Capítulo 5

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¡Gracias, Director! ¡Fue una noche... mágica!

Fueron las palabras con las que se despidió Gabriela al abordar el taxi de sitio en el que la dejó El Chef, acompañadas de un beso en la mejilla tan delicado, que lo dejó perplejo; observándola, sin nada más qué decir. Viendo cómo se subía al taxi; cómo se perdía en la oscuridad de la noche. No fue capaz de moverse, hasta que el auto desapareció por completo entre las sombras.

Todos estos pensamientos se paseaban por su mente, ahí, recostado en su sala, dándole vueltas y más vueltas a los hechos. Y no, no cabía la menor duda: Fátima, había vuelto a su mundo, había regresado escondida en esta nueva alma, escondida tras la figura de Gabriela.

Ahora bien, su comportamiento. ¿Se le podía haber tachado de descortés por no haberla llevado a su casa? Quizás sí... o quizás no. De cualquier forma, había sido mejor así. ¿Para qué crearle mayores expectativas en un inicio? Además, siempre iba a ser mejor que no los vieran juntos, así no dejaría rastros o testigos que pudieran complicar las cosas, después de una Celestial Epifanía.

No terminaba de hacerlo consciente, cuando llegaron a asaltarlo, aquellos dolores recurrentes de cabeza que había tenido que soportar desde niño, luego de que se cayera y se golpeara con una silla en la cocina de su madre, dolores que se intensificaron y se agudizaron a raíz del trágico accidente donde Fátima perdiera la vida.

Cerró los ojos y trató de regular sus respiraciones esperando que se le calmaran, pero llegaron con tal fuerza, que lo vencieron, dejándolo perdido hasta el día siguiente.

Chay Hium (Platillo de un asesino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora