Capítulo 3

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Al llegar al edificio en el que vivía, dando las nueve cuarenta de la noche, su corazón se heló y su mirada se nubló llena de dudas, aceptando con incredulidad, pero con una gran alegría, lo que estaba viviendo en ese momento. Aquella joven que lo había tenido fuera de su realidad, durante casi todo el día, se encontraba sentada en uno de los descansabrazos que servía a su vez de jardinera en la entrada; con esa mirada que decía más, de lo que en muchas ocasiones, una amante suele expresar. Se orilló en la banqueta y se bajó del auto por instinto, en vez de meterse al estacionamiento.

Ahora sí ¿me da el papel, señor Enrique? dijo ella acercándosele.

Otra vez el mismo nombre, otra vez la misma búsqueda; de nuevo el Sr. Enrique. Él sabía que si volvía a negarse o a despacharla de la misma forma que la madrugada anterior, nunca más la volvería a ver.

-¿A qué se refiere señorita?

-Sr. Enrique, sé muy bien cuál es el método con el que usted elige a las protagonistas de sus películas, también sé que, en esta ocasión, usted iba a llevar a cabo un análisis especial y muy meticuloso. Y que quería probar ¿qué tanto estaba una dispuesta a hacer para lograr el estelar en su nueva película?

Él hizo una mueca de extrañeza, sabiendo de antemano lo que se dice de ese medio y de los caminos por los que tienen que pasar las actrices para conseguir, en ocasiones, el trabajo anhelado.

-No, no me malinterprete, Sr. Enrique, quiero decir que: sé muy bien que en esta ocasión usted iba a rechazar a todas aquellas que llegaran con usted para lograr una entrevista y que sólo al ver la insistencia que tuviéramos para lograrlo, usted nos daría la oportunidad... por lo menos de una primera entrevista.

En ese momento, él sabía que tenía en sus manos el pretexto ideal para iniciar una relación con esa joven que ya le había sembrado una necesidad y de quien, hasta ese momento, ni siquiera conocía el nombre. El único inconveniente es que estaría siendo desplazado y, en cierta forma, toda la relación que pudiera iniciarse con esa joven, no la estaría viviendo él, sino el Sr. Enrique, quien se convertiría en el usurpador de su propia imagen.

El Chef no alcanzaba a comprender por qué si el Sr. Enrique era tan importante para ella y tan famoso, esta joven proeza de la actuación, podía confundirlo con él. ¿Qué acaso no lo conocía?

Lo que no sabía y que pudo entender hasta unos días después, fue que el Sr. Enrique, era uno de los mejores directores dentro del medio, ganador de varios premios de suma importancia. Lo curioso es que nunca había ido a recoger ninguno y siempre mandaba a uno de sus asistentes a la entrega, en su representación. Éste era un hecho que nadie entendía, sólo sus más allegados sabían el por qué. Su edad, también era un misterio, se rumoraba que si no era un joven entre los veinte y los veinticinco, tampoco era una persona que pasara de los cuarenta, más bien se creía que podía estar entre los treinta y los treinta y ocho años de edad. Incluso se decía que: se hacía llamar "Señor Enrique", pero que en realidad, ése era su nombre artístico y que casi nadie sabía cómo se llamaba en realidad.

Esto fue lo poco que le pudo proporcionar Fabián, un amigo que se dedicaba a trabajar como investigador privado y al que tenía ocupado en otro asunto, mismo que a pesar de ocho años de arduo trabajo, no había podido solucionar. Y no era porque fuera poco eficiente, sino porque siempre, le solicitaba tareas complicadas, como en este caso, en que tenía que investigar, en el menor tiempo posible, a un director de cine que siempre había puesto mucha atención en mantener su personalidad en el anonimato.

También le contó una anécdota que sí se sabía del Sr. Enqrique, por lo menos como un rumor, que gracias a que podía pasar desapercibido, gustaba de quedarse horas leyendo y tomando vino en los restaurantes de su predilección, incluso hasta altas horas de la noche, y que en alguna ocasión tuvieron que pedirle que se retirara porque había llegado la hora del cierre. Esto se supo, como un dato curioso, porque uno de los actores que habían tenido la fortuna de trabajar con él, lo había mencionado en una entrevista que le hicieron, donde le pidieron que comentara algo acerca de este director.

Chay Hium (Platillo de un asesino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora