Demasiados injustos

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Narra Katy

Rei: tú tienes un plan? y crees que va a funcionar?- yo quien estaba al lado de Rei, le pegué un codazo- oye! y eso por qué fue?

Katy: por tonto- le contesté con el ceño fruncido, luego dirigí mi mirada a la de Len quien me miraba a mí, yo le dediqué una sonrisa y él me la devolvió.

Len: como seguía, tengo un plan que puede funcionar, solo que no es muy elaborado- dijo algo inseguro.

Tom: te escuchamos- le sonrió.

(...)

Seto: estas preparado?- palmeó mi hombro.

Len: por supuesto que no- dije desanimado- además es la segunda ves que soy el sebo, por qué yo?

Rei: fue tú idea.

Sally: fue tu idea.

Katy: fue tu idea.

Tom: fue tu idea- dijimos al mismo tiempo.

Len: tu también Tom? tú?- este levantó los hombros en respuesta.

Sally: es nuestra política, el que la da, la hace, siempre fue así para nosotros.

Katy: ajá.

Len: los odio, enserio.

Seto: anda tigre.

Len: no me digas tigre, nunca, son odiosos y apáticos- dijo con desagrado marchándose del lugar. Lo miré extrañada, me da mucha curiosidad como piensa Len.

(...)

Narra Len

GRANDIOSO! Otra ves me mandan a mi, dejaré de dar mis ideas. Además la primera ves fue la idea fue de Rei, no mía. Son demasiado injustos aquí. También me hicieron recordar malos momentos. 

Len: Perfecto, los encontré- dije ocultándome, agarré una rama del suelo y por las dudas afiné mi oído para escuchar.

Scott: sabes lo importante que es esto, verdad?

Stiven: lo sé, ella acaba de llegar, y debe irse, no puede llegar antes- dijo con el ceño fruncido.

Scott: cierto, Sa- se interrumpió así mismo al escuchar como rompía sonoramente la rama con mis manos. Al mirar a su alrededor uno de ellos logró verme escondido- allí- le dijo al otro apuntándome con la cabeza. Corrí, como lo era planeado.

Stiven: hola amigo- dijo el pilinaranja apareciendo repentinamente delante mio. Me di la vuelta y allí se encontraba el otro. Rayos, esto no debía pasar. Plan B!

Len: nos vemos- hice un gesto con la mano y me fui como rayo al lugar previsto. Claro que sabía que me seguirían el paso.

Cuando llegué a una fabrica de pastas abandonada, sentí a alguien atrás mío . Al darme vuelta, era ni nada más ni nada menor que los dos demonios de antes. Ambos se me acercaron lentamente, uno de ellos mirándome seriamente y el otro con una sonrisa divertida.

Stiven: electricidad- negó con una sonrisa- nunca me lo vi venir, ahora dinos todo lo que sabes antes de matarte

Len: como si fuera a contestarte debidamente

Stiven: bien, pues te mataré- se acercaron un poco más rápido.

Len: ahora!- la buena suerte es que Sally salió de su escondite y sin perder tiempo prendió fuego el sello, la mala es que unos de ellos logró esquivar la trampa y se fue cual sombra del lugar.

Stiven: pero qué mierda? - miró confuso el sello- me las pagarán- gruñó.




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