Tu: No vacilaré.
Harry: Lo harás.
Forcejeó con ella tocándola y besándola donde podía mientras intentaba quitarle el envoltorio.
Tu: Lo hago muy bien, Harry. Déjame hacerlo.
El forcejeo le puso más al límite.
Harry: Si no paras de luchar y no me devuelves ese preservativo, voy a atarte a los postes de la cama -advirtió con una sonrisa.
Tu: No me importaría -tenía la respiración tan jadeante como la de él-. Los libros dicen que es excitante. ¿Lo has probado alguna vez?
Harry: No -bajó la vista hacia ella con el pulso acelerado al imaginarla con las piernas abiertas atadas sobre las sábanas de satén. Apenas podía respirar-. Hablaba en broma.
Tu: Pues yo no. Y me parecería el momento perfecto para usar esos guantes.
Harry la miró a los ojos y vio el fuego en ellos.
Harry: ¿Me dejarías hacerlo?
Tu: Te dejaría hacerlo porque confío en ti, Harry. Y sé que tú me dejarías hacer lo mismo. Sería excitante.
Harry: ¡Oh, _____!
Harry estaba temblando como un potro recién nacido al imaginarse a _____ atándolo y... experimentando con él todo lo que había leído en los libros.
Tu: Échate. Déjame ponerte el preservativo.
Harry: De acuerdo -lo estaba volviendo loco de deseo de rendirse ante ella para que lo introdujera en una sensualidad nueva y fascinante. Se recostó contra las almohadas-. Pero no juguetees.
Tu: No te preocupes. Entiendo tu problema.
Harry: ¡Yo no tengo ningún problema! Cualquier tipo en mi situación tendría que hacer un esfuerzo por mantenerse entero.
Tu: Entonces, ¿te lo has pasado bien hasta ahora?
Harry: No tienes que preguntármelo. Yo... -casi se atragantó cuando _____ se inclinó y le lamió la punta del pene-. ¡_____ !
Ella alzó la cabeza y le sonrió.
Tu: Lubricación -entonces enrolló el preservativo con experiencia en menos tiempo del que lo hubiera podido hacer el mismo-. Ya está.
A pesar de su velocidad, el contacto le hizo lanzar un gemido.
Tu: ¿No lo he hecho muy bien?
Harry: Desde luego.
Tu: ¿Quieres que me ponga yo encima? He visto fotografías de como...
Harry: No -la agarró y la volvió echándola contra el colchón. Entonces alcanzó los ligueros y los desabrochó-. Y es hora de deshacerse de esto.
Ella lo miró con la respiración jadeante y entreabrió los labios de anticipación.
Tu: Lo que tú quieras.
Harry: A veces un hombre tiene que ponerse al mando.
Harry deslizó cada una de las medias por sus muslos y se las quitó. Entonces, le tocó el turno al liguero y a lo que quedaba de las braguitas.
_____ se sonrojó allí desnuda bajo su mirada.
Tu: ¿Ahora lo apruebas? ¿Estoy lista?
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