Solo amigos.

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La campana del reloj anuncio a todos los alumnos que eran ya las 3 pm, hora en la que gracias al día de la semana: viernes, se les permitía salir temprano del instituto y mejor aún sin deberes que agobiaran su fin de semana. 'El mejor de todos', le defendían sus alumnos en las calles y frente a otros institutos 

La mayoría de los alumnos de la clase 2-B salió sin dudarlo, en cuanto el profesor de ciencias abandono la sala. Muchos en compañía de sus amigos y otros más solos, pero la soledad se acababa hasta el pasillo principal donde se encontraban a sus amigos de otros cursos, sus hermanos o inclusive a sus parejas.

Solo quedaban tres personas dentro del aula 2-B: Una chica muy guapa de cabello color chocolate, un cutis como porcelana y ojos avellana, ella respondía al nombre de Kaori Ikeda; un chico de cabello castaño, rasgos muy finos casi femeninos, ojos de un café claro y una curiosa pero atractiva curvatura en sus labios, el nombre de él era Kouyou Takashima. Y por ultimo aquel que captaba la atención de los otros dos, un chico alto y pelo azabache, ojos de un café tan oscuro que bien se podría decir parecía lodo pero sin la vulgaridad de la suciedad, él, considerado como un rompe corazones, Yuu Shiroyama.

Kouyou, que hasta entonces traspasaba un apunte de inglés perteneciente a la señorita Ikeda, levanto su rostro al oír la risa de su mejor amigo y no pudo evitar esbozar una ligera sonrisa. Había dos cosas que no podía creer; la primera era que su mejor amigo estaba a nada de conquistar a Ikeda y la segunda, era que sin planearlo ni proponérselo lo había enamorado también a él. 

¿Qué se podía esperar de una amistad de 12 años de duración? ¿Qué se podía esperar cuando ya sentías a una persona tan tuya, tan importante en tu vida? No había nada de malo en enamorarte de tu mejor amigo, ¿Cierto? No había nada de malo en querer a alguien.

Solo que había dos problemas por los que para Kouyou estuvo mal enamorarse de su mejor amigo: eran hombres y uno de los dos era solamente 'amante de mujeres'.

Pero no lo había podido evitar. Solo un día cuando recién cumplía 16, mientras se lavaba los dientes descubrió que le gustaba su amigo. Y ese mismo día mientras hacia una ya acostumbrada vídeo llamada con él y noto como le coqueteaba a su hermana solo un año mayor, supo entonces que esos celos no eran normal. Esa misma noche se dio cuenta de cuanto amaba a ese chico, a su mejor amigo.

Ikeda soltó una risilla mientras Yuu acomodaba a dicha chica un mechón del cabello de la misma tras su oreja derecha. Kouyou volvió a su apunte con gesto cansado. Pensar en su amor no correspondido lo deprimía, pensar en el amor que jamas podría ser le dolía bastante.

Transcribía la ultima oración cuando de oyó una silla recorrerse. Levanto a penas sus ojos del papel y noto como Ikeda beso la mejilla del pelinegro y con su mochila en manos se acerco a él.

–Tengo que irme Kou, ¿Terminaste los apuntes? –sonrió ella con amabilidad y él asintió.

–Muchas gracias, Kaori –rasco su nuca el castaño con una sonrisa –no soy muy bueno en el inglés.

–Oh, bueno –Kaori rió un poco y guardó su cuaderno para luego mirarlo –creo que, para la mayoría de los japoneses, no es muy fácil el inglés.

Kouyou asintió con una sonrisa y ella se despidió para irse al fin, 30 min después del toque de salida. Kouyou cerro el cuaderno una vez ella estuvo fuera del salón y lo paso a su amigo.

–Tendrías tú que hacer tus propios apuntes –el castaño guardó su lapicero y tomó su mochila–. En serio Yuu, es importante.

–No sé ingles y lo sabes, me cuesta bastante –sonrió el mencionado mientras tomaba su propia mochila y caminaba a la puerta para ser seguido por su amigo.

–Eres un caso, Shiroyama –comenzó a reír el castaño para ser seguido en risas por el otro. Yuu decía que no sabía ingles pero pasaba la mayoría de sus ratos libres en juego de rol online en ese idioma.

Salieron ambos del edificio de los segundos grados y atravesaron la cancha de béisbol ahora completamente desierta. Shiroyama llevaba las manos en los bolsillos del pantalón de su uniforme y Kouyou solo le miraba de reojo.

–Vamos al centro comercial –Yuu miro a su amigo. Mas que una invitación parecía una orden, de cualquier manera Kouyou no se negaría–. Tú, yo, Kaori y su prima Ayu.

'Se cayó el pastel al charco' pensó Kouyou. Todo estaba bien en tú y yo.

–¿Por qué con ellas? –hubiese querido ahogarse con su propia lengua. Pero ¿por qué con ellas?

–Bueno, conseguí una cita con Kaori pero como su prima esta hoy en la ciudad me pidió que llevara a un amigo para que este con su prima –sonrió Yuu mirando a su amigo mientras le daba un ligero codazo en el costado derecho.

–No lo sé, tenia planes para hoy…–Kouyou volvió su vista a su amigo y se dio cuenta de la metida de pata que había hecho.

Cada que se negaba a un plan de Yuu, este lo miraba con unos ojos tan tiernos y angelicales. A eso añadiendo un puchero eran suficiente para que al final aceptara. Justo como ahora. Kouyou solo suspiro y asintió cerrando los ojos mientras murmuraba un diminuto 'lo haré'.

–Oh si, muchas gracias Shima –Yuu acostumbraba a usar ese diminutivo con su amigo. Shima como le decía la familia entera a Kouyou.

–Basta, no me llames así o no iré –le amenazo aunque bien sabía que mentía. Yuu también lo sabía.

–Pero así te llamas, Shima –Yuu estiro sus brazos al aire con un bostezo–. Es muy lindo.

Las mejillas de Kouyou se pusieron completamente rojas. E inconscientemente mordía la punta de su lengua.

–Aunque... las chicas te han puesto otro apodo –Kouyou se detuvo casi petrificado y miro a Yuu con los ojos totalmente abiertos, él que sintió la mirada de su amigo se detuvo y lo miro también–. Te han llamado, "Uruha" algo así como "hermoso"

–Debe ser broma –Kouyou trato de no reír o llorar mientras retomaba el paso simplemente para detenerse definitivamente frente a la casa del mismo–. No juegues así conmigo, Aoi

Acentuó la última frase y su amigo le faltaron fuerzas para no golpearlo. Si, le decían Aoi. Pero Aoi sólo le decían las chicas, ningún hombre... Solamente Shima un par de veces.

–¿Paso por ti en una hora? –Yuu miro a su amigo castaño y este pareció dudarlo aun más.

¿Realmente quería ir a una cita donde su vista inmediata seria al chico que le gustaba con otra chica? Fingir.

Kouyou se estaba cansando de fingir. Asintió mientras rebuscaba su llave en el saco de su uniforme.

Yuu le regalo una sonrisa y le dio la espalda para avanzar solo cinco casas más.

Kouyou lo miro alejarse, sin darse cuenta mordía su labio y una lágrima silenciosa corrió por su mejilla.

Odiaba ese sentimiento. Odiaba sentir un amor imposible, de nuevo.

Por ese momento deseo ser con todas sus fuerzas esa chica Kaori Ikeda. Deseo tanto gustarle a Yuu.

Pero los deseos no se cumplían así de simple, o al menos no para Shima en ese momento.




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Mejores amigos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora