Cap 3

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A lo lejos, en una pequeña aldea, lejos del reino, de la corte, de guardias, de armadas y todo relacionado al imperio. Una aldea pequeña, llena de campesinos, rodeado de sembradíos, campos gigantes, pastizales, arboles, aire puro; aire limpio y puro.
Un campo visualmente diferente.

-Anda Ky, vamos... -la voz animaba con alegría
-Es lo que intento...aaaah!- gritaba molesto.

Ambos jóvenes se encontraban en medio del bosque, sudando, jadeando. Uno con mirada alegre, otro con cara irritada. Uno pelinegro y el otro pelirrojo.
La tensión se sentía, o por lo menos en una parte.
Ambos empuñando una espada, ambos dando lo mejor de sí.

-Vamos pequeño Ky, se fuerte... ¡vamos! -gritaba entusiasmado el pelinegro. Le fascinaba ver a su amigo intentar ganarle, le gustaba entrenar junto a su amigo, era entretenido, el pobre chico no sabía nada de utilizar la espada.
-¡Aaaah!...-grito con fuerza el pelirrojo, levantó la espada, y con cansancio ataco de nuevo.
Pero no fue suficiente, el otro de un solo golpe, lo derribo y desarmo.
-Bueno Ky, demos por terminado esto...- estiro la mano hacia su amigo que yacía en el suelo, el otro sin ganas tomo la mano y se levantó.
Estaba cansado de perder, siempre era igual.
-Vamos Kyle, algún día me vencerás -dijo animando a su amigo
-Claro, como si algún día fuera a pasar -contesto con irritado.
El pelinegro sonrió y rodó los ojos, el orgullo de su amigo era grande -vamos Kyle, tengo hambre, vayamos y comamos algo -le sonrió, el pelirrojo no le quedo más que devolver la sonrisa.
-¿Tú invitas la comida Craig?-
-Claro niño, ahora vamos- contesto alegre mientras caminaba, y el pelirrojo lo empezaba a seguir.

Era un grandioso amigo, Craig Tucker; era hijo de un ex guardia de categoría bronce en el imperio; decidió dejar su cargo para estar junto a su esposa e hijo, ahora trabajaba como un simple campesino y le enseñaba a su hijo usar la espada.
Craig era un buen chico, algo orgulloso y de temperamento fuerte, pero siempre ayudaba a quien lo necesitaba.

Ambos se dirigieron a una pequeña cabaña, y entraron, realmente era acogedor ese lugar; y en el ambiente se respiraba paz.

-Anda Kyle, siéntate; te serviré un poco de estofado, mamá lo hizo - menciono mientras se dirigía a la cocina.
-Tu madre cocina bien... oye Craig ¿Cando me llevaras al imperio? -pregunto mientras veía los retratos colgados en las paredes.

El pelinegro, quien servía la comida, dejo a un lado lo que hacía.
-¿Por qué quieres ir allá? No te pierdes de nada, el imperio es como esa cueva llena de ratas que encontramos -contesto, mientras agarraba los cuencos llenos de comida y los llevaba a la mesa.
Coloco uno enfrente de Kyle y otro donde él se sentaría.

-Vamos Craig, tu dijiste que me llevarías un día -reprocho el pelirrojo -dijiste que me llevarías si entrenaba contigo, ¡vamos! - Insistía
-Bien Kyle, te llevare pero... - miro a su amigo quien sonreía ampliamente -...para tu cumpleaños-
-¿¡Que!? ¡No es justo! - miró a su amigo con molestia, frunciendo el ceño - Falta mucho-
-Anda Kyle, solo un par de meses... -esbozo una sonrisa en su rostro, tomó una cuchara y empezó a comer.
El pelirrojo bufo e imito la acción de su amigo.
Desde hace tiempo tenía ganas de visitar el imperio, y sabía que Craig era el único que lo llevaría. Su madre no lo dejaba ni acercarse al pueblo cercano.

Pasaron el resto del día practicando con la espada, a petición de Kyle, ya caída la noche decidieron tomar un baño en las aguas termales que había por el lugar.

-Aaaah! Esto es estupendo -dijo el pelinegro estirándose y relajando su cuerpo en el agua. -¿No te parece Kyle?-
-Si -dijo un ruborizado pelirrojo hecho bolita
Craig lo vio con las cejas arriba, y se hecho a reír.
-¿Enserio Kyle? ¿Crees que te hare algo solo porque estamos desnudos aquí? -no podía contener la risa.
-No -contento molesto
-No seas bobo mocoso, eres como mi hermanito -se acercó a él y acaricio su cabeza; revolviendo su cabello. Kyle sonrió ruborizado.

Al pasar un par de minutos, Craig observo al pelirrojo, precisamente su hombro derecho, y observo esa marca... él sabía, el significado de aquello, cerró sus ojos... recordando.

Flash back

-Craig -llamo un hombre desde la puerta de su habitación.
-Dime padre -
-El chico pelirrojo, con quien sales mucho -dijo acercándose a él y sentándose en su cama.
Lo miro con curiosidad
-¿Kyle?-dijo incrédulo
-Si él, ¿sabes su apellido? -
-No padre, ¿Por qué preguntas? -tenia curiosidad de saber porque su padre necesitaba ese dato
-Ya veo, Craig, eres un joven valiente y fuerte, es momento que te cuente algo...-

Su padre empezó el relato, de cuando servía al rey, al principio no sabía que tenía que ver su amigo en todo eso; hasta que poco a poco entendía.
Su padre le contó sobre una mujer enamorada del rey y el hijo ilegitimo fruto del amor de aquellos dos.
-Craig, tu amigo es ese niño...-el joven abrió los ojos, sorprendido, por supuesto -quiero pedirte, por mí, por tu madre, por tu amigo, que lo protejas.Nadie debe saber que es hijo del rey, ¿entendido? -el chico asintió.

Fin del flash back

Abrió los ojos nuevamente y sonrió, juro a su padre proteger a ese chico, y lo haría.

-Oye Kyle -llamo la atención del pelirrojo -¿sabes que significa tu nombre?-
-¿Mi nombre?, creo que sí, mi madre me lo dijo, es algo como hombre justo pero orgulloso -contesto
El pelinegro solo sonrió, era de esperar de Sheila, y se levantó de donde se encontraba.

-Mejor vámonos, tu madre se preocupara-
El pelirrojo lo vio y asintió.

Ya ambos vestidos se retiraron.
-Nos vemos mañana Craig, y no olvides nuestro trato -grito mientras corría en dirección a su casa.

Craig sonrió -Claro que no Kyle, algún día iras al imperio, pero no como un niño... príncipe- dijo para sí mismo. Retomando camino a su hogar.

El príncipe herederoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora