TE JURO QUE VOLVERÉ A VERTE (Gemeliers)

CAPÍTULO 39

*Narra Cristina*

-¡Jesús!- dice el profesor cruzado de brazos.- ¿Puede salir a acabar este ejercicio?

Miro hacia atrás, justamente al mencionado, y este parece perdido, sus ojos buscan los míos mientras le digo en un susurro y moviendo la boca, lo que tiene que hacer.

De repente el timbre que muestra el final de la clase y también el final del horario escolar por hoy, se hace sonar por todo el instituto.

-Señorito Oviedo.- dice el profesor acercándose hasta la mesa del susodicho y posando las palmas de su mano sobre esta, de manera que puede observarlo desde la altura.- Las vacaciones han acabado hace cuatro días, ni uno más ni uno menos. Espero no volver a repetírselo.

Veo como Jesús asiente y, al igual que los demás, recoge las cosas de su mesa para poder salir de una vez por todas a la calle y respirar aire puro.

-Chicos, en cuanto menos lo esperéis recibiréis cartas sobre distintas universidades. Muchos de vuestros compañeros ya las tienen.- finaliza el maestro antes de salir por la puerta con el maletín colgado de su brazo.

Me llevo las manos a la cara. Tal y como ha dicho el señor Montero, algunos de mis compañeros ya han recibido algunas que otras letras sobre estos centros educativos, incluidos mis amigos. Estamos en abril y aunque acabamos de tener las vacaciones de primavera estos días atrás, pronto tendremos el verano bajo nuestros pies. Aunque antes hay que terminar con todos estos estudios.

Mi sueño, como ya he dicho en otras ocasiones, ha sido estudiar Medicina al igual que mi abuelo, pero no sé dónde. Siempre he querido irme a Sevilla aunque sé que Madrid no está nada mal y ya que vivo aquí no tendría que prescindir de casa ni medios para viajar. Pero el hecho de volver a Sevilla, a mi tierra, al lugar donde nací y que por motivos de trabajo familiar tuve que dejar al igual que al chico del que estoy completamente enamorada; hace superar todo lo demás.

Jesús, al contrario que yo, quiere tirarse por Comunicación Audiovisual y está igual de confundido por no saber dónde irse.

-¿Qué te ha pasado antes?- le pregunto a mi novio una vez que caminamos de vuelta a casa, mientras este se coloca bien el asa de la mochila.

-Estaba distraído.- dice elevando los hombros como si la cosa no fuera con él.

-Estabas distraído en...

-Cris, quiero ir a la misma universidad a la que tú vayas.- responde de repente parándose en seco y cogiendo súbitamente mis manos.- En la hora de descanso, nuestros amigos comenzaron a decir dónde querían ir cada uno y yo no lo tenía muy claro para decir verdad. Lo he pensado y lo he recapacitado muy bien. Estoy dispuesto a ir donde tú vayas. Donde tú desees.

Una sonrisa de oreja a oreja se forma en mi cara al pensar en el hecho de que Jesús y yo podamos estar en la misma ciudad estudiando, sin nadie que intervenga y sin tener que suprimir transporte y distancias. Sevilla. Él y yo. Agarrados de la mano. Paseando bajo la sombra de la giralda un día como hoy, en el que el sol está presente y la temperatura es templada. Montados después en una pequeña barquita en la Plaza de España...

Sus labios se posan sobre los míos, estos sabes exquisitos y, un beso que empieza suave, va aumentado a más cuando nuestras lenguas se encuentran cara a cara, frente a frente.

Miles de pensamientos maravillosos pasan por mi cabeza, pero los malos comienzan a entrometerse. ¿Y si vamos demasiado rápido? ¿Y si todo esto se estropea? ¿Y si el amor se rompe y nosotros con él? El miedo parece cruzarse por mi camino.

-Jesús...- digo captando su atención.- ¿Y vivir? ¿Dónde viviremos?

Tras unos segundos en silencio, pareciendo sopesar su respuesta, habla.

-Por mí compraría ahora mismo una casa y te llevaría hasta allí.- dice medio en broma medio en serio.- Aunque sé que a nuestros padres no les harían mucha gracia que nos fuésemos a vivir juntos tan jóvenes.- tras unos segundos de pausa, coge de nuevo las riendas de la conversación.- Podríamos ir a la misma residencia, así, nos permitiríamos ver todos los días.

Él ha pensado lo mismo que yo. En primer lugar estaba la negación de nuestros padres y, por otra parte, irnos a vivir juntos sería un paso muy precipitado por ahora. Jesús y yo comenzamos con todo esto hace cuatro meses pero parece que fue hace una eternidad cuando nos envolvimos con esta pequeña locura.

Sin darme cuenta estoy entre sus brazos, mientras estos me estrechan fuertemente apretujándome sobre su cuerpo duro, sintiendo que estoy protegida, que con él siempre lo estaré. Ni siquiera me había percatado de lo hoyuelos que se me habían formado en la cara con sus palabras.

-Jesús prométeme que no te irás, que estarás siempre junto a mí, que no me dejarás nunca como lo hicieron en un pasado.-susurro en un hilo de voz.

-Cris... ¿qué te pasa? ¿Por qué me dices eso?- pregunta levantándome el mentón.

Y es que no quiero. No quiero volver a separarme de él nunca más. Solo necesito que esas palabras broten de su boca y me demuestre de verdad que me quiere tanto como dice.

-Tengo miedo.- digo con la boca pequeña.

-¿Miedo a qué?- sus ojos confundidos me miran fijamente.

-Miedo a perderte Jesús, a que todo esto se evapore y se esfume.

-Eso no va a pasar nunca, amor.- niega cogiendo mi cara sobre sus manos.

-Por favor Jesús.- ruego.- Prométemelo.

-Te lo prometo.- dice transmitiéndome su cariño. Tendiéndome su corazón con las dos manos.- No sé cómo más decírtelo Cristina.- cierra los ojos fuertemente justando nuestras frentes.- Te amo más de lo normal.

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¡¡¡❤️NUEVO CAPÍTULO POR FIN❤️!!!

Lo sé, nunca he tardado tanto en subir pero es que los estudios ocupan la mayor parte de mi tiempo y no me da tiempo a nada.

¿OS GUSTA LA RELACIÓN DE CRIS Y JESÚS? ¿QUEDARÁ ESTO ASÍ?

La felicidad de sus mundos tiene los días contados... ahí lo dejo jajajaja.

SOLAMENTE ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO MUCHO ESTE CAPÍTULO Y QUE ME PODÁIS PERDONAR POR MI TARDANZA❤️.

Att: Ana❤️