Capitulo 6
Harry: Me alegro de que hayas conseguido ese trabajo. –Sonríe-
Tu: Yo también. Pero te he pedido que vinieras porque tengo un problema y... creo que podrías ayudarme.
Harry: Claro. Lo que sea.
Tu: Nueva York es un mundo diferente y no me siento exactamente... preparada para él.
Parecía que le estaba costando encontrar las palabras adecuadas.
Harry: Claro que estás preparada. Has trabajado para esto toda tu vida. Siempre he sabido que saldrías de aquí y harías algo especial -se dio la vuelta hacia ella.- Es tu última meta, _____. Puede que te ponga nerviosa, pero lo harás de maravilla.
Tu: Gracias.
Sonrió, pero parecía muy preocupada y nerviosa.
Harry esperaba que no fuera a romper su código de no ponerse sentimental.
Ella se aclaró la garganta y se dio la vuelta para mirar hacia el río concentrada como si fuera la primera vez que lo veía. Dios, esperaba que no se pusiera a llorar. Ella no era ninguna llorona, cosa que él había agradecido siempre. Sólo la había visto llorar por la muerte de su pony y cuando aquel estúpido de Bobby Hitchcock le había dado plantón en su baile de graduación. Por suerte, él no había tenido ninguna cita y había podido acompañarla.
Lo habían pasado de maravilla y Harry hasta había pensado en pedirle que saliera con él en serio. Estaba tan bonita con aquel traje amarillo, que se le había secado la garganta y para su sorpresa, se había excitado un poco cuando habían bailado. Hasta había estado a punto de besarla en la pista de baile, pero había recuperado la razón pensando en lo qué le harían sus hermanos si la tocaba siquiera. Y además, besarla hubiera sido como besar a su hermana.
Ella seguía mirando al río.
Tu: Harry, yo... –Estaba con un Nudo en la garganta que apenas le salía la voz-
Harry: Yo también -la atajó para que no pusiera en palabras lo que él mismo sentía-
Tu: Oh, no lo creo. El asunto es, Harry… que todavía... soy virgen. –Dijo con una mueca en su rostro.-
La sorpresa fue tal, que Harry se atragantó con la paja que estaba mordisqueando y empezó a toser con violencia. Cuando las palmadas de _____ no consiguieron calmarlo, ella se acercó al río con su sombrero y lo llenó de agua.
Tu: Bebe. –Sonrió pasándole su sombrero-
Harry bebió y se quitó el sombrero para echarse el resto del agua por encima de la cabeza. Cuando se sacudió el agua de los párpados e inspiró con fuerza, se sintió algo mejor.
Ella seguía arrodillada frente a él cuando tuvo el valor de mirarla.
Harry: ¿Y qué? -preguntó con voz cascada.
Tu: Que tengo veintiséis años. –Triste-
Harry: ¿Y? –La miró-
Sabía que su respuesta carecía de ingenio, pero tenía bloqueado el cerebro. Lo cierto era que si se hubiera puesto a pensar en el asunto, habría llegado a la conclusión de que _____ debía de ser virgen. Sus hermanos la habían acorazado desde el momento en que había entrado en la pubertad.
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