Entro a su habitación y se dejó caer a la cama con un suspiro, sentía la emoción nacer en su estómago y atorarse en su garganta impidiéndole abrir la boca.
Lo había hecho, sí. Había enfrentado a su padre pero no en lo que debía. Una vez abrió la boca su cerebro envió las palabras que de verdad deseaba y no, no eran nada que ver con Mika. En lugar de preguntar qué era lo que había hecho que su padre se portara así con ella termino por exponer la semana final de clases y que deseaba asistir a los eventos o como mínimo al evento final, al festival que con mucho esmero Takanori y Yutaka habían preparado.
Y se sintió egoísta por pedir eso, por no pedir un poco de comprensión a su hermana. Pero se sintió liberado cuando su padre le dijo que sí.
Y olvido que quería para Mika.
Olvido todo, solo se vio así mismo en aquel festival con todos sus amigos. Incluso a Shiroyama, sobre todo a Shiroyama.
Mas no quiso dejar las cosas así, con el estómago agitado y la piel "de gallina" camino a su puerta y coloco seguro, apago las luces y camino a su cama. No tardo su madre en acercarse a su habitación y como todas las noches susurrar un Buenas noches para su hijo. Escucho el silencio total de la casa y se dio cuenta entonces que con la mayoría de las cosas en cajas el silencio era más penetrante y misterioso. Se percató que odiaba el silencio de esa manera.
Escucho el chasquido del seguro de la habitación de sus padres y supo que era el momento. Espero solo 10 minutos más y quitando el seguro lo más silencioso que pudo salió en dirección a la habitación de su hermana.
Llamo a la puerta a penas con sus nudillos, un llamado que solo ellos reconocían y sabían quién estaba tras la puerta. Con el oído pegado a la misma, escucho enseguida el frotar del edredón dentro de la habitación. Unos pasos descalzos y seguidos de eso el seguro de la habitación correrse. El rostro de su hermana se asomó en la oscuridad.
–Es tarde Kouyou –la chica susurró firmemente a su hermano pero él solo sonrió ligeramente.
–Eso no me importa, necesito saber qué fue lo que paso Mika –la chica abrió los ojos lo más grande que pudo y estos se aguaron un poco –por favor, por favor Mika.
Ella miro al piso y dudo un poco. No quería que su hermano la acusara también pero sabía que tarde o temprano debía saberlo... y mejor era ese momento, que si ya era tarde debido a la situación también era temprano para ambos.
Ella se apartó de la puerta para que su hermano menor pudiera pasar. Tras ellos cerró la puerta poniendo de nuevo el seguro.
Ninguno de los dos sabía cómo comenzar a hablar de la situación, ninguno de los dos sabía realmente como se sentía el otro. Aunque habían compartido juntos la mayor parte de su vida (o casi toda) no sabía ambos de qué manera iba a afectar sus formas de mirarse. Ambos tenían miedo, pero al fin de todo ya estaban ahí.
Mika suspiro y mordió ligeramente su labio inferior; Kouyou ya se había sentado en el borde de la cama de la chica. Ella tomo la silla de su escritorio de trabajo para quedar frente a su hermano menor.
– ¿Recuerdas a Masao? –la voz de ella era suave, tranquila... temblorosa.
El chico asintió y ella también, suspiro pesadamente y continúo.
–Bien, pues...
***
– ¿Listo para el último día de segundo grado? –Hana Shiroyama acomodo la corbata del uniforme de su hijo y suspiro, se sentía muy emocionada y nostálgica recordaba el primer día del jardín de infancia.
–No, es una semana extra... básicamente ya estoy en mi último grado –el pelinegro sonrió y se miró al espejo. Era el último día, el día del festival y no entendía porque debía ir con uniforme cuando les habían dado el permiso de ir vestidos tradicionalmente, aunque claro no se imaginaba con un Yukata a medio instituto.
–Claro que no –ella sonrió y plantó un beso en la mejilla de su hijo–. Ahora vete, no quiero que llegues muy tarde... tu hermano ira por ti cuando el evento acabe.
El pelinegro sintió y solo tomando los billetes que había ahorrado salió de su casa con la esperanza de encontrarse a su amigo Takanori pero sabía que no iba a pasar eso, Takanori dijo que lo iba a esperar en el instituto pues debía preparar cosas para la presentación final.
Lo había dicho con mucho entusiasmo así que sabía que no debía interferir.
También quería ver a Kouyou en el festival pero supo que no lo haría pues ni siquiera el chico había asistido a la semana de presentación, solo tenía ese día y seguramente iba a ser muy difícil que estuviera ahí.
Por un momento al pasar frente a la casa sintió su corazón estrujarse, recordaba que tan buenos amigos habían sido por doce años y ahora no eran nada, no eran más que compañeros de clases... amigos a intervalos cuando Kouyou no lo olvidaba.
Seguía sin explicarse realmente que había pasado y ya no anhelaba cambiarlo, ya no anhelaba su amistad. Lo extrañaba pero sabía que quiso así era mejor.
–¡Shiroyama!
Una voz lo detuvo, una voz que reconocía y que ya no le fastidiaba. Ya no pues había entendido varias cosas de él.
–Caminas muy rápido Shiroyama –cuando lo alcanzo noto que él si iba vestido con un Yukata azul rey con detalles rojos y dorados–. ¿Vas al festival?
–Sí, voy al festival.
Fue lo único que dijeron ambos y caminaron en dirección al instituto en total silencio. No hubo mayores comentarios.
En el camino encontraron a varios chicos del mismo, algunos como Yuu iban vestidos con el uniforme del instituto y otros más, en su mayoría chicas, llevaban puestas Yukatas tradiciones en colores luminosos, sintiendo la llegada de una nueva estación y de un nuevo ciclo escolar.
Desde una calle antes, los esperaban linternas de papel y serpentinas, flechas y letreros que invitaban a la comunidad al festival. Todos entraban entre risas y charlas. Dentro del instituto las lámparas de papel, carteles y múltiples adornos amenizaban la tarde.
Había chicos atendiendo un café cosplay, había un show de teatro, una demostración tipo torneos de los grupos de deporte, un equipo de porristas dando porras por todo; y los típicos puestos de comida típica japonesa, comida italiana, bebidas e incluso comida mexicana.
– ¡Yuu!
Ambos chicos se detuvieron cuando esa vocecita les llamo.
Volvieron su vista al mismo tiempo y encontraron a Takanori vestido con el uniforme del instituto como siempre impecable, a su lado Yutaka vestido con un traje tradicional en azul marino con detalles celeste y plata.
Y justamente a lado de ellos estaba Kouyou con una enorme sonrisa en el rostro.
Yuu involuntariamente sonrió y levanto su mano agitando está a modo de saludo.
Kouyou le respondió.
_______________________#
ESTÁS LEYENDO
Mejores amigos.
Fanfiction«El único amor que perdura es el amor no correspondido» (ZMKD) Uruha ha sido amigo de Aoi por 12 años y creyó que aquel sentimiento no era más que un tipo de afecto. Cuando descubre que no, decide borrarlo cometiendo un grave error tanto para él co...