Cap 2

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Después de esa platica con el rey, el castaño se dirigió a una de las tabernas del pueblo.
Entro, el ruido estaba presente,y olor a alcohol hizo presencia en su nariz. Se armó paso entre los ebrios y concubinas que había en el lugar, gritos, risas. Ruido total.

Se acercó al rubio que estaba sentado rodeado de mujeres, y bebiendo un tarro de cerveza.

-Claro hermosuras, he peleado y vencido - reía y alardeaba alegre el rubio - quien como yo, no es así - se levantó de su asiento, levantando su tarro y bebió de una el contenido.
Las mujeres que lo rodeaban empezaron a reír y los hombres cerca de ahí gritaban su nombre.

El castaño rodó los ojos, y se acercó más al rubio, dando notar su presencia. De repente el bar se tornó silencioso. Y todos veían al imponente hombre en silencio.

-Ah, Capitán - sonrió el rubio con burla
-McCormick, mueve tu culo, necesito que busques a alguien -gruño serio.

El rubio sonrió.

Kenneth McCormick, era el brazo derecho del Capitán Cartman, un valiente hombre y un as en la espada. Sin excluir que es uno de sus mejores hombres en su cuadrilla.
Era un fiel y excelente hombre, pero eso no quitaba que era un total depravado y mujeriego.
Si por algo era conocido; era por sus múltiples amoríos.

-Bien mis bellas y encantadoras damas... -dijo tomando entre sus brazos a dos mujeres junto a él - mi capitán necesita de su valiente hombre, me retiro -dijo sin vergüenza alguna dirigiéndose a la salida junto al castaño. Quien paro un segundo antes de salir.

-Escuchen bien, nos quedaremos en este pueblo, no sé por cuánto. Así que atentos a futuras órdenes. - y sin más, el castaño salió; después de escuchar un claro "Si, capitán"
No lo negaba, sus hombres le tenían bastante estima y le eran fieles.

Ya una vez fuera del bar, caminaron en silencio por las calles.

-McCormick, necesito que busques al capitán Marsh -hablo serio y con voz helada
-¿Marsh?...creí que lo odiabas - contesto tranquilo, él podía tratarlo como amigo y no como su mayor. Así había sido desde siempre.
-Es así, pero necesitare su ayuda, por eso quiero que vayas y le digas que el rey ha requerido su presencia antes de su muerte -
-Ah, ya veo, iré mañana en la mañana; tengo entendido que se encuentra a no más de 5 días de aquí; tratare de llegar lo antes posible -
- Hazlo, confió en ti-
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Ya había pasado un par de días desde la partida de Kenneth, Cartman esperaba con ansias las órdenes del rey. Le sorprendía como su majestad tomaba las cosas a la ligera, o así lo veía él, había pasado, algunas veces, el tiempo con él, y se comportaba con tranquilidad. Pensó que sería a causa de la aceptación de su cercana muerte.

La noche caía, el castaño descansaba en la posada donde se había instalado.
Se levantó por unos golpes en su puerta, le llamaban estaba claro.

-Capitán Cartman, soy Butters el sirviente del rey...-dijo una voz al otro lado de la puerta.
Abrió la puerta y vio a ese joven rubio parado.
-Dime-
-Capitán, perdone la hora; pero el rey solicita urgente su presencia-
El castaño asintió y rápidamente se fue junto al rubio.

Al llegar a la habitación, vio a varios hombres junto al rey, sirvientes y guardias lo rodeaban.

-Señor, el Capitán está aquí- dijo Butters
-Déjenme a solas con él, por favor - contesto débil

Todos en la habitación se retiraron, dejando al castaño y al débil rey solos.

-Theodore, por favor acércate...- El castaño lo hizo, se acercó e inclino - Theodore, estoy débil y mal, no creo pasar de esta noche, sin embargo quiero que escuches no permitas que la corte tome el reino, no permitas que este reino se marchite... -

Silencio un poco su voz, él y Cartman voltearon a la puerta, se oía ruido detrás

-Son ellos Theodore, la corte sabe que moriré...- se abrió la puerta - ...busca a mi hijo, está más allá de las tierras frías, en un pequeño pueblo- pasos se acercaban a ellos -encuéntralo y tráelo, vete ahora, por favor...-dijo con un pequeño hilo de voz.

Cartman se levantó, se dio la vuelta y se marchó, bajo la mirada de 4 hombres y del rubio sirviente.

-Gerald, creo que llego el final ¿cierto? - Dijo uno de los hombres
-En lo absoluto Donovan- sonrió -¿Por qué no dejas que él termine el trabajo como lo estuvo haciendo por todo un año? -
Los 4 hombres se miraron y sonrieron
-Si ese es su último deseo, majestad, se le será concedido- Uno de ellos saco una daga, y se la entregó al joven rubio. Quien se acercó con lentitud a la cama y vio a su rey.
-Bien Butters... termina lo empezado, fuiste un gran chico...- y esas fueron sus últimas palabras, las últimas palabras salidas del rey.
El rubio alejo la daga del cuello del rey. Había terminado las órdenes que se le dieron, asesinar al rey.
-Bien, Stotch, lo has terminado, ahora dinos ¿Por qué el capitán de la armada oeste estaba aquí? -pregunto serio uno de los 4, quien miraba atento al rubio.
-Lo que tengo entendido señor, el rey tuvo un amorío y de él surgió un niño - contesto
-Con que el estúpido cree que ese Capitán lograra encontrar a su bastardo... antes lo encontraremos nosotros y terminaremos con ese apellido; Stotch, ve y anuncia la muerte del rey; y manda a la guardia real a buscar y capturara al Capitán por traición- El rubio asintió y se fue
-Donovan, ¿qué haremos con el bastardo? -
-Lo encontraremos antes y terminaremos su miserable existencia; nadie puede saber que el rey tuvo un descendiente, mandare a que lo busquen y lo maten-
Los 4 hombres sonrieron y se retiraron, dejando el cuerpo inerte del rey en la cama.
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El castaño corría por las calles oscuras y frías, tenía que partir y ahora; era demasiado repentino. Tenía que encontrar cuanto antes al heredero al trono.
Llego al pequeño campamento en donde descansaban sus hombres.
-Arriba, tenemos que irnos de inmediato - ordeno con voz firme, los hombres sin rechistar se levantaron y empezaron a recoger todo.
-Capitán ¿sucedió algo? -pregunto un hombre al ver a su apitan algo alterado.
-El rey murió, y me ha ordenado algo antes, necesitamos buscarlo de inmediato. Así que vamos ahora mismo.-

Una vez recogido todo el campamento, subieron a sus caballos y cabalgaron fuera del pueblo. Si bien el rey había muerto hace poco, consideraba la idea de que esos 4 hombres le preguntarían bastantes cosas; lo último que quería era mencionar algo al respecto.

Paro por un instante y hablo
-Escuchen bien, iremos lejos, como no hemos podido tomar provisiones, seguiremos toda la noche hasta el próximo pueblo; Black ve a las tierras desérticas, alcanza a Kenneth y dile que se dirija con Marsh a las tierras gélidas; los veremos allá- El joven moreno asintió y partió en otra dirección.

-Vamos- ordeno el Capitán, todos empezaron a cabalgar, tras su mayor.
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-Mis señores, el capitán y sus hombres se han ido- hablo uno de los guardias inclinándose ante los 4 hombres sentados

-Escapo el infeliz, bien, retírate... -dijo con voz autoritaria, el guardia hizo una reverencia y salió.
-Bien Donovan, ¿Qué haremos ahora? -hablo un hombre pelirrojo
-Tranquilo Tenorman, se quien pude encargarse de esto; mientras tanto, Tweak envía al inútil de tu hijo a los renegados con esta carta - hablo Donovan, mientras con desinterés sacaba una carta,  el hombre de cabellera marrón oscura, estiro el brazo hacia el de hombre de cabello marrón, Richard Tweak. El hombre se levantó y se retiró.
-¿A su hijo? ¿Es una broma? Ese chico tiene problemas, ¿qué sucede si pierde la carta?, debiste a vérmelo pedido a mí, Bridon podría llevarlo; él no está demente -Comento, esto último con algo de burla.
-Tranquilo Gueermo, si el inútil de Tweek muere queriendo entregar esa carta no habrá problema; sería una vida perdida sin importancia; hasta le estaríamos haciendo un favor a Tweak-contestó con serenidad.
Los 2 hombres rieron con ese comentario.

Tweek Tweak, hijo de uno de los nobles de la corte; habitualmente los hijos de la nobleza formaban parte de la alta, siendo jueces, o comandantes de la armada. Siempre rodeados de riquezas; sin embargo, el hijo de Tweak era todo lo contrario a lo que deseaba.
Su padre había estado orgulloso de él desde su nacimiento, justo lo que quería, un niño, un fuerte y sano niño.
Hasta que el pequeño empezó a crecer y sus padres empezaron a notar algo peculiar en él, siempre tenía miedo, siempre decía que lo seguían, que lo espiaban; al principio creían que era juego, imaginaciones del chiquillo.
Cuando llego a una edad más adulta, Tweek empezó a ser conocido como "El loco del pueblo", una decepción para su padre, quien no tuvo consideración y lo corrió a su suerte, sin piedad alguna.

El príncipe herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora