EL REY MIDAS
(Todo muere)
And now I can't stop thinking that I can't stop thinking that I almost gave you everything and now the whole thing's finished and I can't stop wishing that I never gave you anything
Halsey: 100 letters - Hopeless fountain kingdom
La leyenda del rey midas cuenta la historia de un hombre al que le fue concedido un deseo por el dios del vino, y este, avaricioso, pidió que todo lo que tocase se convirtiera en oro, abriéndole así paso a su propia muerte, pues después, al no poder ingerir alimento alguno debido a su nuevo don, el hombre colgó los tenis... ya saben, murió.
Por eso y porque todo muere.
Dicen que el amor no mata, pero el amor sí puede morir; y es cierto porque todo muere.
Yo no creía que sucedería jamás; si lo pienso hoy, por esos días veía imposible la sola idea de hallar muerto lo que sentía. E incluso prefería morir antes que verlo muerto.
¿Y pueden juzgarme? Tenía dieciocho años y me había enamorado.
Ahora sé que soy extremista, y trabajo en ello, pero antes era todo o nada, y cuando la nada llegó, el vacío que se abrió en mi interior fue del tamaño de Rusia.
Y es que cuando la gente habla de amor, no te cuenta la parte fea en la que te engañan, te mienten, te traicionan, te utilizan y te dejan. Pero si no lo hacen es justo porque en cuanto esas cosas pasan, el amor muere de inmediato, y eso a lo que la gente suele aferrarse después, solo es una ilusión de lo que tenían. El problema es que el dolor llega diferente para todos, en tiempos y cantidades distintas, así que puede ser que mientras tú ya estás sanando esa otra persona apenas esté sintiendo el peso de lo sucedido.
Creo yo que por eso a muchos les cuesta cerrar ciclos: por el impacto tardío del dolor.
Lo creo porque le pasó a él, y en incontables ocasiones intentó arrastrarme hasta ese sitio, incluso en la distancia. Y yo lo seguí; incluso en la distancia lo seguí, como fiel devota, ciega. Seguí las migajas que regó, tomé la madera vuelta oro, porque él, justo como el rey Midas, a mis ojos, todo lo convertía en oro.
Pero justo como él, murió.Pero no literalmente, claro.
Murió para mí, y murió por la misma razón que el rey Midas: Por querer más de lo que merecía tener.
Murió por engañar, por mentir, por utilizar y dañar. Sobre todo por dañar. Porque si me amó ya ni me acuerdo, y si lo amé, tampoco. Porque eso ya murió. Porque todo muere.
ESTÁS LEYENDO
CÓMO SER UN DESASTRE Y REÍRSE EN LUGAR DE MATARSE
Non-FictionEsta es la historia desastrosa -que se vuelve cómica- de mi vida. En este conjunto de relatos, te cuento mis recuerdos y experiencias, que viajan desde mi primer corte de cabello, hasta mi desastroso aterrizaje a los veintes; el caos del primer amo...