Capítulo 25

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Dos días después de esa plática, el plan había iniciado su curso. Él estaba ahí, esperando en su sala, contemplando sus tres pequeñas plantas carnívoras; en ese lugar perfecto, justo donde el sol reposaba por las mañanas cuando atravesaba sus ventanales. El lugar donde le gustaba sentarse, cuando el tiempo lo permitía, para recibir el calor del nuevo día sobre su torso desnudo, mientras jugaba con una copa de vino; dándole un matiz especial, como si fuera una pintura que acababa de ser barnizada. Esperaba paciente, como buen cazador, a que la presa cayera en la trampa; esperando que ésa llamada se hiciera presente, o que por lo menos, llegara un mensaje a su nuevo correo.

Sobre el sillón había una fotografía que aún conservaba, en la que se encontraba él, abrazando a Fátima por la espalda. Mientras esperaba observando sus plantas, sus pensamientos se iban y se perdían con el recuerdo de ella, en especial, en la imagen que tenía a su lado.

Un sorbo más a su copa y de nuevo vagaba su mirada. A lo lejos, muy suave, se podía escuchar el Claro de luna, de Beethoven (que al parecer algún vecino estaba interpretando con su piano) formando con esto el cuadro perfecto que todo buen artista quisiera tener para una triste y maravillosa composición estética.

Los minutos seguían su curso y él seguía con el repaso de sus vivencias, dándose tiempo, incluso, de traer al presente a su madre. Todo ese momento, se había convertido en una ensalada de vivencias pasadas, entre las imágenes que se le cruzaban de Fátima, las de su madre, e incluso,  alguna que otra, de los últimos días con Gabriela.  

Pero lo que en verdad iba a robar su atención, fue esa última plática con Manuel. Pensaba en lo que le había contado, refiriéndose a que su madre habría sido la primera en imaginarse desmembrando a una persona y sirviéndola como si fuera la carne de un animal, lista para ser ingerida. (Tal y como ahora, ellos lo hacían)

No le causaba ningún asombro.

-Si no te dolió tu hijo, cuando estuvo a punto de matarse con un banco en tu cocina y preferiste dejarlo en manos de un chofer para poder seguir con tu postre, en nada te iba a afectar el hecho de asesinar y cocinar a un ser humano... ¿Qué te iban a importar los demás, si preferías más a tu gato que a tu propio hijo?... ¿Te acuerdas madre?... (Dijo en voz alta, como pidiendo que se hiciera presente, al igual que lo hacía Fátima)

Eran varios los momentos engramados de su infancia, en especial los referentes a Marta.

En una ocasión, a la edad de cinco años, Ricardo entró corriendo a la cocina de su casa para llevarle a su mamá un montón de flores que había recolectado en el jardín, formando un pequeño ramo, cuando, sin querer, resbaló con un pedazo de cáscara de mango que se le había caído a la mamá mientras realizaba un nuevo postre; misma que ésta y su ayudante dejaron para cuando terminaran, con tal de seguir con sus labores.

El pequeño cayó de lado golpeándose en la sien con uno de los descansos de los bancos que tenía la mamá en el comedor de servicio. El golpe fue tan fuerte, que por un momento quedó inconsciente e incluso se imaginaron lo peor, ya que se le fue la respiración por unos segundos. El alboroto que se generó, fue tal, que todos los de la casa corrieron en su auxilio. Por suerte, el chofer que se encontraba en la casa había trabajado de paramédico en una ambulancia y pudo reanimarlo, haciendo que el pequeño volviera en sí. Luego del susto, al ver que el pequeño se encontraba estable, Marta le pidió al chofer que lo llevara al hospital para que lo revisaran por si había alguna otra consecuencia, así ella podría terminar el postre especial que estaba elaborando para uno de sus clientes predilectos.

Se acercó la copa para poder percibir el aroma del vino, mientras le daba pequeños giros en su mano...

Otro de esos momentos, fue cuando quedó devastada por su gato, al darse cuenta de que éste había desaparecido mientras ella y su esposo se encontraban de viaje. Sí, se había quedado sin su lindo y preciado Arakho.

Chay Hium (Platillo de un asesino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora