La última lagrima.

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Ya había pasado 3 semanas desde que Ezio me dejo varada...en aquel puente donde primero me pedía casi de rodillas con un tono de deseo en su voz un beso, pero después me abandono por Cristina, sola sin ningún remordimiento.
Me había echo la idea de que el no iba a volver, de que fui una estupida y me trató como tal. Florenzo ha sido el mejor hermano del mundo durante esta semana, no le contó a mis padres porque sabía que aunque ellos me amaban profundamente si se enteraran de lo qué pasó ellos se desepcionarian bastante de mi. Me llevo a pasear por el mercado de Florencia y cuando teníamos que pasar forzosamente por el puente donde Ezio me abandonó el lo evadía totalmente, cuando nos encontrábamos a Giovanni Auditore el lo saluda muy rápidamente y evitaba que me saludara a mi jalándome del brazo y corriendo como niños pequeños.
En una ocacion Ezio apareció en el mercado y me vio, me puse tan mal que Florenzo tuvo que ignorarlo por completo y evitar que yo lo viera y que el me viera, no quería tener ningún tipo de relación con Ezio ni si quiera como de conocidos y Florenzo lo sabía.

Era ya de noche y Florenzo estaba tocando el piano con delicadeza, era muy bueno tocándolo me relajaba y cuando le declare a Florenzo que me calmaba y me relajaba que tocara el piano cuando estaba llorando por Ezio el pobre ha estado haciéndolo cada noche, por lo que baje las escaleras y lo vi tan concentrado en la pieza que estaba interpretando que decidí sentarme a obsérvalo.
Cuando terminó el sé levanto y me sonrió.

-Sabía que la Srta. Aliosini estaba viéndome
-Tocas hermoso Florenzo
-Esagerare esagerare sorella (exageras exageras hermana mía) ¿Porque no tocas tu algo?
-No soy tan buena como tu, pero tal vez eso me ayude más a despejar mi mente.

Me senté y comence a tocar una pieza, me despejaba mi mente, me estaba concentrando totalmente en la pieza que creo que me estaba saliendo mejor que nunca, sentí que Florenzo se colocó atrás de mi y me observó detenidamente, no le puse nada de atención y comencé a tocar mejor que Florenzo, no podía detenerme todo mi coraje, toda mi tristeza la estaba desquitando en el piano, y sinceramente no pensé que me fuera a salir tan majestuosa la tocada.
Al terminar la pieza sonreí y observe al techo que estaba de color rojo fuerte, suspire y me lleve las manos a la cabeza.

-¿Porque nunca me dijiste que tocabas el piano pequeña?.

Me sorprendí totalmente al escuchar de nuevo su voz, me puse de pie y lo observé, no era Florenzo quien estaba observándome, era Ezio.

-Creo que no hubiera sido de tu interés si te lo hubiera dicho...¿Que haces aquí y como entraste?
-Florenzo me dejo pasar
-Lo dudo bastante, por favor retírate de mi casa
-Tan orgullosa como siempre pequeña...

Ezio sonrió y se acercó a mí y estaba a punto de acariciar mi mejilla derecha cuando me aparte bruscamente.

-¡Es enserio Ezio!

Ezio se sorprendió y tragó saliva observándome detenidamente

-¿Crees que después de lo que hiciste puedes venir a mi casa y fingir que no pasó nada?
-Lo hice sin pensar
-Que excusa tan brillante Ezio...te comportas como el imbecil que iba a despojar a tu hermana y al final la abandonó.

No podía creerlo yo estaba diciéndole eso al hombre que más amaba, no me conocía, no estaba en mis 5 sentidos estaba perdiendo piso, Ezio volvió a tragar saliva y sus ojos se cristalizaron un poco.

-Me lo merezco, ser comparado con el
-Nunca dije que te estaba comparando, para mí eres peor que el.

Por favor la cosa que sea que me está haciendo decir todo esto por favor detente.

-Tu no eres así pequeña
-Yo no era así...me hiciste ser así
-He venido por tu perdón
-Nunca lo tendrás

En vez de sentirme con ganas de besarlo y comenzar a hacer el amor aquí y ahora aunque estuviera Florenzo en otra parte de la casa, sentí rabia furia y enojo al escuchar sus palabras, para mí solo era un cínico que quería aprovecharse de mi.

-Me equivoque ¿Que quieres que haga? Me pongo de rodillas ante ti
-Deja de humillarte más de lo que has echo ya, solo vete de mi casa.
-No me iré sin recibir tu perdón
-Entonces tendrás que dormir afuera, no te lo daré

Pase a lado de donde estaba Ezio y comencé a subir las escaleras hasta que volví a escuchar su voz.

-Un hombre un día me dijo, que mientras teníamos a las personas que amábamos cerca de nosotros, teníamos que aprovechar el tiempo con ellas.
-Lastima que no fue así Ezio
-Perdóname, perdóname por favor
-Adiós Ezio.

Termine de subir las escaleras y cerré la puerta de mi cuarto observando la ventana y viendo la luna sobre todas las casas de Florencia, vi salir a Ezio de mi hogar y una lagrima, la última lágrima que derramaría por el, se deslizó por mi mejilla. Florenzo estaba tocando la puerta de mi habitación pero no abrí, decidí quedarme así, apretando mis manos y rezando por Ezio, rezando por qué le fuera bien.

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