Peleas, regalo misterioso, dudas y reconciliación

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Desde que regresaron de Hogsmeade, Ron y las chicas notaban que Harry se portaba de una manera extraña y no era para menos; descubrir que el mejor amigo de sus padres los había traicionado, cualquiera se pondría igual que él. El chico no podía sacarse a Black de la cabeza, imaginándoselo varias veces como había entregado a sus padres a Voldemort y reía malévolamente.

-Harry..., tienes un aspecto horrible.

Harry no había podido pegar el ojo hasta el amanecer. Al despertarse, había hallado el dormitorio desierto, se había vestido y bajado la escalera de caracol hasta la sala común, donde no había nadie más que Ron, que se comía un sapo de menta y se frotaba el estómago, y Hermione, que había extendido sus deberes por tres mesas, junto con Rini, quien también tenía todos sus deberes extendidos en las tres mesas.

-¿Dónde está todo el mundo? —preguntó Harry

-¡Se han ido! Hoy empiezan las vacaciones, ¿no te acuerdas? —preguntó Ron, mirando a Harry detenidamente—. Es ya casi la hora de comer. Pensaba ir a despertarte dentro de un minuto.

Harry se sentó en una silla al lado del fuego. Al otro lado de las ventanas, la nieve seguía cayendo. Crookshanks estaba extendido delante del fuego, como un felpudo de pelo canela.

-Es verdad que no tienes buen aspecto, ¿sabes? —dijo Hermione, mirándole la cara con preocupación.

-Estoy bien —dijo Harry.

-Pues no lo aparentas -dijo Rini

-Escucha, Harry —dijo Hermione, cambiando con Ron una mirada—. Debes de estar realmente disgustado por lo que oímos ayer. Pero no debes hacer ninguna tontería.

-¿Como qué? —dijo Harry

-Como ir detrás de Black —dijo Ron, tajante.

Harry se dio cuenta de que habían ensayado aquella conversación mientras él estaba dormido. No dijo nada.

-No lo harás. ¿Verdad que no, Harry? —dijo Hermione.

-Porque no vale la pena morir por Black —dijo Ron.

-Además de que eso sería hacer una locura tremenda -dijo Rini

Harry los miró. No entendían nada.

-¿Saben qué veo y oigo cada vez que se me acerca un dementor? —Ron y las chicas negaron con la cabeza, con temor—. Oigo a mi madre que grita e implora a Voldemort. Y si ustedes escucharan a su madre gritando de ese modo, a punto de ser asesinada, no lo olvidarían fácilmente. Y si descubrieran que alguien que en principio era amigo suyo la había traicionado y le había enviado a Voldemort...

Rini sintió algo extraño en su interior cuando Harry dijo eso... Entonces lo que escuchaba, eran los últimos momentos de vida de los padres de su amigo, pero... ¿Por qué ella podía escucharlos? Ella no tenía nada que ver en eso, apenas hace dos años que conocía a su amigo y nadie sabía como habían muerto los Potter. Entonces ¿Por qué los escuchaba?

-No puedes hacer nada —dijo Hermione con aspecto afligido, haciendo que Rini saliera de sus pensamientos—. Los dementores atraparán a Black, lo mandarán otra vez a Azkaban... ¡y se llevará su merecido!

-Ya oyeron lo que dijo Fudge. A Black no le afecta Azkaban como a la gente normal. No es un castigo para él como lo es para los demás.

-Entonces, ¿qué pretendes? —dijo Ron muy tenso—. ¿Acaso quieres... matar a Black?

-Cállate, no le des ideas -dijo Rini, enojada

-No seas tonto —dijo Hermione, con miedo—. Harry no quiere matar a nadie, ¿verdad que no, Harry?

La Serpiente se enamoró de la LeonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora