Posible

122 15 1
                                    

–Gracias por los apuntes.

Yuu  miró  hacia  la voz  que  le  hablaba y  casi  se  atragantaba con  el bocado de fruta que  había comido.  La voz del castaño,  del castaño  que  era  su mejor amigo  ahora  le  hablaba. 

Yuu  miro  a  sus costados  y  no  había nadie  cercano.   Kouyou  rio  y  se  sentó  a  su lado. Aún  más extraño, una  sensación  de  frio  recorrió  la espalda del pelinegro.  Era  miércoles  y  al fin  estaba  el castaño  de  vuelta,  reintegrándose  a las clases  y  entonces Yuu  cayó  en  cuenta de  cuanto  lo  había  extrañado. 

–¿Cómo sabes que fui yo?  –acerco  hacia  el  castaño  su  recipiente  con  fruta,  solo  quedaban  trozos de  manzana, uno  de  sandía y  dos de  mango. Kouyou tomo el de  sandía.

–Bueno, no sabía si eras tú…  –Yuu  se  sonrojo  y  Kouyou se echó a reír, hacía  mucho no lo oía reír–. Cuando  Takanori me  envió  las fotos  no  me  dijo que habías sido  tú,  pero  supuse  que  si pues eres el único  chico  de  nuestra clase que mantiene amistad  con él… 

Yuu  sonrió.  

Cuando  Takanori  y  él  se  pusieron  de  acuerdo  para  enviar  esas fotos  acordaron  que  el  menor no diría  quien  las enviaba, no  porque  no  quisieran,  sino  porque  Yuu  se  había rendido.  Y  aquel acercamiento  fue  totalmente  inesperado.  

–De  nada, no  quería  que  te  perdieras de  las clases  –el  pelinegro  trato  de  sonar  tranquilo  y relajado. Aparentando  que  aquel encuentro  no  lo  altero  emocionalmente–.  El promedio  es importante,  más porque  supongo  que  quieres  ir  a  una  buena escuela  saliendo  de  aquí…  

El ambiente  cambio  un  poco, se  tensó  mínimamente  y  Yuu  deseo  no  haber  dicho  eso. Al  momento mismo  ambiente  se  destenso  con  un  suspiro  del  castaño, un  suspiro  con  una diminuta  sonrisa.  

–Sí, quisiera aplicar  para  la  universidad  donde  estudia  mi hermana…  –se  rio  mostrando  un  poco  de nerviosismo  –yo…yo  sé  que  aún  falta  un  año,  pero  aplique  un  simulacro  y  arañe  el resultado mínimo…  tengo  que  mejorar si quiero  calificar

El moreno  no  sabía  eso, y  era obvio  que  no  lo  supiera  pues  hacía  ya  meses  que  la  amistad de  años se  había  esfumado.  Eran  dos extraños ahora.  Y  seguramente  aquel  examen  simulacro  lo  había aplicado  cuando  Takanori se  mostraba receloso  aún, o  quizá ni  siquiera el  mismo  Takanori  lo  sabía.  

–Yo  sé  que  te  quedaras,  y  cuando  te  vea en  un  futuro  tendrás  un  gran  título  universitario  –la  voz de  Yuu  era  de  más sincera.  Y  se  sintió  así  mismo  muy  meloso. 

Esta  vez fue  Kouyou  quien  se  sonrojo.  

–Ah, gracias…  –demoro  segundos en  volver  a  hablar  –  ¿Shiroyama?  

El  mencionado  asintió  enérgicamente. No  le  gustaba le  llamara así,  pero  eso  le  bastaba  a  ser  un extraño  más.  

Pasaron  un  momento  en silencio  viendo  a  la  gente  del  instituto  pasearse  por  los pasillos de  la escuela  y  viendo  como  un  par de chicos del  último  curso, con  ayuda de unos profesores  colgaban una manta  en uno  de  los edificios;  la  manta  tenia escrito  un  enorme  “Suerte”  dedicado seguramente  para  los  del  último  curso  y  quizá  para los  aspirantes que  estaban  buscando  un  lugar en el instituto.  

Mejores amigos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora