Mejores amigos.

Presentimientos

Ese fin de semana irían de nuevo a visitar a sus abuelos en la capital, ya que habían estado enfermos en el último mes y sus padre temían fueran los últimos momentos de los Takashima mayores.

Sin embargo a último momento su padre decidió cancelar el viaje, sin importar que ya hubieran pagado los boletos del tren. Y no había dado mayores explicaciones. Simplemente había dicho en palabras secas y frías "Nos quedamos". A pesar de eso, y ya tarde en su casa había escuchado a su madre sollozar en su habitación y escuchaba los pasos de su padre. Mika los alcanzaría en la capital, ahora la chica regresaba.

Alrededor de las seis de la tarde se conectó a internet y múltiples notificaciones comenzaron a aparecer como ventanas emergentes en su escritorio. Y la que más le llamo la atención fue la de su correo electrónico. Solo tenía como asunto la palabra "Perra" y en el texto era un link a un video.

No lo abrió. El link claramente llevaba a una página de pornografía. El link tenía tres "X" repartidas. Tampoco mando el correo a spam o a la papelería de reciclaje. Lo dejo ahí.

Se dedicó a oír música y a chatear con su amigo Takanori. Takanori le hablaba de un nuevo amigo, un chico de la clase de Kouyou; un tal Shiroyama Yuu.

Y a las ocho de la noche llego Mika, entonces todo estallo. Nunca había escuchado a su padre gritar de esa manera. Sí, claro, les había llamado la atención en otros momentos y su voz había sido fuerte; sin embargo ahora era diferente, esta vez Takao Takashima estaba gritando y en sus gritos además de coraje había tonos de decepción y tristeza.

Entre los gritos solo oía palabras aisladas como "vergüenza", "sucia", "descarada", "inconsciente", "desobligada" y "deshonra". Su madre solo lloraba y de los labios de la mujer escucho la palabra "video".

Kouyou abrió su correo al momento... abrió el correo de remitente desconocido.

Cuando iba a dar click otra cosa lo distrajo. Fue un golpe. Una bofetada.

Con rapidez se levantó de su asiento asustado, temblando. Un golpe.

En sus 17 años de vida había oído un golpe proveniente de su padre.

Camino hacia la puerta con temor y entreabrió esta. Su padre caminaba furioso hacia su habitación y su madre iba tras él cubriendo su rostro soltando ligeros sollozos. Un minuto después, Mika Takashima arrastraba sus pies hacia su propia habitación; la chica cubría su rostro con su mano izquierda y con la derecha arrastraba el bolso que había llenado con sus cosas para pasar dos días en la capital.

–Mika... –Kouyou susurro el nombre de la chica.

Ella se congelo y casi robóticamente volvió su rostro para verlo.

Y sonrió.

Sonrió ampliamente aunque a sus labios llego un ligero temblor.

–Ve a dormir Shima... ya es tarde –susurro ella y apresuro más su paso.

Cuando entro a su habitación la chica cerró la puerta casi en silencio, solo se escuchó como coloco el seguro en la puerta.

Él también cerró su puerta en silencio y coloco el seguro.

Cuando quiso entrar a la dirección que le habían enviado por correo esta ya no existía.

***

–¡Ey, Shiro!

Una voz llamo su atención mientras volvía del pequeño supermercado. Llevaba dos bolsas llenas de víveres en ambas manos, su hermano no había querido acompañarlo y la jaqueca de su madre no la dejaba salir. Además era domingo y ya había él terminado sus deberes.

Le había dicho a Takanori que lo acompañara pero el chico estaba en otro pueblo con sus tíos maternos. Y Yutaka vivía muy lejos de ahí. Así que se aventuró solo. O eso pensó hasta que la voz le llamo.

–Mal teñido –sonrió ampliamente cuando la persona que le llamo se puso a su paso.

Recibió un mal gesto con la mano y con el rostro. Yuu solo carcajeo.

–¿Así le hablas a tus mayores? Que mal educado es usted –Reita le quito una bolsa al pelinegro dejando a este un poco sorprendido –deberías tratar mejor a tus amigos, porque si no se te van a ir

Aún más confundido.

–¿Amigos? ¿Somos amigos? –Yuu miro a Reita con los ojos entrecerrados y Reita se detuvo –la última actualización fue cuando tu frustrabas mis planes de ser amigo de Shima.

–Bueno... es que –el peli teñido suspiro y rasco su nuca con su mano libre –pensé que sería bueno... que sería bueno conocerte, quizá le pueda hablar bien de ti a Shima y pues ya, así querría hacerse amigo tuyo... y puedo hacerlo cada vez que él te olvide... ¿No es buena idea?

Y si, era buena idea. Él lo creía, pero algo no le gustaba y era el que Reita o mejor dicho Akira quisiera conocerlo, desde que lo vio supo que sería alguien con quien definitivamente no se llevaría bien, alguien con quien encontraría muchas diferencias.

Y como siempre que una persona hacia eso en su vida era por una razón... que era mejor a él en un aspecto.

Y quizá Akira si lo era: era un buen jugador de futbol, estaba en la universidad, tenía más fans, un mejor amigo y quizá, si Kouyou hubiera desarrollado un sentimiento hacia Akira este los hubiese aceptado.

–¿Estás seguro de eso, Akira? –Yuu camino más rápido sabiendo que el otro le seguía –tú y yo sabemos que quizá no funcione... ya sabes, amigos y eso... no me cuadra

–Yo sé que quizá no cuadre, es más yo sé que no te interesa –Akira dio vuelta en la calle que daba paso a la casa del pelinegro –y que desde un comienzo hubo ciertos roces entre tú y yo... pero... también sé que Shima era tu mejor amigo y lo importante que era para ti, pero ahora...

–No necesito que alguien más me recuerde lo que pasa –Yuu rodó los ojos recordando a las dos personas que ya habían lamentado su perdida.

–Shiroyama... –Reita le llamo haciendo que este volviera su vista hacia él –si no me importara no te ofrecería mi ayuda, es más... lo alejaría más de ti y ese enano...

–Ese enano se llama... –Yuu sintió fastidio pero Reita siguió hablando.

–Sí, sí; sé cómo se llama ¿Acaso crees que no lo conozco? Me fastidia lo cerca que esta... mejor dicho me hace sentir celoso, quizá más celos de los que tú me causabas pero... –Akira levanto su vista y se sonrojo, había hablado de más –piénsalo si, nuestra amistad... nuestra...

–Sí, si... con tal de recuperar a Shima...

Yuu agradeció a Akira y entro a su casa.

Akira siguió de largo hacia la casa de los Takashima, no había tenido contacto con ninguno de los dos hijos del matrimonio. No había hablado con ninguno a pesar de saber que no habían ido a la capital.

Presentía que algo malo estaba pasando.

Y quizá si estaba pasando eso.

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