ALBERT Y SOFHIA, UNA PAREJA DISPAREJA

24- "Una primavera especial"

Al llegar la primavera los mellisos ya estaban fuertes para hacer el viaje a Jersey.
Era el sábado 10 de abril cuando a la mansión llegó una carta para Sophia; era del mayordomo de su antigua casa; le comunicaba que la marquesa había enfermado gravemente y que estaba internada en un hospital psiquiatrico y que si no pagaban la deuda del hospital; ya se debían dos meses y si no, la marquesa sería llevada al hospital estatal que estaba en Londres y estaría muy mal atendida.
Sophia al leer esas noticias se entristeció porque a pesar de todo ella siempre la quiso como su madre y por eso iría a hablar con Albert para que la ayude a pagar la deuda del hospital.
-Permiso, podemos hablar un momento?- Entró muy triste.
-Qué sucede mi cielo; esa cara no me gusta?- Albert se preocupó.
-Recibí noticias de mi casa; y no son buenas; mi madre la marquesa Agnes; está internada en un hospital psiquiatrico y hay que pagar una deuda porque sino la traeran a Londres a uno estatal y mi mayordomo dice que es horrible y aunque ella haya sido mala conmigo; siempre la consideré como mi madre y yo la amé siempre-Sophia trataba de explicar lo inexplicable.
-Amor no te preocupes, que mandaré a mi administrador con dinero suficiente como para pagar un año entero de tratamiento y si deseas podemos ir hasta allá para hablar con los médicos, así te enteras que le pasó a la marquesa.- Albert consolaba a su esposa.
-Harías eso por mi madre, después de lo mal que nos trató, la última vez que estuvo en casa.
-Sophy, dudas aún de mí? Se que ella no se lo merece, pero tú aún la consideras como tu madre y ella no tiene la culpa de que tu padre haya mal gastado la fortuna.
-Eres un ser maravilloso; siempre buscando mi bienestar; gracias por pagar la deuda y no, no quiero ir; le escribiré a August, para que vaya él y averigue que tiene y como está de salud; porque yo no entiendo nada de eso y si me agrede al verme, no, no quiero eso.
-Perfecto; me parece bien tu idea.
-Ahora mismo le escribiré a August y que averigue lo que se debe.
-No te preocupes por eso, mañana saldrá mi administrador con una buena suma de dinero para saldar la cuenta.
Sophia dió la vuelta al escritorio y le dió un beso a su esposo en agradecimiento por su bondad.
Albert se sorprendió con esa actitud y sintió ganas de hacerle el amor ahí mismo.
-Condesa, que efusiva esta hoy, ya la estaba extrañando con esas mañas suyas.- la mirada de Albert era de león hambriento.
-Hoy se lo merece miiilooord.
-Sophia sabía muy bien que con ese beso y esa palabrita, su esposo se rendiría a sus pies.
-Ven para aquí pequeña, que desde que peleamos aquella vez no volviste a ser la misma conmigo.- Albert la atrajo a su lado y comenzaron a besarse- te deseo tanto, pero primero cerraré la puerta con llave para que nadie nos interrumpa.
-Y si los niños me necesitan?
-Que los atienda la niñera para eso le pago doble, no te preocupes que desde ahora vas a sentirte volar del placer que te voy a hacer sentir con todo el amor que tengo acumulado desde hace mucho tiempo.
La puerta se cerró con llave y la joven pareja volvió a amarse con tanta pasión que se podía escuchar desde el pasillo toda la música que emanaban sus cuerpos.
Estuvieron encerrados más de tres horas y fueron interrumpidos por la niñera porque Alex no paraba de llorar desde hacía casi media hora.
-Señora, señora, Alex no para de llorar y creo que la necesita.- dijo la niñera al tocar la puerta del despacho de Albert.
Sophia se sintió avergonzada al ser descubierta e iterrumpida con su esposo,se arregló tan rapidamente que ni se notó que estaban haciendo el amor.
Albert abrió la puerta y al ver a su pequeño hijo supo que ese gran momento había terminado y que Sophia debía atenderlo inmediatamente.