Capítulo 24. "Búho"

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«Por supuesto, me veo enojado todo el tiempo. Toda mi vida he estado luchando una guerra. Estoy empapado de dolor y tristeza. La ironía, sin embargo, es que realmente no estoy enojado, estoy tratando de aprender a ser feliz. Y eso en sí mismo; es una guerra.»

Estoy cansado de esta basura – Christopher Jauregui lucía acabado. Había pasado algunos días recorriendo aquel bosque mientras pensaba cuál sería la manera adecuada de terminar con todo ese sufrimiento que experimentaba el pueblo de Britannia –. Debemos acabar con la reina si queremos ganar.

Es importante mencionar que la mayoría de los guerreros pertenecientes a la tropa dirigida por el hijo menor de la familia Jauregui habían seguido a la persona que los había acompañado en todas y cada una de las batallas enfrentadas hasta el momento. La lealtad que demostraron tener al joven sorprendió a más de alguno e, incluso, consiguieron que más personas los siguieran después de aquello.

Lamento decirlo, señor, pero... – uno de los guerreros soltó un suspiro mientras lo observaba fijamente – hemos caminado sin parar, corremos el riesgo de congelarnos – apretó la mandíbula –. El ejército de la reina podría perseguirnos hasta la muerte y... – pasó una mano por su cabello en señal de desesperación – usted dice querer derrotar a Camila Cabello como si fuese algo verdaderamente sencillo.

El hombre que hablaba sabía perfectamente que el querer asesinar a la reina era una misión suicida. Él, al igual que muchos otros que se encontraban presentes, estaba consciente del poder que la legítima soberana escondía bajo la manga.

Era un marcado y siempre tenía en cuenta lo que podría pasarle si algún día decidía enfrentar al arma definitiva del dios Stigma. Lo había visto con sus propios ojos. Él tuvo la desgracia de ver todo el sufrimiento que la joven emperatriz podía causar si se lo proponía y, en verdad, no quería volver a vivir aquello.

Ella era un monstruo, un demonio... ella era la muerte.

No estoy diciendo que sea sencillo – aseguró casi al instante –. Pero de lo que sí estoy seguro es que es malo no hacer nada para detenerla.

Después de aquellas palabras, el hombre fue capaz de escuchar cientos de comentarios provenientes de los labios de sus compañeros. Ellos parecían estar de acuerdo con el joven Jauregui, pensaban que la mejor opción que tenían era formular un plan para terminar con la crueldad provocada por la reina.

No había forma. Era simplemente imposible que sólo algunos guerreros quisieran enfrentar y vencer al ejército de la criatura más poderosa que existía. Sonaba verdaderamente absurdo, fantasear con la victoria era lo más estúpido que podían hacer en ese preciso momento.

Me temo que lo que dice es una tontería, señor – habló alguien más. Cuando el hombre se dio media vuelta fue capaz de identificar inmediatamente a la persona que se había atrevido a hablar. El nombre del joven era Leonor; se trataba de un marcado que llevaba entrenando más de seis años en el ejército británico –. Usted no sabe absolutamente nada acerca del poder que la reina esconde de todos los pueblerinos, incluso de nosotros.

El ceño del comandante desterrado se frunció casi al instante. No entendía por qué repentinamente los guerreros que habían trabajado junto a él durante tanto tiempo reaccionaban de esa forma cuando no hacía más que decir lo que sería correcto hacer para salvar a un pueblo entero.

Christopher Jauregui sabía que el hecho de querer enfrentarse al ejército más poderoso del mundo era una idea sumamente ridícula, pero... pensaba que por lo menos debían hacer el intento. Creía que, si pronto iba a morir, debía hacerlo como si de un héroe se tratase.

Owl eyes. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora