Capítulo 7

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Pues bien, hoy estamos aquí, solos, tú y yo. Igual que cualquier par de adolescentes, en tu recámara, a punto de conocer un mundo nuevo, un mundo del que se dicen tantas cosas, llenos de curiosidad innata. Sin ningún temor de que vaya a llegar alguien y nos descubra... No, no, no, no.

Estamos aquí: tú, ansioso por entregarme todo y yo, cargada de este deseo inminente de estar en tus brazos, de ser tan tuya como siempre lo he querido; como siempre lo he anhelado, tus padres... Noooo, tampoco.

Gabriela se recargó en el respaldo de la silla, pensativa... mientras su cereal se seguía consumiendo, intacto, entre la leche. Estaba intranquila porque no sabía cuál sería la creación adecuada del personaje, para lo que Don Enrique- El Chef, pretendía.

Escribía líneas y líneas y tiraba y tiraba hojas de papel hechas bola, al piso, sin encontrar la mejor respuesta. Quería imaginar entre sus manos a ese personaje que pudiera atrapar y convencer a este director tan raro. Y es que, por un lado, deseaba tanto ese papel... y por otro, había nacido en ella la necesidad de llegar al fondo de todo esto. Quería conocer mejor a este hombre tan enigmático al que todavía no alcanzaba a comprender del todo y quería descubrir y descubrirse a sí misma, para entender qué era lo que tanto le atraía en este hombre.

Después de unos minutos sin respuestas, tomó el plato, que se había quedado intacto, para llevarlo al trastero. Se levantó y preparó sus cosas para darse un baño, todavía quedaba tiempo, aunque la inspiración para la creación de su personaje no llegaba por ningún lado.

Cómo será este hombre en realidad, se decía a sí misma, de qué se tratará en concreto esta historia. Ella sabía muy bien que los personajes de este director eran fuertes en todos los sentidos, que la mayoría de sus películas eran historias cargadas de erotismo y con una psicología perturbada, tal como lo había visto el día anterior. Sin embargo, había algo extraño en todo esto. Se podían percibir muchas emociones y sentimientos encontrados en el comportamiento de Don Enrique- El Chef, mismos que no terminaban por tener coherencia. Además, algo que llamó en demasía su atención, fue el comportamiento del mismo ante la falta de respuesta que había tenido Gabriela en su primer "intento" de casting. No acababa de entender si lo que había experimentado había sido la creación de un personaje, o había sido la catarsis de un sentimiento real que el director había tenido que experimentar.

En fin, se dejó envolver por el vapor que cubría la atmósfera en la regadera, como esperando que el agua pudiera abrirle paso a la creatividad y así tener entre sus manos a ese personaje materializado, real, creíble y complejo a la vez, para llenar las expectativas de Don Enrique- El Chef. Lo que si tenía claro es que su personaje no ocultaría en lo más mínimo su sensualidad y erotismo, ya que ésa era una de las principales características que Don Enrique presentaba en cada uno de sus rodajes.

Al salir de la regadera, ya con ideas más claras, decidió arreglarse tal como el personaje se lo demandaba. En su caso no era tan complicado, porque con sus veinte años, aparentar a una chiquilla de diecisiete, no sería ningún problema; además de que la inocencia dibujada en su rostro, le daba el toque preciso de lo que el personaje requería, incluso más de lo que podía haber representado la misma Fátima.

Se puso una pequeña tanga negra, decorada con pequeños orificios que invitaban el despertar del deseo y una diminuta falda a cuadros de corte escolar, matizando, de mejor manera, la perversión de su personaje. Para el torso, seleccionó un top blanco semitransparente, que cubría sus nobles y tiernos senos que asomaban, con un poco de atención, sus suaves y rosados pezones; y encima de este, una camisa blanca de botones con manga larga y desfajada. Sobre la cintura se amarró, un sweater de color rojo obscuro; y ya para terminar, se puso unas calcetas blancas adornadas con grecas y unos zapatos negros de tacón pequeño, que la hacían erguirse y verse más sensual de lo que ya era.

Chay Hium (Platillo de un asesino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora