Capítulo 6

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-Adelante, Gabriela.

Sabía muy bien que ya tenía la confianza de ella para decirle Gaby, pero a él le gustaba jugar con las muecas que ésta hacía cuando la llamaba por su nombre: Gabriela.

-Buenas tardes, Señor Director...

Lo cierto es que a ella tampoco le desagradaba este tipo de juegos.

-Preparó su prueba, Gabriela. (Habían acordado en la cena de la noche anterior, que ella prepararía una escena, para que de esta manera, él pudiera evaluar su trabajo)

-Por supuesto. Ayer le dije que el papel protagónico de su siguiente película sería mío.

-¿Le ofrezco algo de tomar?

-Agua está bien. Gracias.

Él se dio media vuelta para ir por el agua mientras que ella, como buena actriz, recorría minuciosamente el lugar. A Gabriela le había llamado la atención que el departamento del Chef no tuviera ninguna decoración alusiva al séptimo arte. Admiraba los cuadros, el mobiliario, las plantas, admiraba todo el lugar con cierta extrañeza. Incluso hubo algo en particular que atrajo su atención: en una cómoda al lado de uno de los sillones de la sala, estaban colocadas en serie, tres pequeñas plantas carnívoras.

-Veo que mis pequeñas plantas han llamado su atención, Gabriela... Aquí tiene, un simple vaso con agua...

Ella no dijo nada, sólo le regaló una sonrisa en son de agradecimiento.

-¿Le gustan las plantas?

-Sí, bueno, en realidad no tanto, pero me llamaron la atención... Son... raras.

-La de los filamentos rojos es una Drosera; la que tiene forma de boca con una garganta pronunciada es una Genlisea; y la que parece tener pequeñas bocas se llama Byblis liniflora. Las tres son plantas carnívoras.

-¡Qué interesante! Se ve que le gustan mucho. Lo que no entiendo, todavía, es por qué no tiene ningún cuadro o una escultura o algo alusivo al cine, digo, siendo quien es usted... Incluso no veo ninguno de sus reconocimientos. A menos de que los tenga guardados en su cuarto o en algún lugar de su departamento exclusivo para ello.

Podría pensarse que este interrogatorio había descontrolado al Chef, pero lo cierto es que desde la noche anterior, Gabriela ya se había convertido en su nueva meta; para él, ya estaban cubiertos todos los requisitos para encarnar de nuevo a Fátima y nada ni nadie lo harían perder su objetivo. Además no volvería a caer en más errores como el que tuvo en la cena y esta vez, sí se había preparado.

-Es usted muy observadora. Y sí, este es mi departamento, es mi espacio, es el lugar, donde puedo ser lo que soy sin necesidad de aparentar otra cosa, sin necesidad de presentarme al mundo con etiquetas... Los premios, los reconocimientos, incluso las fotos en las que estoy con grandes personalidades del medio; todo lo referente a mi mundo profesional, se encuentra en una cabaña fuera de la ciudad. Aquí es el lugar donde me encuentro conmigo mismo, donde puedo ver lo que soy en realidad y no la fantasía en la que nos movemos.

Aún con toda esta explicación, para Gabriela no había coherencia en todo lo que El Chef le estaba contando. No podía ser posible que su mundo pudiera tener una especie de sub-mundo, si era algo que lo apasionaba. Además desde su perspectiva, tendría que ser al revés.

-Entonces ¿Qué hago aquí, señor?

Su rostro lo maravillaba, en verdad parecía como si estuviera hablando con Fátima y no con Gabriela. Además, sus labios se robaban su atención cuando intentaba mirarla a la cara. Casi siempre terminaba hablándole hacia ese punto, pero mientras se decía a soltar una palabra, el tiempo se dejaba sentir en la respiración de ambos.

Chay Hium (Platillo de un asesino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora