Cap 9

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-Vaya suerte –menciono un decepcionado rubio. –Llevamos 2 días con lo mismo, y no encontramos al condenado heredero.-
Suspiro fuerte. Y era cierto, ya llevaban 2 días enteros revisando a los pocos niños, chicos y hasta hombres no muy mayores, que había en ese pueblo. Habían sido ordenados, aunque se irritaban un poco, ya que varios padres se negaban a dejar que revisaran a sus hijos; obviamente Cartman no los obligaba, después de todo él era el invitado en ese pueblo. Y, para mejorar las cosas, varias veces se habían ilusionado en vano, varios chicos tenían manchas, pero para su desgracia, ninguna lucia como lo vio en el rey, y además, añadiendo, siempre que al preguntar la procedencia les respondían "marca de nacimiento" y les contaban historias que no concordaban con la que sabían.

-Oye Cartman, ¿no hubiera sido más fácil decirles que los que tuvieran una mancha en el hombro se presentaran? –pregunto a su capitán con curiosidad.
-Claro, y decirles que el que lo tenga será llevado al imperio para tomar el trono... -hablo el castaño.
El ojos celestes tan solo lo vio incrédulo.
-No seas idiota, Kenneth, ya has visto que varios tienen la mancha pero realmente no son. ¿Qué pasaría si encontramos uno, y al saber qué es lo que buscamos se aprovecha de la situación? – esta vez fue el moreno quien hablo.
-Lo que menos queremos es que sepan a quien buscamos y como lo reconoceremos...-
-Aun así, tienes razón al decir eso que se aprovecharan, pero ¿no ya se habrán dado cuenta?, digo eso de preguntar sobre la procedencia de la mancha es de por si sospechoso- ahora el moreno y castaño lo miraban incrédulos. Vaya por primera vez en la vida el rubio tenia razón.

Decidieron dejar las cosas así. Ya buscarían otro pretexto para seguir buscando. Y serian menos evidentes.
Un descanso no les vendría mal. Kenneth y Token decidieron comer algo, mientras el castaño solo decidió caminar por el bosque cercano, le parecía acogedor.

Caminaba sin rumbo fijo, estaba algo preocupado, tenía que encontrar al chiquillo. Tenía tantas cosas en mente, cuando, de la nada, llego a su cabeza dos jades... dos hermosos ojos jade. Suspiro. Vaya que ese niño lo traía dando vueltas. Perfecto. Otro problema más en su lista.

Paro su caminata, a lo lejos escuchaba un par de voces. Se acercó. Vio a 3 chicos, el tembloroso rubio, un chico pelinegro, y... el culpable de su, ahora obsesión con el jade.

-Vamos Tweek, por favor – rogaba el pelirrojo, trataba de sacar al rubio de un pequeño escondite en un árbol hueco.
-Ahg! No... no quiero, ellos están ahí, de seguro ya me encontraron y piensan matarme. Ah!... de seguro tú, tú ¡ahg! Eres uno de ellos... -el pequeño rubio pataleaba y gritaba.

El castaño levanto la ceja, algo extrañado y divertido por ver tal escena; ese rubio sí que era algo... ¿extraño?
Sin darse cuenta, se acercó a ellos, o bueno, al pelirrojo. Vaya que alimentaba su obsesión, y lo sabía.

-¡Craig! –miro a su amigo, quien estaba a unos segundos de morir de risa, le gustaba verlo sufrir. –Ayúdame imbécil -

El pelinegro se acercó, llegando frente al árbol y se inclinó, quedo frente a frente con el pequeño rubio tembloroso. Sonrió.

-Oye, ven... -acerco su brazo -... por favor... - estiro la mano, le sonrió. Vio como ese pequeño rubio lo miraba. También estiro el brazo, lentamente, con todo su cuerpo temblando, con su respiración entre cortante, con un pequeño tic en el ojo izquierdo, tomo la mano.
Craig lo levanto lentamente, todo el tiempo sonriendo, todo el tiempo tranquilo. El rubio, se incorporó poco a poco, sin dejar de ver los ojos del pelinegro, sin dejar de temblar. Una vez estando ahí parado, soltó la mano del pelinegro y...
-¡AHG! ¡Me quieres matar! –corrió.
Tanto el pelirrojo como el pelinegro lo observaron irse, ambos con cara de sorpresa. ¿Qué rayos paso?
-¿Qué mierda? ¿Le ayudo y así me agradece?, ya vera ese pequeño... -para sorpresa de Kyle, su amigo se echó a correr en la misma dirección que el rubio.
Todavía no salía de su sorpresa, bueno, bien le había dicho el Sr. Black, ese chico era realmente raro y estaba perturbado.

El príncipe herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora