Inicio Quinto Año en Hogwarts. Se descubre la enfermedad de Alex

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Severus nadaba lo más rápido que podía pero aún así le parecía que no llegaba a ella. Sirius estaba en la orilla caminando de un lado a otro desesperado por no saber nada de Alex y que era lo que estaba haciendo Snape ¿Por qué tardaba tanto? ¿Qué le pasó a Alex? eran las preguntas que más rondaban por la cabeza del animago, pero sobre todo ¿Qué rayos hacía Quejicus aquí?

Al fin, Severus pudo alcanzar a ver donde se había hundido Alex pero le preocupó ver que ella no hacía nada para regresar a la superficie.

«Alex... no...»

Se sumergió en el agua y vio que la chica comenzaba a cerrar los ojos. Nadó lo más rápido que pudo, estiró su brazo pero sentía que la chica se alejaba cada vez más.

«Alex, por favor... Resiste...»

Ya empezaba a oscurecerse y ni rastros de la chica ni del murciélago; Sirius ya no sabía qué hacer, se estaba desesperando y creía que a este paso se volvería loco. Entonces de pronto escucho el romper del agua, se dio la vuelta y vio a Snape surgir del agua con Alex en brazos e inconsciente.

— ¡Alex! —Sirius corrió hacia ellos, desesperado por la chica

— ¡Hazte a un lado, Black! Necesita primero auxilios ¡Y rápido!

Severus la recostó con cuidado en la arena, revisó su pulso y se dio cuenta con temor de que estaba débil. Comenzó a sacarle el agua, se recostó en su pecho para escuchar su corazón pero no podía escuchar nada. Le tapó la nariz y se acercó poco a poco a sus labios para darle respiración boca a boca, pero Sirius se lo impidió.

— ¿Cómo se te ocurre tratar de besarla en un momento así?

— ¡Son primeros auxilios, ignorante! Y si no lo hago ahora ¡puede morir!

Sirius no dijo nada más y dejo que Severus continuara. Continúo con el RCP, pero cuando llego el momento de la respiración boca a boca, esta vez Sirius no lo interrumpió pero se tensó un poco.

«Pequeña... Quédate conmigo, por favor» pensó Severus angustiado

Se inclinó sobre ella y comenzó con la respiración. Después de unos momentos seguía con la compresión cardiaca y después con la respiración y así estuvo hasta que Alex finalmente reacciono; tosió con brusquedad y comenzó a abrir los ojos.

Lo primero que la chica vio fueron unos ojos negros, los cuales la miraban con preocupación y después pasaron a alivio.

—Severus... —murmuro la chica, pero ninguno de los dos la escucho

—Alex —dijo Severus—, gracias al cielo ¿cómo te sientes?

—Creo que bien

Comenzó a incorporarse, con la ayuda del profesor.

— ¡Alex!

Sirius aventó a Severus para poder acercarse a la chica y abrazarla.

— ¡Gracias al cielo! Estás bien

—Sirius —miró al profesor algo sonrojada—. Gracias por salvarme

—De nada

—Por cierto, Quejicus

—Ay no... Sirius, por favor no empieces

—Lo que yo haga no es asuntó tuyo, Black

Alex, como siempre, tuvo que ponerse en medio de ellos para evitar "matarse". Estuvo a punto de morir ahogada y esos dos se ponían a discutir como siempre. Los dos miraron a Alex y después entre ellos lanzándose miradas de odio; Severus miró a Alex a los ojos por un momento, desvió la mirada y le dio la espalda.

La Serpiente se enamoró de la LeonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora