Momentos después de que Camila le contara a Lauren todo lo que tenía que saber por el momento, la joven de ojos verdes ansiaba despertar de aquel trance. Era más que evidente que ella deseaba que todo lo que acababa de suceder no fuese nada más que una simple pesadilla, pero... desgraciadamente, estaba consciente de que todo lo que había acontecido era real.La legítima soberana era completamente diferente a los demás.
¿Quién diría que todo lo que se rumoraba acerca de los poderes sobrenaturales que poseía la cruel reina del imperio Sur eran verdaderos después de todo?
Lauren inmediatamente pensó que si la verdad llegaba hasta los oídos de los pueblerinos que habitaban el reino, ellos no dudarían en acusar a la mayor autoridad por el uso de supuesta magia negra. La juzgarían como una bruja e inmediatamente pedirían que fuese directo hacia la hoguera.
– Señorita Jauregui, – Volvió a llamar su atención – debe tener en cuenta que lo que acabo de confesarle es de suma importancia. – Habló con firmeza – No tiene por qué estar mencionándoselo a alguien más, ¿está claro?
La joven de ojos verdes asintió inmediatamente.
– Créame cuando le digo que si alguna otra persona llega a enterarse, – Soltó un suspiro – no solo sería mi fin... también sería el fin de mi imperio.
Lauren sintió que un molesto nudo comenzaba a formarse en su garganta, impidiéndole formular palabra alguna.
– Sin mí, ustedes no tienen ninguna probabilidad de conseguir la victoria en una guerra de tal magnitud.
Aquello no lo decía solo por alardear. Tampoco lo decía para conseguir intimidar a la joven Jauregui solo para que no se atreviese a abrir la boca.
Si la joven emperatriz había dicho aquello, era porque quería que ella lo entendiera. Los humanos siempre fueron seres débiles y, si al Dios supremo Stigma se le ocurriese atacarlos sin previo aviso, ellos no podrían hacerle frente, de ninguna manera.
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Los hombres que se encontraban en medio de la batalla eran incapaces de bajar la guardia en ese preciso momento, tampoco podían arrepentirse de las decisiones que habían tomado antes de haber iniciado la batalla.
Ellos prácticamente habían aceptado su muerte antes de prometerle a la legítima soberana, Camila Cabello, que lucharían para protegerla a ella y a su reino entero.
Habían pasado más de dos horas desde que el primer muerto había caído y aquellos caballeros que se encontraban peleando por su vida e incluso por su reino sabían perfectamente que la sangre no iba a dejar de derramarse aún.
Eso no era nada más que el inicio.
Y mientras todos sus compañeros de tropa estaban poniendo toda su atención a la batalla, el joven Harold aprovechó aquello para poder correr hacia el enorme castillo que se encontraba en una de las colinas que poseía aquel pueblo. Era el momento adecuado para realizar aquello que se le había solicitado y realmente esperaba hacerlo de la manera correcta.
Sus pasos fueron rápidos y constantes, ignorando la brisa helada que estaba golpeando su rostro. Notó inmediatamente que su armadura comenzaba a ser cubierta por diminutos cristales de nieve, lo cual estaba sucediendo con la armadura de todos sus demás compañeros. Tomó la decisión de mirar hacia atrás por un par de segundos, solo para asegurarse de que nadie lo estaba siguiendo. Soltó un suspiro de alivio al percatarse de que se encontraba solo, – O al menos eso creía el joven caballero – aceleró el paso y después de un par de segundos dio un salto, permitiendo que un fuerte rugido se escapase de sus labios segundos después de que el zorro ártico que habitaba en su interior tomara posesión de su cuerpo.
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Owl eyes. (Camren)
Fanfiction"Por ahora te perdonaré la vida. Conviértete en un monstruo, que no te importe una mierda si está bien o mal porque sólo te hace sentir más débil. Concéntrate en volverte más fuerte, quiero que derrotes a los demás por las buenas o por las malas. Y...