–Fuegos artificiales –dijo Takanori al resto de los chicos jefes de grupo –fuegos artificiales, con una temática de festival...
Hubo más de un gesto extraño. Un par de sonrisas y solo él tenía gesto de vergüenza.
Y era por dos razones principales, la primera era que él era un chico que no hablaba mucho, no solo en las juntas sino en cada momento que involucrara una cantidad máxima de personas... no entendía porque era el jefe de grupo de su salón, siempre cuando había reunión se preguntaba porque él. Y la segunda por la idea, el hecho de que hubiera fuegos artificiales no era muy común, se daba más en festivales de primavera, festivales de verano... incluso invierno. No en un festival de fin de cursos.
–No es mala idea, despedir así a los que se gradúan puede ser bueno –una chica del grupo de Shima salió a su defensa, la chica era Ikeda –es buena Idea, Matsumoto
Takanori asintió con una ligera sonrisa en el rostro, que uno de los mayores haya aceptado su idea era significativo, más no lo suficiente. Aún así miro al resto de los jefes de grupo, nueve en total con él. Y de los nueve solo conocía a Yutaka, busco su mirada buscando ayuda y recibió una enorme sonrisa.
–Yo apoyo esa idea –Yutaka alzo la mano mirando al resto de los chicos. Las chicas además de Ikeda alzaron la mano entusiasmadas; por mayoría los fuegos artificiales serian un hecho–. Todo está listo entonces, cada grupo habrá de encargarse de lo dicho, carteles y pancartas.
Los asistentes asintieron y uno a uno salió de la sala. Cuando Ikeda salió, casi al último sonrió a Takanori y levanto uno de sus pulgares en dirección al chico.
–Debes confiar un poco más en ti –Yutaka se acercó a él con una sonrisa y le brindo un par de palmadas en la espalda –por lo general, tus ideas son magnificas
–No lo creo así –Takanori se colgó su mochila al hombro no sin antes mirar la hora en su reloj de pulsera, regalo reciente de Shiori, la nueva esposa de su padre. Lo usaba porque era bonito y porque lo necesitara... y quizá otra razón.
–Pues créelo, llegara el momento donde no tengas un apoyo y tú y tus ideas serán lo único que te abrirán paso... ¿Qué harás cuando Shima se vaya?
Takanori no había querido mortificarse con la idea, pero lo había pensado desde que se hizo cercano al menor de los Takashima, ¿Qué haría cuando Shima se graduara? Su único y mejor amigo se marcharía antes del instituto. Su único y mejor amigo, de quien estaba profunda y rayando a obsesivamente enamorado se iría antes y tendría que enfrentarse al mundo.
–Aún falta un año para que eso pase –el menor castaño le sonrió al contrario. Así como lo había pensado, así recordó que aún tenía tiempo... quizá incluso en el tiempo que les quedaba podría declararle su amor.
Quizá.
Aún tenía tiempo.
***
– ¡Shiroyama! –una voz le llamo haciendo que se detuviera al instante, antes de atravesar la avenida. Esperando que el rojo del semáforo lo esperase.
Yuu iba caminando a casa con las manos en los bolsillos del pantalón. Había pasado una semana más desde que Shima había vuelto con regularidad al instituto y las cosas con él no habían avanzado ni retrocedido, se habían vuelto estáticas. Se congelaron, y eso estaba perfecto, no perdía ni ganaba. Aunque si había notado algo distinto, la actitud del su antiguo mejor amigo había cambiado, algo le aquejaba claramente.
Takanori había vuelto a ser el amigo inseparable de Kouyou, en los recesos y en las tardes cuando se iban del instituto, eso estaba bien, Yuu sabía que Kouyou estaba en buenas manos.
Su amistad con Takanori también se había fortalecido, conversaban más por medio de redes sociales y cuando no había tareas uno iba a casa del otro para jugar videojuegos o simplemente conversar; eso, claro, sin tocar el tema de Shima y la amistad olvidada.
Con Reita las cosas eran igual que siempre. A veces chocaban, a veces hablaban, en ocasiones ninguno de los dos existía. Sin complicaciones. Y en cuanto a Yutaka, sabía que Yutaka estaría ahí para él en el momento adecuado.
El semáforo había cambiado a verde, el ingrato no lo había esperado. Suspiro con pesar y se volvió lentamente para ver quien lo había detenido. Era Kouyou. E iba solo.
–Takashima, ¿Qué sucede? –No eran amigos así que se hablaban de "Usted", su relación formal de compañeros de clase.
–No, nada –suspiro el castaño y acomodo su mochila en su hombro –solo que, Takanori se quedo a una junta de jefes de grupo... ya sabes, los festivales de despedida para los de último curso y pues, no quiero ir solo a casa... sé que vives cerca de donde yo vivo y me preguntaba, ¿Podría ir contigo a casa?
Yuu sintió sus piernas convertirse en gelatina, más asintió. El que supiera donde vive, y pudiera dirigirse a él significaba claramente algo, ¿Cierto? Podría significar que Kouyou podría ser su amigo y de nuevo tendría que pasar por el cilculo infinito de recuerda y olvida ¿Estaba dispuesto a pasar por eso?
Sonrió ligeramente a la sonrisa que Kouyou le estaba ofreciendo, se sentía temeroso. Su cabeza tenía dos respuestas. Titubeo.
–Si no puedes... si no quieres... –Takashima borro la sonrisa de su rostro y humedeció sus labios.
–No, no... no hay problema, vamos –Yuu sonrió y dio media vuelta en dirección a la avenida donde de nuevo el semáforo se había puesto rojo, Kouyou sonrió y camino hasta él con rapidez, para ponerse a su nivel.
Ambos caminaron en total silencio a casa, no hubo una charla significante y en su mayoría fueron cortas haciendo observaciones a pequeños lugares como dulcerías, plazas, tiendas de comida rápida e incluso un parque.
Parque que llevaba recuerdos a los dos chicos. Solo que diferentes a cada uno.
–Shiroyama... –la voz de Kouyou fue totalmente tranquila. Estaban fuera ya de la casa del castaño, Yuu se detuvo en seco y volvió su vista a él, no dijo nada, su gesto indicaba prosiguiera.
Pero el castaño no lo hizo.
No lo hizo pues no quería que pareciera ridículo lo que iba a preguntar. Sobretodo preguntárselo a alguien a quien no conocía lo suficiente y de quien no podía hablar de todo, no era Takanori o Reita. Pero extrañamente tenía una necesidad tremenda de hablarle de eso al moreno.
–Ha... Hasta mañana, aquí vivo –señalo su casa y Yuu asintió, con un gesto de la mano rápido se despidieron ambos.
Yuu siguió en línea recta hasta llegar a su casa, y Kouyou solo entro a su casa... donde todo poco a poco comenzaba a ser guardado en cajas de cartón y periódico.
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Mejores amigos.
Fanfiction«El único amor que perdura es el amor no correspondido» (ZMKD) Uruha ha sido amigo de Aoi por 12 años y creyó que aquel sentimiento no era más que un tipo de afecto. Cuando descubre que no, decide borrarlo cometiendo un grave error tanto para él co...