La muerte de los Auditore.

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Al día siguiente de que había corrido a Ezio de mi casa estaba más que deprimida, no quería salir de mi habitación y aunque Florenzo estaba insistiendo en que le contara lo qué pasó lo único que yo hacía era darme la vuelta del otro lado de la cama para darle la espalda a Florenzo y así el me dejaba de preguntar.

No podía creer todo lo que le dije a Ezio, una parte en mi se arrepentía tanto que deseaba morir, pero por otro lado una parte de mi me felicitaba con orgullo y me decia constantemente "fue lo correcto".

No sabía que hacer ni que pensar, si estuvo bien lo que hice o si estuvo mal...estuve orando toda la noche pidiendo sabiduría y así contestar a la siguiente pregunta
"¿Fue lo correcto en realidad?".

Mi madre me obligó a salir de mi cama y me coloqué un hermoso vestido rosa pálido con blanco, por lo general jamás me suelto el pelo pero esta vez algo me decía que era diferente y así fue, me solté el cabello y me coloqué una pequeña cinta de seda en el cabello de color rosa...salí de mi habitación y al bajar las escaleras Florenzo me vio los ojos hinchados y rojos, por lo que giró la cabeza negativamente.

-Otra vez...
-No digas nada, mamá no sabe el motivo
-Y espero que jamás lo sepa

Mamá se arregló el cabello y le dio un beso a Florenzo en la mejilla.

-Dile a tu padre que no nos tardamos en nada, me llevaré a tu hermana a dar un paseo.

Mamá me tomo del brazo y me saco de la casa para caminar un rato sobre el mercado y todas las calles de Florencia.

-¿Porque tienes los ojos así?
-No he dormido bien madre

Aunque ella no me iba a creer en lo absoluto quería darle una excusa un poco creíble para que no me regañara tan fuerte, después de todo un regaño era lo ultimo que necesitaba pero en vez de obtener eso por parte de ella todo lo que obtuve fue una sonrisa la cual jamás había visto en el rostro de mi madre, ella jamás sonreía de esa manera.

-¿Crees que no sé reconocer unos ojos lastimados por culpa de un hombre?
-No fue así...
-No puedes engañar a una mujer como yo...¿Estás consciente de eso?

Trague saliva y observe el suelo.

-Eso creo...

Mamá dio una fuerte pisada al suelo lo que pareció que casi le rompe el tacón de la zapatilla, pero no fue así.

-¡Una Aliosini nunca mira al suelo! ¡Y nunca miente!....¡Dime la verdad hija!

-¡Fue culpa de Ezio!

-¡¿Porque no me lo habías dicho?!

-¡Tenía miedo a desepcionarte!

-¡¿De que hija?! ¡¿De que?!

-¡De que no seguí tu ejemplo de que no soy una dama!

Por primera vez en la vida a mi madre se le nublaron los ojos y una lagrima salió de su rostro.

-Te he presionando tanto..¿Te he presionado tanto como para que pienses que vas a desepcionarme de esa manera?

-No quería que supieras lo qué pasó con Ezio...él prefirió a Cristina

-Todos los hombres en algún momento de su vida prefieren a la mujer que desea servirles...que aquellas que lo amaron...hija tú no hiciste nada de lo que tenga qué avergonzarme...aquí la que debe avergonzarse de lo ocurrido sea cual sea la historia de lo qué pasó...es Cristina...¿Tu crees que necesito saber todo lo qué pasó para deducir que la única que debe sentirse apenada con su familia es Cristina? Una verdadera dama se aparta del camino de aquellos individuos que se aman profundamente y jamás se interpone...

Estaba tan sorprendida por lo que estaba diciendo mamá....me estaba diciendo que la única culpable ahi era Cristina, que yo no había fallado en lo absoluto, no pude contenerme más y comencé a llorar lo que desató en mi madre más enojo.

-¡No seas débil! ¡No demuestres el dolor que tienes ante nadie!...¡Llora cuando no te vea nadie!...¡Llora como nunca antes habías llorado! ¡Grita si es necesario!...

-Yo lo amaba mamá que fue lo que hice mal...

Y es cuando sentí...la mano de mi madre golpear mi mejilla derecha.

-Lo que hiciste mal fue darle demasiada importancia a los sentimientos de Cristina y de Ezio...Eres una dama no una ingenua.

Antes de que mamá siguiera regañándome la gente comenzó a correr hacia el centro...el centro donde estaba todo lo que nunca me iba a imaginar.

-Mamá ¿Que está pasando?
-Es lo que vamos a averiguar...

Mi madre me tomo de la muñeca y nos dirigimos al centro de Florencia donde estaba juzgando a muerte a Giovanni Auditore y a sus otros dos hijos, y no podía creerlo...no podía creer lo que estaba viendo, por favor quería pensar que era una pesadilla.

-¡Estos hombres han sido acusados de traición y de una grande conspiración!

Se veía en los ojos de Giovanni un odio profundo mientras que en los ojos de Petruccio se veía el terror.

-¡Los papeles que te llevaron anoche! ¡No mientas a ti te llevaron unos papeles Uberto!

-¡Temo que no he recibido tales papeles! ¡Y ahora ustedes pagaran con la muerte!

La orden fue dada y los cuerpos de la familia Auditore colgaron de las cuerdas.

-¡No!...

Cuando grite desesperada al ver tal atrocidad todo se nubló en mi cabeza y solo pude sentir un gran golpe antes de caer insconsciente al suelo, todo se nubló...todo se perdió.

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