Mejores amigos.

Consecuencias

–Termine con él –Mika miraba a su mejor amigo mientras ambos bebían una malteada de vainilla en una de las mesas de la cafetería de su universidad.

Mika tenía prohibido salir, el único lugar al que podía ir era a la universidad, y eso, tanto ella como sus padres sabían que sería temporal. Aunque Reita le había llamado, enviado textos, yéndolos a visitar y creando video llamadas y con el único con él que podía hablar era el hermano menor de la chica; y Kouyou no le había dicho nada a Reita.

Porque realmente el menor de la familia Takashima no sabía nada.

Y Mika no había ido a la universidad los primeros dos días de la semana. Era Miércoles y la chica estaba al fin ahí. Y fue lo primero que le dijo cuando tuvieron oportunidad.

– ¿Y cómo lo tomó? –Reita se inclinó hacia su mejor amiga. Un grupo de chicos paso a su lado murmurando algo.

–Pues… –la chica relamió sus labios y busco en la bolsa de su suéter su teléfono móvil, accedió a sus mensajes de texto y lo pasó al chico.

Este tosió a causa de la impresión al comenzar a leer. Los mensajes de texto eran amenazas, malas palabras, palabras obscenas y cerca de cinco textos de cinco remitentes distintos llenos de la palabra “Perra”. Oraciones repletas con solo esa palabra.

–Mika… –le devolvió el teléfono a la chica y ella sonrió ligeramente. Notó como los ojos de ella se llenaron de agua –yo te dije que Masao no…

Ella le interrumpió.

–Bueno, como sea… se acabó –ella sonrió y acomodo un mechón castaño que salía de su coleta.

Reita noto un pequeño moretón en el rostro de la chica. Sospecho de Masao.

–Es lo único que te hizo, ¿Cierto, Mika?

Ella titubeo un poco. Reita conocía muy bien esa mirada, la había visto antes muchas veces. Sabía que había algo más oculto… pero también sabía que no debía exigir.

–Eso ha sido todo, todo –ella volvió a sonreír. Una sonrisa dolorosa.

–Mika… soy tu mejor amigo, sabes que puedes confiar en mí en todo lo que…

El rubio peli teñido se vio de nuevo interrumpido pero no fue por Mika.

Era alguien más, era uno de sus profesores, se acercó a los chicos y les sonrío amistosamente. Era normal que les sonriera, pero sabían ambos chicos que no estaban por eso ahí, el profesor se dirigió a Mika.

–Señorita Takashima, ¿Puedes venir conmigo? Hay algo de lo que debemos hablar –enseguida se dirigió al chico –Señor Suzuki, no es necesario que usted venga, no tardaremos.

La chica asintió rápidamente y se puso de pie. Tomo su bolso y con la mirada gacha siguió al profesor que había comenzado a caminar en dirección a las oficinas.

Reita se quedó sentado en aquella mesa ¿Qué hablarían? Mika era buena estudiante, quizá era cosa de una beca. Suspiro, así era.

Dio un último sorbo a su malteada cuando su teléfono móvil vibró anunciando un correo electrónico.

No conocía al remitente. Como asunto solo era la palabra “Perra” y de contenido, un link a un video. Dudó, pero la curiosidad le ganó.

Rebuscó en su mochila sus audífonos, conectó los mismos una vez los hallo y abrió el link del video.

Deseo no haberlo abierto.

No volvió a ver a Mika el resto del día.

***