Recuerdos

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Narra Sally

Se acercaron de manera lenta pero bastante alerta a cada movimiento nuestro. Era difícil tratar con ellos sin mirar a sus ojos. El primero se acercó a Seto y este lo congeló por completo, otros dos se me acercaron corriendo , al primero lo pateé en el pecho rompiéndole unas cuantas costillas, al otro de doy un puñetazo en el rostro con mis puños en llamas. Uno se me subió a la espalda, no pesaban mucho pero aun así me disminuía los movimientos, y creo que otro se le sumó ya que sentí un golpe en la espalda. Luego de tratar de sacarlos en múltiples intentos fallidos, me sentí ligera y al ver estaban las criaturas congeladas del cuello para arriba.

Seto: nunca dejaré que te toquen linda- me guiñó y yo solo rodé los ojos. En ese momento Seto se estaba por dar vuelta pero tras suyo uno de esos demonios lo estaba por atacar. Oh no, no dejaré que eso pase. Me dirigí a Seto lo más rápido posible y le di un golpe en el rostro mandándolo lejos del combate, pero me aseguré de que no haya sido lo suficientemente fuerte como para noquearlo, pero seguro le dolerá toda una semana. Pareció que mis cálculos no dieron del todo bien, como consecuencia unos ojos escalofriantes de color rojo se apoderaron de mi campo de visión y al momento todo se volvió negro.

"¿Dónde estoy?" fue lo primero que pensé, miré a todas las direcciones y todo era negro, pero al mirar a mis espaldas se podía distinguir un árbol seco sin hojas. No muy segura me acerqué y sobre una de sus ligeras ramas se posaba un pájaro negro mirándome, y al tratar de acercarme reaccionó y se fue volando.

Al parpadear todo a mi alrededor cambio a un lugar iluminado. Parecía una cocina, lo raro era que era igual a la del castillo. De pronto escuché una voz muy familiar. Lucy?

Lucy: quién fue?- dijo con el ceño ligeramente fruncido dirigido a unos tres niños de pelo marrón, azul y verde. Los reconocí al instante.

Tom: yo no fui- contestó con una dulce voz llena de inocencia.

Rei: yo tampoco

Katy: yo no fui- Lucy estaba por replicarles cuando una escurridiza cabellera amarilla traspasa la puerta.

Lucy: Sally, fuiste vos no?- se cruzó de brazos.

Sally: de qué hablas?- ladeé la cabeza.

Lucy: no me tomes del pelo, eres la única que come las cosas sin permiso- la miré sin entender. Ya sé que recuerdo es este.

Sally: pero yo n- me interrumpió.

Lucy: ve a tu cuarto- dijo enojada pero sin levantar la voz.

Sally: qué?- fruncí el ceño- yo no fui!

Lucy: sin pretextos- miré mal a los otros tres, Katy y Rei desviaron la mirada y Tom me miraba preocupado. Por culpa de ellos me habían castigado sin que yo haga nada.

Fruncí un poco el ceño al revivir la escena. Recuerdo que los odie por todo un mes por eso. Creo que teníamos unos 7 u 8 años.

El fondo cambió dramáticamente. Ahora estaba en la biblioteca al lado de la puerta donde me podía ver a mi misma escondida escuchando la conversación entre Rei y Lucy.

Rei: claro que me gustaría ir a cumplir misiones- dijo calmado, mi yo de unos 13 años se sorprendió- pero iría yo solo?- preguntó.

Lucy: por ahora si, eres al más capacitado, a los demás los prepararé mientras tanto- dijo tomando una taza con té que se encontraba en la mesita de la biblioteca- Tal vez el que siga sería Tom y luego de enseñarle bien a Katy la dejaré ir- tomó un sorbo y dejó la taza en su lugar.

Rei: y Sally?- Lucy guardó silencio.

Lucy: no lo sé, no creo que sea apta- mi otra yo chasqueó la lengua y se retiró para encerrarse en su cuarto.

Y pasé a otro recuerdo. Estaba en la puerta del patio mirando como los otros jugaban a la pelota. Con una sonrisa me dirigí a ellos. Creo que tenía 15 años.

Sally: puedo jugar?- Tom me estaba por contestar pero Rei se le adelanta.

Rei: no, tú juegas muy brusco y la última vez me quemaste la pelota y la enterraste en el patio- se cruzó de brazos.

Sally: si, perdón por eso, prometo que no volverá a pasar

Rei: Sally, no jugaras- mi sonrisa se borró poco a poco y mi mirada bajó al piso.

Sally: bien, total el juego es muy aburrido- y me retiré. Creo que ese fue uno de los peores recuerdos que eh tenido, me sentí totalmente rechazada.

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