Cap. 5

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-¡Kyle! ¡Kyle! ¡Kyle! - gritaba una chica rubia mientras corría a toda prisa.

Se aproximó a la puerta y toco desesperadamente.
Oyó como del otro lado gritaban un "ya voy" y abría un pelirrojo con una cara interrogante.

-Bebe, pareces loca tocando así -dijo algo enfadado, pero rápidamente su semblante cambio al ver a la rubia alterada.
-Kyle, ¡tienes que venir rápido! - anuncio rápidamente
-¿Sucedió algo?- se estaba preocupando un poco en la manera tan alterada que se veía la chica.
-Es Craig - al escuchar el nombre de su amigo, corrió apresurado a su casa junto a la rubia.

Al llegar entraron sin tocar la puerta, de igual manera los padres de Craig habían ido al imperio a llevar productos para vender.
-¿qué paso? -pregunto preocupado, al ver a dos hombres junto al cuerpo de su amigo.
-Nos estaba ayudando a recoger los sembradíos, cayó al suelo de repente - menciono uno de los hombres.
Kyle se acercó y vio a su amigo totalmente rojo; toco su frente
-Está ardiendo... Bebe, por favor ve por mi madre -hablo serio. La chica asintió y rápidamente salió.
No tardó mucho en regresar junto a una mujer pelirroja.
-Dios mío -comento preocupada, se acercó al chico.
-Kyle trae un balde con agua rápido-

Craig tenía bastante fiebre, y aunque la madre de Kyle, había bajado un poco la temperatura menciono que no duraría mucho, se notaba que estaba bastante enfermo, necesitaría ver un médico en cuanto antes.
El medico llego rápido, y lo que dijo no fue más que aumentar la preocupación de todos. No había medicinas, y Craig lo necesitaba y de inmediato.

Cayo la noche y Kyle no se apartaba de su amigo. Estaba preocupado.
-Bebe, ¿sabes cuándo llegaran sus padres? - pregunto la mujer pelirroja a la chica
- No señora, sus padres se fueron apenas hace 3 días. Mencionaron que tal vez se quedaría unos días en el imperio -
-Ya veo. Iré a ver si alguien ira al pueblo cercano - se levantó y salió de la casa.
-Kyle... -hablo preocupada la rubia. Se acercó y toco su hombro.
-Bebe, nadie en el pueblo podrá ir. Todos los viajeros fueron al imperio a vender. Solo quedamos nosotros. Y no pienso esperar- se levantó de su asiento, y camino a la puerta. Decidido a ir el mismo por la medicina.
-Kyle, espera, es peligroso, además tu nunca has salido del pueblo - hablo con preocupación y miedo.
-Bebe, estaré bien, cuida de Craig y por favor dile a mi madre que no se preocupe - salió de la casa sin escuchar a su amiga. Estaba decidido a ir. Por Craig.
Corrió a su casa en busca de un abrigo, y sin más tomo uno de los caballos y se fue. Apresurado, sin decir nada, sabía que su madre lo mataría cuando volviera. Pero no pretendía quedarse ahí viendo a su amigo enfermo.
Tenía que ir cuanto antes al pueblo más cercano, en las tierras gélidas sobre las montañas; a solo dos días caminando,no era muy lejos, el sabía con seguridad que llegaría y se ahorraría tiempo si iba en caballo, eso reducía los días en horas.
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-Capitán, Kenneth, Token y Marsh ya han llegado - anuncion uno de los hombres a su capitán.
-Bien, traelos de inmediato- ordenó, mientras seguía sentado. El hombre asintió y salió por la puerta.

Él  y sus hombres habían llegado hace 2 días y esperaba impaciente al Capitán de la armada sur. Llegó sabiendo muy bien a quien recurrir; alzó la vista, frente a él se encontraba una mujer de cabello largo y negro; permanecía quieta con la mirada fría. Alta, delgada, de finos rasgos.
Su nombre era Wendy Testaburger, y era una capitana, era la única mujer de entre los 4  capitanes que había.
Ella era capitana de la armada Norte.

Los dos permanecían en silencio, ninguno pensaba hablar. Se odiaban era notorio.

-Capitán -se escuchó repentinamente la voz de dos hombres que recién habían entrado.

-Kenneth, Token -Cartman pronunció con una sonrisa ladida, al ver a sus hombres.
Detrás de ellos entró un pelinegro con seriedad.
-Capitán Marsh -saludó, si lo odiaba, lo detestaba y repudiaba; pero eso no significaba que perdería los modales.
-Capitán Cartman - devolvió el saludo con sutileza.

Los 2 capitanes, norte y sur, discutian respecto a la repentina llamada de Cartman.
-Bien, es mejor que nos digas lo que sucede - dijo sería la pelinegra.
-Cartman, mandas a tu hombre en mi busqueda, y luego recibo una carta donde anuncia la muerte del rey. ¿Qué es lo que quieres? - fruncio el ceño. Quería explicaciones era más que obvio.
-Bien, necesito de su ayuda -ambos miraron al capitán Cartman con las cejas alzadas. ¿El orgulloso capitán del Oeste pidiendo ayuda?
-¿En que? -preguntaron casi al mismo tiempo los dos pelinegros.

Cartman puso una cara sería, y empezó a relatar todo lo que sabía. Desde la revelación de un heredero, a la traición de la corte.

-Bien, y dinos Oeste, ¿Porque te creeríamos? -pregunto Wendy con altanería.

-Norte, soy un hombre de palabra, muchos hablan de mi como un ser bastante directo. Soy confiable y créeme que si quisiera bromear o algo así. A los últimos idiotas a los que me dirigiría sería a ustedes -

-Calla cabrón, no tenemos porque confiar en ti -riño enojado el pelinegro.

-Disculpen capitanes, se que no debería meterme pero se como podrían creer en todo lo que acaba de decir mi capitán... -mencionó el ojos celestes.
Los tres miraron incrédulos al rubio y este sólo sonrió y miró al moreno.

-Kenneth tiene razón, hay alguien que le dirá todo -comentó el moreno.

-¿Así? ¿Quién? - demandó la chica

Ambos se miraron y salieron por la puerta. No tardaron mucho, bajo la atenta mirada escoltaron al pequeño rubio ante ellos.

-El es Tweek, y sabe un par de cosas interesantes que desearan escuchar -hablo el moreno -Tweek diles-

El pequeño rubio miro con miedo a los tres capitanes. Quien lo miraban con curiosidad.
Temblaba del temor.

-Yo...yo...entrege una carta, muy importante, mi padre me lo pidió- dijo apenado

-¿Una carta? De que mierda habla, Oeste más te vale que este no sea uno de tus trucos - bufo enojada la pelinegra.

Cartman guió su mirada algo molesta a sus dos hombres. ¿Qué demonios pasaba?

-Tweek, dile quien es tu padre y a quien te pidio le entregaras la carta- animo el moreno.

-Presión, es mucha presión... -decía tomando sus cabellos entre sus dedos -Dios mío, puedo hacerlo... soy Tweek Tweak, mi padre es Richard Tweak parte de la corte real, y me pidió que le diera una carta a los renegados. -los tres capitanes se miraron.

-¿Porque tu padre envió una carta a los renegados? -
-No lo se, sólo se que ellos fueron solicitados en el imperio por algo importante... sólo eso se - el rubio se sento tembloroso en el suelo mientras respiraba profundamente.

Los tres capitanes lo vieron con lástima y temor. Realmente era extraño ese chico.

Kenneth y Token tomaron al rubio, y salieron junto a él de la sala para dejar discutir a los capitanes.

-Bien, Cartman te creere, sólo porque no me da buena espina el hecho de que un miembro de la corte este vinculado con los renegados- dijo la pelinegra con gesto serio.
-Igual yo, ¿Qué se supone que haremos? -
-Bien, la prioridad es el muchacho del rey, pero también el imperio. Yo buscare al heredero, Marsh necesito protejas el imperio si este se empieza a salir de control, necesito a alguien que vigile desde dentro. Testaburger tú y tu ejército vayan a buscar al capitán del Este, necesitaremos su ayuda. Los cuatro debemos estar juntos y proteger South park. -hablo como lo que era, un líder.

Ambos capitanes aceptaron sin reproche alguno y salieron para prepararse y partir.

Cartman quedó pensativo, sabía lo que hacía sin embargo estaba apunto de estallar algo que no deseaba. Una guerra.

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Estaba cansado, realmente lo estaba. No paro ni un momento a descansar. Tenía prisa, eso y además que en su apuro de irse, olvido empacar comida.
Era despistado y lo sabía.
Esta realmente enojado consigo mismo; sin comida, sin dinero, sin nada. Eso le pasaba por salir con prisas.
Pensaba regresar, pero ya había llegado al pueblo de las tierras gélidas.
Ni modo, rogaría por las medicinas, o hasta robaría si era necesario.
Siguió caminando, ya era de noche y su estómago le dolía de hambre.
Se acomodó en un pequeño callejón y se abrazó a si mismo, para darse calor; cerró sus grandes ojos jade y cayó en brazos de morfeo.

El príncipe herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora