Assassin's Creed Your Lineage

Llamame... El Zorro.

Había dejado pasar 1 mes entero desde que Ezio me dijo la verdad sobre la pérdida de mi bebé, este asunto de templarios y asesinos me estaba volviendo loca... ¿Como mi madre podría ser una líder templaria?, esa mujer que ante todo jamás mostraba su derrota, esa mujer que me protegía a mi y a Florenzo con su vida, que era una mujer que cumplía con sus obligaciones todos los días desde que tengo memoria...que fuera capaz de hacer que abortara a mi hijo... de hacer que la sirvienta fuera violada y amenazada con matar a su hijo...de que me diera el té y yo perdiera para siempre al hijo que iba a tener... a la prueba de amor que Ezio me regalo. Tenía que preguntarle si esto era cierto, pero sabía en el fondo que ella no me iba a decir la verdad.
Después de todo lo que yo trataba de procesar, la pérdida de mi bebé, la traición de mi propia madre, de que Ezio era un asesino y de que mi padre estaba teniendo muchos problemas y tensiones por su trabajo trataba de relajarme aunque fuera algo difícil de realizar, esa tarde saldría a dar un paseo para despejarme de todo, baje las escaleras y vi a mi madre hablando con la nueva sirvienta de la casa acerca de cómo tenía que acomodar los libros por secciones correctamente.

-¿Vas a salir?...
-Si mamá, voy a salir...
-¿Con Ezio?
-Ya soy un adulto y mis citas no te incumben madre
-Has cambiado demasiado desde que perdiste al bebé...¿Que es lo que te sucede?
-Tenemos que hablar tu y yo madre... después de que regrese... -su mirada cambio por completo, y observe cómo mi madre demostraba con mucha dificultad... el miedo-
-Entonces no te tardes, no me gusta que te tardes.

Salí de la casa y después hice una caminata por el río, estaba segura de Ezio no era el hombre más ejemplar del mundo, pero también sabía que no era un mentiroso como para decirme una mentira de esa magnitud, tenía que averiguar la verdad... tenía el derecho total de cobrar venganza si eso quería por lo que me hicieron, y ya estaba cansada de plantearme cada vez más preguntas y nunca obtener una respuesta justa, rápidamente me di la vuelta y comencé a correr hacia casa de Leonardo, era el hombre con el que podría depositar mi confianza plena y me podría dar lo que necesitaba para ir en busca de mis respuestas... toque la puerta de su casa y espere a que abriera, cuando lo hizo observé que mi amigo ya traía una barba un poco canosa.

-Señorita Aliosini... ¿Que hace aquí?
-Eres el único hombre que puede empujarme hacia las respuestas que necesito...

Leonardo salió de la casa un poco y volteó a ver a todos lados, después me tomo del brazo izquierdo e hizo que entrara a la casa, después cerró la puerta.

-Sea lo que sea que necesite señorita Aliosini... debo decirle que me perdone, pero ahora no puedo ayudarla
-¿Porque no Leonardo?
-Mis servicios están a la disposición de los Borgia... espero que sea temporalmente todo esto, me han obligado a trabajar para ellos
-Necesito que me ayudes Leonardo, tengo muchas preguntas que hacer y no encuentro respuestas por ningún lado, eres el único que puede ayudarme, ya no me siento segura ni si quiera en mi propia casa y temo por mi vida y por la de Florenzo... tengo la sospecha de que mi madre es la culpable de que yo haya tenido el aborto

Leonardo abrió los ojos muy sorprendido y comenzó a negar con la cabeza.

-Esa es una acusación bastante grave y muy fuerte señorita... pero temo que yo no sé si eso sea cierto.
-No te estoy pidiendo que me respondas eso... para llegar a la respuesta de esa duda que tengo solo Ezio puede demostrarlo con hechos verdaderos, es él quien me planteo esa teoría, necesito hablar con él y hacer que me diga la verdad
-Se que sonara algo estupido señorita, pero la respuesta más sencilla casi siempre es la correcta..¿Porque no le pregunta a su madre?
-Si resulta ser cierto temo que me haga algo, y si no es cierto sería una acusación muy grave y... la destrozaría por completo
-Lo siento no sé dónde tengo la cabeza para decirle que le pregunte directamente algo así...¿Que necesita?
-No he visto a Ezio por más de 1 mes... ¿Sabes donde está?
-Me temo que no señorita... pero puedo decirle a quien puede recurrir y decirle donde está Ezio... solamente que no está aquí en Venecia... se llama Maquiavelo, y es un buen amigo de Ezio...
-¿Donde se encuentra?
-Vaya a monteriggioni... son 3 días a caballo... pero me temo que no puede ir sola, no sabe defenderse, y temo que si le pasa algo jamás me lo perdonaría
-¿Entonces que sugieres Leonardo?
-Si usted va a caballo es más rápido porque corta terreno, sin embargo si va por mar serían 6 días de viaje porque rodea toda la costa, pero a caballo es más peligroso, hay bandidos, ladrones... tal vez también asesinos...
-No podría llevar a Florenzo... también es ponerlo en riesgo

Leonardo se colocó un mano en la barbilla y comenzó a acariciar su barba... estuvo así unos segundos hasta que tronó los dedos...

-Venga señorita Aliosini... hay alguien que está dispuesto a acompañarla en el camino.

Leonardo me tomo de la mano delicadamente y salimos de su hogar, caminamos por los mercados y las casas de Venecia, pero después de caminar por un buen rato Leonardo me llevo a una zona donde estaban varios soldados de los Borgia hablando con las cortesanas, ladrones escalando por los techos y bandidos peleando por las calles.

-¿Que hacemos aquí Leonardo?
-Tranquila señorita... aquí hay un amigo de Ezio, que es un tipo de líder entre los ladrones, es muy astuto y él la cuidará muy bien en el camino a Monteriggioni
-Pensé que tu me acompañarías...
-Me temo que no puedo hacerlo señorita... si los Borgia me descubren que salí de Venecia, me matarían
-Olvide que habías dicho que trabajabas para esos malditos...
-Es aquí señorita...

Entramos a un tipo de posada donde los ladrones estaban en cada esquina de esta y los guardias de los Borgia estaban apostando su dinero en juegos obvios que estaban arreglados para que ellos perdieran... un hombre estaba observándonos cuando sacó su cuchillo y se acercó a Leonardo y a mi.

-¿Que hacen aquí? ¿Que quieren?
-Venimos a ver al zorro... -Leonardo me coloco atrás de él y se apartó un poco del cuchillo-
-Nadie ve al Zorro de esa manera, él tiene que traer las visitas aquí no al revés
-Me llamó Leonardo Da Vinci y ella es la señorita Aliosini... buscamos al Zorro.
-No me interesa quienes son ustedes ya dije...

Un hombre con los brazos cruzados y mirada fría y penetrante se acercó al hombre que nos estaba amenazando y le colocó la mano en el hombro.

-Basta Bartoli déjalos en paz... lo conozco
-Creí que arreglarías la manera en la que tratan a tus anfitriones Zorro
-Todo lo bueno tiene sus desventajas...¿Quien es la señorita?
-Es la señorita Aliosini... es la pareja de Ezio

El hombre al que lo apodan "El Zorro" tomo mi mano y la besó delicadamente... después me soltó delicadamente.

-Señorita es un placer... llámeme El Zorro... Ezio me ha hablado mucho de usted
-El placer es todo mío
-Díganme ¿A que debo el honor de sus visitas?
-La señorita necesita ir a Monteriggioni cuanto antes... así que viajará a caballo, pero yo no puedo acompañarla en el viaje, supuse que tú siendo tan amigo de Ezio podrías hacernos el inmenso favor de acompañarla.
-¿Porque no van en barco?
-Necesita llegar cuanto antes y a caballo es más rápido... pero más peligroso
-Bueno, como verás soy un hombre bastante ocupado

Me sentía una niña tonta observando cómo Leonardo me estaba resolviendo los problemas, ya era un adulto y no podía tan si quiera hablar con esta persona... coloque mi mano en el pecho de Leonardo para indicarle que se detuviera.

-Zorro... soy una mujer que tiene muchas dudas igual que todos, pero si logro responder estas dudas es muy probable que ayude a la causa de Ezio contra... lo que sea por lo que él está luchando, y si usted es su amigo y su compañero... no es difícil adivinar que ambos pelean por la misma causa, no voy a decirle que si me ayuda le voy a dar una recompensa debido a que a usted no le hace falta el dinero, pero le aseguro que si usted me ayuda a llegar con Ezio... daremos todos un gran paso para terminar con lo que a ustedes les ha estado causando conflicto... se lo pido como amiga, como mujer, y en nombre de Ezio.

El Zorro suspiró y se cruzó de brazos ... me observó detenidamente y se dio la vuelta para caminar.

-La veo mañana a primera hora de la mañana en el mercado de Venecia... le enseñaré algunas cosas vitales para que pueda sobrevivir si yo no puedo estar con usted en algún momento...en cuanto antes partamos es mejor.

Leonardo me tomo de los brazos emocionado y se le dibujó una sonrisa en su rostro enorme... ambos salimos de la posada y comenzamos también a salir de esa zona de mala muerte... ambos respiramos profundamente cuando caminábamos entre la gente, y por primera vez desde que mi bebé murió... sentí tranquilidad y alegría al saber... que mis dudas pronto... tendrían una respuesta.