Veinticuatro

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PARA MÍ

Me encanta mi resiliencia. Sobre todo porque sé lo que me ha costado formarla.

Vivir con depresión y estas ideas constantes de ceder ante la vida, no solo vuelven mi vida dificil y agotadora, sino también retadora, y al mismo tiempo me hacen disfrutarla más.

Es curioso porque me la paso quejándome e imaginando lo que sería si todo fuera distinto, pero la verdad es que no cambiaría nada de lo que me ha pasado, de lo que he dicho o pensado, por el simple hecho de que me encanta la persona que soy. Aunque muchas veces me vuelva loca: soy quien soy por mi propio esfuerzo, por mi propio deseo de ser.

Puede que exista alguien que haría las cosas de manera distinta con mi vida, y seguramente llevaría resultados estratosféricos, muy distintos a los que yo he dado, y que sin duda harían sentir orgullosos a mis padres, pero desde hace mucho tiempo que no busco complacer a nadie con mi propia vida más que a mí.

Llegar a ese punto en el que puedo verme como la persona que ha luchado para estar presente y de pie, se volvió el más valioso de mi presente. Y no sé cuánto dure en mi la idea de amarme y amar este proceso tan hiriente y complicado, pero al mismo tiempo satisfactorio; lo único que sé es que me toca disfrutarlo, justo por eso.

He sido más veces quien se rinde y suelta la soga para dejar de lastimarse las manos, que quien se sostiene y resiste hasta el final, pero eso no quiere decir que no sea digna o merecedora de otra oportunidad, o de cuantas deseé y sean necesarias darme.
Aprender, reconocer, olvidar y soltar, están siendo la base de mis siguiente escalera a mi siguiente meta, sea cual sea esta. También he descubierto eso: que no necesito una meta, o un lugar en especifico al cuál llegar para construirme un camino.

Para mí:

Por la fuerza que te llena el cuerpo, nadie jamás creería lo que mides.

Es increíble lo que estás logrado con tu día a día. Con los pequeños pasos que has aprendido a dar me has llevado a descubrir tanto, que creo jamás podré agradecerte lo suficiente.
Gracias por no rendirte, gracias por no ceder. Gracias por pelear por mí, por creerme y protegerme como nadie. Gracias por escribir. Gracias por darme más cuando creí que ya no quedaba nada.

Lid, gracias por vivir... y vida, gracias por mi resiliencia.

CÓMO SER UN DESASTRE Y REÍRSE EN LUGAR DE MATARSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora