero cada vez se volvía más profundo y agresivo. Pasaba las yemas de mis dedos por sus costados, haciendo que se erizara por completo.
Bajé para besar su cuello y segundos después volví a besar sus labios, los quería solo para mi.
Camila sacó torpemente mi camisa para dormir, acto seguido por mi. Con mis dedos ágiles en esto saqué su sujetador.
Nuestras prendas quedaron esparcidas por toda la habitación. Entrelacé nuestras manos.
Besaba y mordía suavemente su cuello.
Logré hacer un camino desde su pecho hasta su estomago que se contraía. Solté sus manos para situarlas en el inicio de su corto short de pijama y comencé a bajarlo para quedar anonada con su cuerpo totalmente desnudo frente a mi.
Abrí ligeramente sus piernas en torno a mi cuerpo para lograr una mejor postura. Besé sus muslos. Me encantaba que reaccionaba hasta al más mínimo contacto.
Introduje uno de mis dedos en su centro. Lo que hizo que Camila gimiera, de una manera totalmente placentera para mi.
Me acerqué a su rostro para besarla sin sacar mi dedo del lugar. Corté el beso para morder el lóbulo de su oreja. Cada segundo aumentaba la velocidad. Camila gemía en mi oído y rasguñaba mi espalda agresivamente. Introduje dos dedos más y seguí con una velocidad mayor.
Cuando sentí que su cuerpo comenzaba a temblar y a tensarse. Saqué mis dedos. Dirigí mi cabeza al lugar y terminé la acción con mi lengua.
Camila estaba derrotada. Me situé a su lado.

-Te amo. -susurré a su oído con mi voz agitada y entrecortada.- Te amo tanto.

Camila: Yo también te amo.

Apenas salió un hilo de voz de su parte. Se aferró a mi cuerpo. Era tanta la cercanía que sentía el latir de su corazón, estaba acelerado.

Camila: Puedo asegurarte de que soy tuya otra vez. -susurró en mi oído.- siempre lo seré.

-No me asegures nada, hermosa. -besé el costado de su cabeza y me alejé un poco.- alístate, debes ir a universidad.

Camila: ¿Debo ir?, estoy una hora tarde.

-Una hora tarde. -repetí.- pero te quedan muchas más.

Me levanté, me dirigí al baño y me di una ducha con agua fría. Mis manos temblaban, mis piernas se entorpecían y mis labios... la necesitaban cada segundo.
No lograba contenerme a su lado, no debía.. pero quería. Mi gran problema era ese.

Dejé a Camila en la entrada de la universidad como todos los días, pero ahora... no quería que se fuera, ni que estuviera lejos de mi. La extrañaba de alguna forma.

*POV Camila.*

Me sentía suya nuevamente, de hecho, lo soy desde el primer momento.
Recordé que la clase a la que llegaría tarde era a la de mi querido profesor, el que me odia tanto.
Al entrar al salón todos me observaron fijamente, me puse nerviosa.

Don't Forget Me. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora