La Serpiente se enamoró de la Leona

Problemas en el primer día, Un boggart extraño y un sueño sin sentido

-¡A Harry no! ¡A Harry no, por favor!

-¡Avada Kedavra!

El cuerpo sin vida de una mujer cayó al suelo con un ruido sordo, seguido del llanto de un bebé. Una figura alta y envuelta en una capa se acercaba a una cuna donde había un bebé que, al ver al extraño, comenzó a llorar.

Una varita apuntaba al bebé directamente a su carita.

-¡No, déjalo!

-Rini

El ser encapuchado se mostraba furico, al parecer no le agradaba escuchar al pequeño llorar

-¡No lo lastimes!

-¡Rini!

-¡Avada Kedavra!

-¡NOOO!

-¡DESPIERTA DE UNA BUENA VEZ!

Rini abrió los ojos y lo primero que vio fue unos ojos lobunos y dorados.

-¡Xóchitl! -exclamó la chica al ver a la brije casi encima de ella.

Se hizo a un lado para despegarse de ella, pero lo único que logro fue que se cayera de la cama y se pegara con la mesita de noche en la cabeza.

-No hagas eso -le reclamó la chica, sobándose la parte de la cabeza donde se pegó

-Perdón, solo trataba de despertarte de esa pesadilla.

-¿Qué?

-Qué no tenías una pesadilla por como estabas gritando

Rini hizo memoria pero lo más que pudo recordar fue el grito de una mujer y un resplandor verde.

-Otra vez esa voz...

-¿Cuál voz? -pregunto Xóchitl, bajándose de la cama y colocándose enfrente de ella.

-La voz que escuche cuando apareció el dementor en el compartimiento del tren

-¿La misma que Harry dijo que escucho?

-No sé

Miró su dormitorio y se dio cuenta que ella y Xóchitl estaban solas. Ni Hermione estaba y eso le pareció extraño

-¿Dónde están las demás? ¿Qué hora es?

-Ya se fueron a desayunar y son... -se levantó y recargando sus patas en la mesita de noche, reviso la hora-. Las siete cuarenta y cinco

-¿QUEEE?

Rini tomó el reloj para asegurarse que le dio mal la hora, pero vio con horror que era verdad. Se levantó y comenzó a ponerse el uniforme como loca.

-¿Por qué no me despertaste antes?

-Antes de que todas se fueran lo intente, incluso cuando comenzaste a hablar en sueños, y todas ya se habían ido por lo que no te escucharon.

Terminó de ponerse el uniforme y salió corriendo hasta el Gran Comedor, seguida por Xóchitl, para al menos comer un pan tostado de rápido.

Llegó y vio que ya casi no había nadie y, a tiempo, logró tomar el pan tostado antes de que la comida desapareciera.

-Srta. Macías ¿Dónde estaba? -Rini se volvió y vio que se trataba de McGonagall. Desde temprano, primer día y ya en problemas-. Todos sus compañeros ya se fueron a sus clases y usted apenas viene a desayunar... bueno, a comer algo al menos

-Lo siento profesora

-Bueno, aquí esta su horario de clases. -Le tendió el pergamino, todavía con el entrecejo fruncido-. Y le aconsejo que se de prisa.