Capitulo 68.

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Capitulo 68.

*POV Lauren.*

Quise besarla, ¡Pero no debía!. Le dije que podría funcionar nuevamente lo nuestro, ¡Eso no es cierto!. Ella volverá y volverá a dañarme... pero mi corazón dice a gritos que vuelva con ella, que la ame como nunca antes.
Comencé a dar vueltas por toda mi habitación. ¿Por qué ahora último estoy tratando de dejar aquel vicio?. Estoy tan desesperada por droga... se volvió tan necesario para mi.
Mis labios temblaban como nunca antes, mi respiraciones se volvieron jadeos, se me hizo muy difícil respirar normalmente.
¿Qué hago?, ¿Cómo detengo esto?.
Primera opción. Droga.
Segunda opción. ...Camila...

Observé detenidamente el cajón frente a mi. Adentro de él se encontraba aquella mierda.
Si seguía un segundo más en la habitación mis impulsos ganarían otra vez, como lo han hecho ya hace dos meses. Me encontraba sola en casa, nadie me podía ayudar... excepto ella.
Tomé las llaves de mi motocicleta y salí en dirección a casa de los Cabello's, estaba lloviendo demasiado que en segundos estaba empapada.
Mis manos temblaban sin control, estaba teniendo el peor ataque de pánico que se había producido en mi. Las lagrimas llenaron mis ojos y corrieron por mis mejillas confundiéndose con las gotas de lluvia. Quiero cambiar... nuevamente por ella.

Al llegar me bajé muy rápido y dejé tirada la moto en la acera. Corrí a la puerta, toqué desesperada para que alguna persona me abriera.
Nada.
Toqué nuevamente, mucho más fuerte. Nada.
Caí al suelo de rodillas y situé mis manos en mi rostro, llorando. La puerta se abrió de golpe, pero no levanté mi cabeza, no podía dejar de llorar ahora. La voz de la madre de Camila llegó a mis oídos.

Sinu: Lauren, son casi las tres de la madrugada. -se arrodilló a mi lado, envolviéndome en sus brazos suavemente. Como mi madre....- ¿Qué te ha pasado?.

Yo me aferré a lo que llevaba puesto, al parecer un pijama. No lograba hablar, ya no podía hacer nada, solo llorar.

Sinu: ¡Alejandro!, ¡Camila!. -gritó muy fuerte hacia dentro de la casa. Aún sin soltarme.- ¡Necesito ayuda!, ¡Rápido!.

Una de sus manos acariciaba mi espalda de arriba a abajo. Pero no servía de nada.

Sinu: Todo va a estar bien, Lauren. -besó mi cabeza.- Tranquila.

Levanté mi vista y vi que Camila bajaba con pasos lentos y débiles. Sus ojos estaban cerrados, estaba durmiendo. Se acercó a la puerta de entrada y abrió sus ojos, los cuales de inmediato se agrandaron. Al igual que su madre se arrodilló a mi lado y levantó mi rostro con ambas de sus manos. Estaba muy preocupada.

Camila: ¿Qué te pasó?, ¿Te hicieron algo?.

Yo temblaba mucho más que antes, tal vez por la ansiedad de drogarme o por estar casi congelándome por estar empapada.
Sinuhe se levantó, y rápidamente volvió con una manta, colocándola sobre mi.
Camila me levantó con cuidado y entramos en la casa. Mi piel se erizaba, no dejaba de temblar... esto era horrible. Parecía una psicótica.
Me sentaron en el sofá principal. Todos me miraban preocupados. Camila me abrazaba de costado para conseguir calor.

Camila: Háblame.. -acarició mi rostro.- ¿Qué te pasó, Lauren?.

La presión en mi pecho desapareció con su contacto en mi rostro, sus manos estaban cálidas y suaves.

-N... no... -hablé en un hilo de voz.- no.. no qui... quiero...

Apoyé mi cabeza en el pecho de Camila. Ella acariciaba mi cabeza y enredaba sus dedos en mis cabellos.
Probablemente mi ansiedad aumentó, ya que ahora mis piernas igual temblaban.

Camila: ¿Qué cosa no quieres?. -guardé silencio.- Contéstame, Lauren, por favor.

-Dro.. droga. -jadeé.- no quiero... ya no.. -sollocé.- ayúdame, por favor.

Camila: Tú.. necesitas droga, por esa razón estás así... -me comprendió.- tienes ataque de ansiedad, Lauren.

-Lo.. lo siento, Camz.

Camila: No tienes por qué sentirlo, amor.

Besó mi cabeza, y me ayudó a levantarme nuevamente.

Camila: La llevaré a mi habitación, ¿sí?. -le preguntó a sus padres.- Mamá, busca un tranquilizante, por favor.

Sinu: De acuerdo, también llamaré a su padre.

-No.. no es mi pa.. padre.

Todos guardaron silencio.
Mis piernas ya no soportaron mi propio peso y caí de rodillas al suelo. Camila quedó a mi lado ayudándome nuevamente a levantarme.

Camila: Vamos, Lolo. -me sujetó de mis caderas y me levantó.- subamos.

Yo parecía estar ebria.
Subí escalón por escalón junto a ella. Tenía una sensación de hormigueo en mis manos.
Entramos en su habitación, estaba ordenada «al contrario de la mía.»

Me senté en la orilla de su cama aún temblando como nunca.

-Ne... necesito hacerlo. -hablé entrecortado y a penas audible.- lo necesito.

Camila se arrodilló frente a mi, tomando mi rostro entre sus tibias manos y secó las lagrimas que vagaban por mi rostro.

Camila: Tú no necesitas nada de eso. -se levantó para sentarse a mi lado y abrazarme otra vez.- yo te sacaré de esa porquería, Lolo. No voy a ver que te estás destruyendo como antes, realmente me niego a hacerlo.

Besó mi cabeza. A la habitación entró Sinu con un vaso de agua y un tranquilizante. Se acercó a nosotras y me ofreció el vaso. Estiré mi mano lentamente, pero no lograría sujetarlo, estaba temblando demasiado como para sujetarlo y no dejarlo caer.
Camila lo notó y tomó el vaso por mi, acercó el tranquilizante a mi boca para que lo tragara junto con el agua. Deseé con todas mis fuerzas que el tranquilizante funcionara de inmediato.

*POV Camila.*

Son las cinco de la madrugada y aún sigo acariciando su cabeza y sus brazos para que se duerma, o solamente que deje de temblar. Ella está a mi lado en la cama, con su cabeza en mi pecho.
Ya van tres tranquilizantes y aún no deja de temblar del todo. Estoy cantando canciones a su oído para calmarla.
Agradezco bastante que haya venido a pedir ayuda a nosotros, quizás si no hubiera sido así estaría en las calles con esos estúpidos.

Lauren: Gr.. gracias.

Susurró acariciando mi pecho con la yema de sus dedos.

-No tienes por qué, Lolo. -tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.- sabes que haría todo por ti.

Besé su frente y la acerqué mucho más a mi. A los segundos después dejó de temblar y su respiración se reguló. Al estar ya aliviada por su estado me dormí.

*POV Lauren.*

Sentí unas ganas insoportables de decirle que la amaba, pero eso lo arruinaría todo, o mucho peor, podía ser que respondiese que ella también me amaba. En ese caso mi vida se vendría abajo.

No logré dormir absolutamente nada, solo velé el sueño de Camila. Se veía tan pacifica, relajada.. era la misma persona de la cual me enamoré.

Me alejé de su alcancé y salí de la cama. Volví a observarla detenidamente, un impulso dentro de mi me hizo acercarme a ella... besé su frente y su mejilla.

-Gracias, Camz.

Susurré a su oído y salí de su casa silenciosamente. La ansiedad ya no se encontraba en mi gracias a esa familia.

Don't Forget Me. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora