Capítulo 12

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Dieron las catorce horas y el timbre se hizo sonar a la hora exacta, anunciando con esto la llegada de Gabriela tal como lo habían acordado el día anterior cuando El Chef la llamó para cambiarle la cita.

-Buenos tardes... Ricardo.

-Adelante Gabriela.

-Gracias.

-Toma asiento por favor. ¿Un vaso con agua?

-Sí, gracias.

El Chef dio media vuelta y se dirigió a la cocina. Había algo inusual en su comportamiento que Gabriela pudo detectar, sobre todo ahora que tenía mucho por analizar de él. Una amabilidad relajada, incluso con un toque de dulzura en la voz, que antes no tenía. Era como si fuera otra persona, cosa que ahora ya no le caía de extraño. Sin embargo, podía decirse que para Gabriela esto era algo muy común: el mundo de la actuación suele ser en ocasiones tan bipolar que todos aquellos que están inmersos en él, se decía, son seres coherentemente extraños.

Ricardo, estuve trabajando algo referente al personaje de Fátima y me gustaría saber tu punto de vista. Dijo ella, mientras su mirada se convertía en la de todo un buen detective queriendo resolver sus dudas.

El Chef volvió con el agua, y al dársela, le regaló una ligera sonrisa que iluminaba todo su rostro, se podía ver cómo resaltaba un brillo especial en sus ojos. Ahí entendió, por fin, por qué se sentía tan inhibida ante Ricardo. Sabía que su corazón palpitaba cuando lo tenía enfrente, sabía que a veces su piel se cimbraba con un simple roce, que esa voz la hacía estremecerse casi al punto de perder el control; pero todas esas sensaciones se las quería adjudicar al nervio que le provocaba la necesidad de quedarse con el personaje de la nueva película de Don Enrique Galar, aunque eso, sabía muy bien que estaba a punto de irse al archivo muerto. Ahora deseaba entender, por qué seguía inmersa en esta historia, a pesar de todo.

-Dejemos eso para después.

Gabriela empezaba a entender de más las palabras de Ricardo. Pero era actriz y le gustaba seguir con todo lo que él le planteara.

-¿Cómo dices?

-Gabriela: esta vez no quiero hablar de nada que tenga que ver con el personaje de la obra.

-Querrás decir, de la película.

-Eh, sí, de la película.

-¿También haces teatro?

-... Sí. Bueno, no. En realidad, no. Es decir, tengo algunos amigos que hacen teatro y... a veces, me llaman para ayudarlos en... algunas cosas... y...

-¿En serio?... Y se puede saber con quiénes has trabajado.

El Chef se dio cuenta, de que se había metido en un callejón muy estrecho, un callejón casi sin salida. Debía ser más cuidadoso con los pequeños detalles si quería seguir adelante con esta farsa. De cualquier forma, no tenía ninguna intención de dar marcha atrás.

-No. Eso es algo privado. Además, en esta ocasión serás tú quien conteste mis preguntas.

El encuentro de este día basado en el nuevo comportamiento de Ricardo, pintaba tan bien, que Gabriela decidió, sin mayor problema, dejar para otra ocasión la aclaración de sus dudas.

-Gabriela: este día sólo quiero que comamos y que platiquemos de ti. Quiero conocer más a la persona; quiero conocerte mejor, saber de tus inquietudes, tus gustos, tus amistades, tu familia. Quiero conocer de principio a fin a la persona que interpretará a Fátima en mi siguiente película.

Por qué ahora este interés, se preguntaba; a dónde los llevaría todo esto. ¿Qué es lo que en realidad buscaba de ella? Después de todo, quizás sí era el momento de poner las cartas sobre la mesa.

Chay Hium (Platillo de un asesino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora