CAPÍTULO 20

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*Narra Cristina*

El timbre suena indicando que Andrea, Dani y Jesús ya están aquí para irnos otro lunes más al instituto.

-¡Mamá!- grito pero al ver que nadie me contesta caigo en cuenta de que mis padres ya se han ido a la empresa.

Intento de nuevo levantarme de la cama pero el dolor de barriga me lo impide y me vuelvo a recostar en ella con mis manos en la parte baja de mi barriga.

No me podría haber venido otro día...

Bajo las escaleras costosamente hasta llegar a la puerta.

-¿Qué te pasa?- pregunta Jesús.

-Tienes muy mala cara.- dice Dani.

Mi amiga pone la mano en mi frente y añade:

-Lo que tienes es fiebre.

-Me voy a quedar hoy en casa, me encuentro fatal y me cuesta hasta andar.- digo al fin con una mueca de dolor.

-Me quedo contigo si quieres.- sugiere Jesús.

-No hace falta en serio.- bufo.

-¿No quieres?

-No es eso, sino que no quiero que te pierdas las clases por mi culpa.- protesto.

-Me quedo con ella, si algún maestro pregunta yo también estoy enfermo.- dice dirigiéndose a su gemelo y a Andrea y estos asienten.

-Que te mejores.- dicen despidiéndose de nosotros y depositan un beso en mi mejilla.

-Yo diría que esos dos van a acabar juntos.- me susurra Jesús cerrando la puerta.

La verdad es que estos días Daniel y Andrea han estado muy juntos pero no lo sé, ya hablaré con ella.

-Gracias por quedarte conmigo.- le sonrío débilmente posicionando mi cuerpo en el sofá.

-No me tienes por qué agradecer nada.- me dice sentándose a mi lado.- Tómate una pastilla o algo.

-Sí, a ver si con eso se me pasa.- digo volviendo a levantarme.

Me dispongo a ir hasta el mueble donde mi madre tiene todos los medicamentos. Cojo uno que creo que me calmará el dolor y me lo tomo con un vaso de agua.

-¿Estás mejor?- me pregunta cuando entro en el salón.

-Me duele mucho la barriga pero seguro que los efectos del ibuprofeno me sentirán mejor en unos minutos.

-Será que algo te ha sentado mal.- me mira.

-No es eso exactamente.- digo tímida y aparto la mirada.

-Vale, vale ya sé.- ríe y me avergüenzo más todavía.

No me gusta hablar de esto.

-Te ha venido la menstruación, la regla, tu prima o como se diga.- suelta una carcajada.

-Jesús por favor...- me tapo la cara.

-No pasa nada, solo es sangre.- dice sarcástico.

-Por eso dejemos de hablar de esto.- sonrío dulcemente esperando a que cambie de tema.

(...)

Siento como unas suaves manos pasan lentamente por mi mejilla haciendo que un escalofrío recorra todo mi cuerpo y se me pongan los pelos de punta.

Me revuelvo en mi sitio abriendo los ojos lentamente encontrándome apoyada sobre el hueco que hay entre la cabeza y el hombro derecho de Jesús.

-¿Cuánto tiempo llevo dormida?- le digo con la voz algo ronca sin moverme de donde estoy.

TE JURO QUE VOLVERÉ A VERTE (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora