Mejores amigos.

Reita

–Buenos días Yuu –el señor Takashima acomodó sus gafas de media luna al ver al pelinegro parado en el pórtico de su hogar. Disimuladamente miro el reloj de su muñeca, 8:10 am–. ¿Planes con Shima?

–Aja –asintió el moreno con entusiasmo mientras miraba como una figura femenina pasaba tras el señor Takashima–. Queremos comenzar desde temprano.

–Hmm…

El señor Takashima se quito de la puerta e hizo pasar a Yuu. Todo el barrio sabia que ese hombre no era de muchas palabras, que de hecho, la familia Takashima entera era reservada. La única que rompía el molde era Mika Takashima, la hija mayor del matrimonio y el platónico de Yuu.

–Alguien se cayó de la cama –Yuu miro hacia la voz femenina y sonrió ampliamente.

Mika Takashima era una chica muy guapa. Mantenía los rasgos finos de su madre Koemi, los labios de su padre Takao. El cabello achocolatado y los ojos claros. Un cutis terso y ni hablar del físico.

–Mika, no trates así a Yuu –Takao regaño a su hija desde la cocina. Por ser fin de semana a él le tocaba preparar el desayuno para sus hijos y su mujer.

–Oh no se preocupe, para mi Mika es como mi hermana –Yuu defendió a la chica sin apartar los ojos del ceñido pijama que llevaba puesto.

–Y tú, eres como mi hermanito Yuu –Mika revolvió el pelo de Aoi y se sentó a su lado –¿A dónde irán? ¿Se divirtieron ayer?

Yuu resoplo. Él se había divertido, pero a ciencia cierta no sabia porque Kouyou se había ido de esa manera. Aunque supo que debía medir sus palabras.

–No sé, Shima quiere ir con Reita y ayer, si nos divertimos

–Que lindo –Mika sonrió con inocencia –me alegra saber que mi hermanito se divierta y salga con más personas… así se consigue una novia.

–Gracias por los deseos Mika –la voz de Shima sobresalto a ambos.

Mas aun porque llevaba consigo un rostro sombrío. Por no haber dormido o por los celos de ver al chico que quería con su hermana. Quizá ambos, o quizá porque lloró sabiendo que jamás seria correspondido.

–Kouyou, no te aparezcas así de la nada –Mika le reclamo con voz asustada. Yuu comenzó a reír y Kouyou puso los ojos en blanco.

–Como sea –Kouyou dio media vuelta y fue a la cocina.

Paso varios minutos ahí y salio con dos cartoncillos de zumo de manzana y un par de panqueques en una servilleta. Dio uno de cada uno a Yuu y este confundido le miro.

–Te dije que iría con Reita, ¿Vienes? –Kouyou abrió la puerta y miro a Yuu.

–¿Iras a su torneo? –Mika entusiasmada se levantó del sofá y corrió a su habitación en cuanto su hermano asintió.

–¿No es muy temprano? –Yuu arrugo la nariz.

No le agradaba Reita. Mucho menos no desayunar por culpa de ese. Sin embargo, lo respetaba. Lo respetaba por el hecho de ser el otro mejor amigo de Kouyou.

–¡Ten! –Mika volvió agitada y le tendió una manta a Yuu y a Shima–. Apoyenlo por mí, ¿Si?

Yuu sintió una ráfaga de celos. Mika quería mucho a todos los amigos de su hermano, pero con Reita era diferente. ¿Qué debía hacer para que Mika lo apoyara así también?

–Si no quieres acompañarme, puedes ir con Mika a su trabajo o ayudar a mi padre con el jardín, o a mi madre que hace ahora un vestido de novia–. Hablo Shima por ultimo y tomo la manta en sus brazos y camino hacia la calle.